Se realizaron las Reuniones Regionales de FeBAMBA
Con el objetivo de seguir fomentando el desarrollo del básquet en cada...
Pablo Couselo lleva una vida en este deporte, ya sea como jugador (actualmente integra el equipo de veteranos de Imperio). Con su gran experiencia, desmenuza importantes conceptos para tener en cuenta.
-¿Por qué empezaste a jugar al básquetbol?
-En realidad fue por casualidad. Yo vivía en el barrio de Versailles y desde los 6 años mis padres, nos hicieron socios a toda la familia en el Club Ateneo Popular de Versailles, para que aprendiéramos a nadar y hacer otros deportes. Como allí no había fútbol, el deporte que más me gustaba a esa edad, comencé en la Escuelita de báquetbol hace 43 años y, salvo una temporada cuando tuve un accidente en mis manos, no paré de practicar esta pasión.
-¿Cuál fue el recuerdo más lindo que tenés?
-En realidad hay muchos, que me ha dado este maravilloso deporte y que todavía me sigue brindando. Destaco haberme vuelto a encontrar, desde hace más de 10 años con mis amigos de la infancia, que dejé de ver por unos 20 años por circunstancias de la vida, y que hoy me lleva a ser parte del mejor «equipo» del cual yo haya tenido la fortuna y el orgullo de pertenecer: Un equipo de basquetbolistas veteranos «amigos», donde a nadie le importa si hace más o menos puntos que otro compañero, o si juega un minuto más o uno menos, y donde todos, sin perder el espíritu de la sana competencia entendieron que los logros deportivos quedaron en el pasado, y que hoy importa pasar buenos momentos con la gente que uno quiere antes que cualquier resultado.
-¿Que sentías al jugar por Imperio?
-Desde el primer día que entré en Imperio como jugador, allá por el año 1991 de la mano del entonces DT de la primera división, Jesús Lozano, y de su presidente, Horacio Zilla, descubrí una pasión indescriptible por el básquetbol que no había vivido antes y que me cautivó de inmediato llevándome a defender incondicionalmente sus colores tanto dentro como fuera de la cancha, y a adoptar a Imperio como mi segundo hogar, y tal es así, que allí empezaron a dar sus primeros pasos deportivos mis dos hijos Martín y Paula. Martín sigue jugando a este deporte, hizo las Inferiores en Imperio, y actualmente, jugó el Pre Federal para All Boys.
-¿Qué consejo le das a tus hijos?
-No sé si soy quién para darlos, pero tanto a mis hijos, como a cualquiera de sus amigos, siempre trato de transmitirles que tanto en el deporte como en cualquier otra actividad que encaren en la vida, lo más importante es hacerla con pasión, con amor y seriedad. Y que de esa forma más allá de los vaivenes de la vida, seguramente a la larga serán felices.
-¿Qué le dirías a un chico que quiere jugar?
-Les diría que traten de elegir cualquier deporte que los haga sentirse felices, y que a eso le sumen seriedad, amor y sacrificio que al final del recorrido seguramente se sentirán plenos.
Si me permitís también quisiera dirigirme a los padres citando una frase muy sencilla pero que representa lo que yo siento con respecto al tema y que se la escuché al fenómeno ser humano de Fabricio Oberto en el inicio de una charla con jugadores y padres: «Señores papás y mamás, por favor tengan en cuenta que esto que está delante suyo es su hijo y no un billete de lotería. Por tal motivo, si quieren tener un gran campeón en su familia, empiecen a entrenarse».
-¿Cuál fue tu experiencia en la Subcomisión de basquet en Imperio?
-Mirá, como dirigente de básquet, más allá de ser muy demandante en cuanto a tiempo, fue muy enriquecedora a nivel personal, y muy gratificante en el sentido de poder devolverle al club a través de un rol dirigencial algo de lo mucho que me dio durante más de 25 años.
-¿Cómo ves el basquet actual?
-La verdad es que veo muy poco del báquetbol que a mí me gusta, por ejemplo Los Spurs. En Argentina en general y en la Liga Nacional, particularmente, es que más allá de una evidente falta de talla, desde hace unos años, se viene predicando con el reconocimiento de situaciones de juego a gran velocidad y con lo que estoy totalmente de acuerdo, siempre y cuando se logre discernir en qué momento es más conveniente usarla y en cual no (no se puede jugar 40 minutos al 100% de la velocidad, van a terminar rompiendo todos los tableros). Lo que creo es que primero debemos darles a los jugadores las herramientas para que una vez que logren reconocer situaciones de juego a gran velocidad, puedan ejecutar el movimiento más pertinente para poder realizar o sortear dicha situación y para eso creo que primero en edades formativas se deben trabajar muchísimo más los fundamentos individuales, como así también la lectura del juego y hacer hincapié en los pequeños detalles que son los que llevan a un mejor resultado. En Imperio particularmente tenemos la suerte de contar con dos entrenadores formadores en divisiones menores como son Federico Belcastro y Alexis Portela, a los cuales les he visto sacrificar partidos en pos de la formación de sus jugadores, cosa que me enorgullece y me llena el alma, porque estoy seguro que lograrán que esos chicos lleguen a desarrollar el máximo de sus capacidades sin que esto signifique jugar a nivel profesional, y además, no tengo dudas que lograrán que esos chicos sean buenos deportistas y sobre todo buenas personas..
FUENTE: Adrián Rosa y José Rechusky.