Se realizaron las Reuniones Regionales de FeBAMBA
Con el objetivo de seguir fomentando el desarrollo del básquet en cada...
Sin prisa, pero sin pausas. Así es el crecimiento de Defensores de Hurlingham en este tiempo dentro de sus categorías formativas. Hace pocos años nomás, la entidad del oeste (que vio surgir de sus filas a los hermanos Maxi y Nico Stanic) lidiaba en los subsuelos de los niveles en inferiores con resultados desalentadores.
A pesar de ello, no se bajaron nunca los brazos, y hace tres años, llegó para hacerse cargo de los equipos Gabriel Marino, un ex jugador del otro Defensores, el de Santos Lugares, quien arrancó como monitor de Carlos Gómez, actual coordinador de Arquitectura, a quien reconoce como su formador y le está completamente agradecido.
«Tengo contrato por tres años con Defensores, y la verdad estoy contento por como fueron dándose los resultados. El año pasado, en el Nivel 2 pudimos terminar la segunda fase invictos en Infantiles y Cadetes», cuenta Gabriel, de 31 años, en charla con Prensa FeBAMBA. Tras el comienzo en Santos Lugares, partió a Arquitectura, donde estuvo siete años, dirigiendo todas las categorías, hasta la Primera B, y hasta el año pasado, incluyó en su palmarés un paso por Ciudadela Norte a cargo del básquet femenino. Hasta esta actualidad en Hurlingham.
«El primer año lo dediqué a conocernos, saber qué esperaban de mi y yo poder explicar mi plan de trabajo. Ganar algún partido sirvió para motivar y alentar a redoblar esfuerzos. Ya el año pasado pudimos agregar más carga horaria, hablar con los chicos sobre ciertos cuidados, incluir gimnasio y hasta viajamos con los Cadetes a Ramallo a jugar un torneo, lo cual fue un gran despegue. Fuimos mejorando y eso me permitió ser más fino en algunos aspectos específicos; por ejemplo, conseguir meter dos horas de entrenamiento por categoría, y cuatro días a la semana, llevó a una unión grupal que no percibí cuando arribé aquí. Varios de los chicos entrenaban y se iban de manera inmediata, sin compartir nada. Entonces decidí organizar cada tres semanas o un mes una comida por categoría y luego agregar un evento entre ellos, con el objetivo de afianzar vínculos».
A esos encuentros, le sumó una charla los lunes, en el primer entrenamiento de la semana post jornada del fin de semana, intercambiando pareceres y puntos de vista.
«Allí fue cuando ellos mismos decían lo importante de esas comidas juntos, porque surgieron luego encuentros en las casas de los jugadores, y el refuerzo de las amistades. Ya no eran más compañeros de básquet solamente», señala Marino.
El mejoramiento de los resultados (hoy Defensores es uno de los protagonistas buscando ascender al Nivel 1) vino de la mano del crecimiento en la cantidad de chicos entrenando en las instalaciones del club.
«Teníamos muy pocos chicos. Si bien gradualmente venía creciendo desde el mini, metimos una arremetida, agregamos cantidad y desde el segundo año reforzamos en cuanto a técnicas individuales. Explotamos bastante, hicimos un convenio con un Hogar de Chicos, lo que permitió acrecentar el número de fichas. No tienen muchas herramientas pero para eso estamos nosotros, enseñarles. El mérito está en ellos en querer aprender». En la actualidad, hay 65 federados y 20 sin federar. Y la cantidad se acrecienta.
«Estamos en la tarea de hacerle entender a los chicos que si bien deben respetar a todos los contrincantes, no deben sentirse subestimados ante ninguno. Si antes algunos venían y de antemano sabían que nos ganaban por 60 o 70 puntos, hoy la realidad es diferente. Y eso fue gracias a su progreso. Deben convencerse que le pueden ganar a todos los que compiten con nosotros en el Nivel 2».
Gabriel admite que Defensores fue invitado a sumarse al Nivel 1 esta temporada, pero decidió declinar el ofrecimiento. «No me sentí preparado, porque no habíamos entrenado para estar allí. Recibí muchas críticas por no haber aceptado, pero el proyecto se contempló para empezar de bien abajo, y con pasos seguros, en cierto momento acceder allí, y siento que se está cumpliendo. Cuando lo expuse, por suerte lo entendieron y apoyaron».
Al momento de preguntarle cuando sentirá que su proyecto está cumplido, el entrenador asegura:
«Estoy muy cómodo en Hurlingham, estoy trabajando contento. Creo que cuando se pueda armar tira B, con tantos chicos integrando ambas tiras, entonces sentiré que mi objetivo estará cumplido. Y en lo deportivo, poder ascender al Nivel 1, porque los chicos se lo merecen y además, es un modo de poder mantenerlos, porque si no escalás en los niveles de competencia, se van a otros clubes con mayores pretensiones, porque no los podés retener. Entonces, si querés estar a la par de todos, en algún momento debés ascender. Y en ese camino estamos enfocados».