El hijo de Morón, base en Río de Janeiro

El sueño de todo chico y especialmente de aquel de seis años, que cuando salió en 1996 de ver Space Jam del cine de su barrio junto con su madre le pidió que lo lleve a jugar al básquetbol, es como el de todos: vestir la camiseta de su país. Y un poco después observó por televisión cómo algunos de sus actuales compañeros se consagraron en Atenas2004, alzándose con el oro más preciado.

Ese mismo Nicolás Laprovittola, nacido de las Divisiones Inferiores de Deportivo Morón, tiene a la vuelta de la esquina el partido contra Nigeria, en lo que marcará el debut olímpico de otro pollo de FeBAMBA.

«En el 2002 ya seguía bastante al seleccionado, así que en el 2004 me volví loco con el triunfo contra Italia», comentó alguna vez el ex base de Lanús y Flamengo, de Brasil.

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De hecho, su carrera defendiendo los colores del Gallito, donde arribó con edad de Infantiles, se extendió hasta el 2007, cuando dio el salto a Lanús, con el que terminó siendo subcampeón de la Liga Nacional de Básquetbol un poco después.

Su amor con el representativo nacional arrancó en el 2009, año en el que se consagró campeón del Panamericano U-18 en un certamen que se desarrolló en Formosa y consiguieron y la clasificación para el Mundial Juvenil de Básquetbol en Nueva Zelanda.

Posteriormente hizo el salto a la mayor en el Torneo Sudamericano de Resistencia, Chaco, 2012, que finalizó con el título. Y su gran nivel en el Flamengo, club donde obtuvo muchas consagraciones, lo llevaron a ponerse la camiseta en el Mundial pasado de España.

Una reliquia: la juventud de Nico Laprovittola en la Conferencia Oeste

En el medio, entre tanto éxito, estuvo su paso en el arranque de la actual temporada en el básquetbol lituano, en un equipo como Lietuvos Rytas, que a nivel local fue amo y señor pero en el continental hizo rápidamente agua y ello desembarcó en la salida de Lapro a España.

En su participación en el conjunto lituano, Laprovíttola reunió un promedio de 10,9 puntos; 2,3 rebotes y 4 asistencias para la competencia doméstica.

De allí desembarcó en Estudiantes de Madrid de la Liga Endesa de España, donde Diego Ocampo, entrenador, lo esperó con los brazos abiertos y el chico del Gallo, aquel que se entusiasmó con Michael Jordan peleando contra los monstruos en la película, hoy vive la suya comandando los destinos de Argentina y de su club.