La fiesta del Prefederal, segundo capítulo

Por
Actualizado: agosto 4, 2016

Color y calor en la cancha de Vélez durante la noche de la segunda final. Tribunas con cotillón e hinchadas con sus cánticos en la previa del partido y durante el mismo; por el lado de Ramos Mejía, cientos de remeras blancas con la leyenda “Yo estuve”, en referencia al acontecimiento. Banderas, globos, papel picado, todo acompañado por el entusiasmo generado con el animador que los ha acompañado desde la primera fecha. Enfrente, los trapos celestes y blancos indicando el lugar de origen, además de los bombos. En ambas trincheras, cantos con cargadas y recuerdos a los vecinos; las chicanas mutuas, por un lado el “no existís” y como respuesta “sos club de barrio”. Todo enmarcado en un clima sin violencia, con la preponderancia en alentar a lo propios y acompañar con las emociones de acuerdo a los vaivenes del cotejo. Alegría, éxtasis, bronca, silencios, gritos a flor de piel, todo encolumnado en un cóctel frenético.

Además de los hinchas, mucha gente del ambiente: jugadores, entrenadores y dirigentes. Por parte de FeBAMBA, la presencia de su presidente, Fabián Borro junto a otros integrantes de la comisión directiva apostados en el palco.

Como epicentro del evento, un partido entre los dos mejores equipos del torneo; luego del cómodo triunfo por parte del Rancho el domingo pasado, su gente confiada en cerrar la serie, coronarse y desatar el festejo postergado. En lapsos prolongados, con sus jugadores llevando el control de juego, el recuerdo para el clásico rival, Estudiantil Porteño. La de Racing con mucha efusividad media hora antes del comienzo, y a medida que pasaron los primeros minutos del cuarto inicial, menguó ante la inminencia de una prolongación del cotejo anterior. Aún así, el núcleo de su barra no dejó de alentar.

Dentro del rectángulo, los nervios lógicos por lo que estaba en disputa. Y algunos duelos con chispas; el más notorio, con Maxi Bertolino y Kevin Jerez Pilotti. Dos muchachos bravos que no anduvieron con chiquitas; por sobre esa jugada con antideportiva, conducciones magistrales y bombas en momentos claves. Dos conductores magistrales que elevaron la calidad del espectáculo.

No le fue en saga la lucha en la zona pintada entre Julián Aprea y Eduardo Vasinari; se alternaron el predominio pero con consecuencia pírrica: ambos debieron dejar la cancha por cinco personales. Y si bien no fue constante, resultó determinante el sostenido por Matías Fioretti y Maximiliano Tabieres; a partir de una jugada en la llave académica entre ambos, comenzó el renacimiento espiritual del posterior vencedor.

Al leer los nombres de quienes estaban en la cancha, y el marco en las tribunas, el encuentro bien pudo ser de una instancia tan decisiva en una competencia nacional de élite, y eso fue el corolario de una edición exitosa del Prefederal, un campeonato ya plenamente instalado en el ámbito metropolitano, con repercusiones aledañas. La jerarquía de Racing y Ramos ayudó a potenciar este concepto.

Dos clubes que pusieron toda la carne al asador al instante de enfocarse en obtener la plaza al Torneo Federal, y en esta serie final dejaron y dejarán jirones de piel para lograr el propósito. Solo hay espacio para el festejo de uno solo. Quien sea, lo hará con absoluto merecimiento.

 

FOTOGRAFÍA: Tamara Toral para Prensa FeBAMBA