Se realizaron las Reuniones Regionales de FeBAMBA
Con el objetivo de seguir fomentando el desarrollo del básquet en cada...
El actual base argentino de Palmeiras ya forma parte de la historia de FEBAMBA por su extenso recorrido desde muy pequeño por las canchas de Capital Federal donde aprendió a reconocer el liderazgo y cuánto vale la perseverancia dentro de este juego.
Si bien a la mayoría del público le ha comenzado a sonar en sus oídos el apellido Stanic durante los últimos años mientras vestía la camiseta de Valladolid en la ACB española y en el regreso a la Liga Nacional con Boca Juniors y Obras Basket.
Abajo con la camiseta número 11 de Deportivo Morón
Maxi Stanic es un loco del básquet. Desde chico, y a pesar de la baja estatura, su anhelo fue vivir de este deporte. Con trabajo y esfuerzo está logrando sus objetivos.
Casado con Carina y papá de los mellizos Bautista y Benjamín de 3 años y Olivia de 6 asegura que ellos son el motor de su vida y lo siguen a todos lados.
En su época de cadete con Deportivo Morón
Por unos minutos volvió a los inicios dentro del básquetbol y repasa su trayectoria, desde muy joven en Hurlingham hasta su actualidad en Brasil.
-¿Cómo fueron tus inicios hasta llegar a primera división?
Inicie en Defensores de Hurlingham con 6 años, ahí jugué hasta los 9 años que pase al Club Morón y jugué hasta los 16. Luego estuve un año y medio sin jugar porque no me daban el pase y decidí parar. Volví a entrenar al club Banco Provincia donde juegue 3 meses para después pasar a Pico FC y comenzar a jugar la Liga Nacional con 18 años.
Junto a Lucas Victoriano y Leo Gutiérrez compartió la selección nacional de cadetes en 1993
-¿Qué entrenador te marcó en las inferiores?
Si tengo q decir uno solo, me quedo con el «Chango» Alonso – actual técnico de GEBA – quien con 13 años, y yo siendo infantil, me hizo debutar en la primera de Capital y fue fundamental en mi formación en las inferiores en el club Morón
-¿Cuando te diste cuenta y dijiste «voy a ser jugador profesional»?
Lo dije siempre porque era mi sueño, desde que iba a ver a Ferro y a mi ídolo Miguel Cortijo, pero realmente me terminé de convencer de que era lo que quería y tenía condiciones cuando fui a la selección argentina de cadetes.
Su gran salto a la primera de Morón, esta vez con el número 5 en la camiseta
-¿Cómo observaste tu paso por la Liga Nacional en las últimas temporadas?
La Liga Nacional es el primer anhelo que tiene cualquier jugador argentino, llegué con 18 años y tuve la suerte de jugar mucho tiempo, fueron cinco años en los cuales crecí y me sirvieron para hacer mi salto a Europa. Mi segunda etapa en liga ya fue distinta, como veterano y disfrutando de otra manera.
– ¿Y en Brasil cómo te sentís?
Me están tratando bárbaro, desde que llegué me recibieron muy bien y disfruto mucho jugar en Palmeiras. La liga brasileña está muy bien en lo económico y debido a eso hay muy buenos jugadores, les falta mejorar en lo organizativo y en la infraestructura, ya que son una liga que tiene solo siete años.
Con la selección de FEBAMBA, entre ellos Luis Scola, en el Argentino de cadetes en Mar del Plata
-Si un jugador sueña con ser profesional ¿qué consejo le podrías dejar?
Para llegar a jugar profesional hay muchas cosas que se necesitan, no basta solo con el talento. He visto muchos jugadores talentosos que no han llegado porque no se han esforzado lo suficiente. El secreto es saber cuánto sacrificio uno es capaz de hacer para lograr el sueño de trabajar en esto. El trabajo diario es la base, y sobre todo la determinación y con las ganas que uno haga las cosas.
FUENTE: Julieta Espósito para Prensa FEBAMBA