Ganó Ramos y es el campeón del Prefederal

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Actualizado: agosto 6, 2016

Ramos Mejía derrotó sin atenuantes a Racing Club 85-64 y es el nuevo campeón del Torneo Prefederal. Tuvo en Martín Cuello a su goleador y figura, con 28 puntos, muy bien acompañado por Kevin Jerez Pilotti (24 pts, 6 asistencias). En la Academia, Maxi Bertolino aportó 18 unidades. Con este logro, los del oeste adquirieron el pasaje para jugar la próxima edición del Torneo Federal.

Si flotaron ciertas dudas acerca de como iba a reaccionar el equipo de Andrés García luego del encuentro pasado, las disipó de inmediato. Literalmente, salió a comerse al contrario con una voracidad notable y completamente enchufado en la marca; en menos de tres minutos se escapó 8-0 y Germán Intonio solicitó minuto. La reanudación mostró al Rancho con presión en toda la cancha, obligó al rival a perder balones y con un Locura Cuello en estado de gracia, se fue a un 13-0 lapidario.

Si bien la andanada se cortó con una bomba de Bertolino, Ramos no dejó resquicio para ninguna reacción adversaria y en el resto de ese primer cuarto jugó al borde de la perfección. Fue un 32-7 sin atenuantes, un auténtico golpe de nocaut del que Racing jamás pudo recuperarse; Cuello tuvo un desempeño imponente, con 18 puntos, bien acompañado por el resto de sus compañeros, que en sus roles evaporaron cualquier sistema previo del contrario. La banca académica consumió sus dos tiempos muertos en la búsqueda de sacar del letargo al equipo, pero fue en vano, porque el oponente no aflojó el ritmo infernal y marcó distancias inapelables.

Fue tan soberbio lo del nuevo campeón en ese lapso, que en los tres restantes, Racing ganó dos y cayó en el otro por un doble, pero no se percibió. El guarismo amplio obtenido le permitió a Ramos moverse con la tranquilidad de saber que si no producía un notorio bajón en su juego, no habría modo de escaparse el partido. El albiceleste buscó todas las variantes a su alcance, y en el comienzo del segundo cuarto dejó sentados a Gonzalo Alvarez y Julián Aprea, pero ante el predominio de Eduardo Vasirani en las pinturas, el pivot reingresó de inmediato. La verguenza deportiva del capitán Bertolino mantenía una leve esperanza de revertir una situación muy desfavorable.

Tras el descanso largo, Racing dispuso que Alvarez vaya a la marca sobre Pilotti, pero en esos minutos el base desplegó todo su talento, con bombas, asistencias y conducción exquisita. Además, como una prolongación que le dio resultados, Ramos decidió doblar en la marca al alero goleador del segundo artido, presión sobre el armador contrario y dejar libres al resto.

Matías Fioretti completamente menguado pero con la loable actitud de jugar con un dedo de su mano quebrado y como un tsunami de lesiones, Gonzalo Castaño también se lastima la mano izquierda. Como una sumatoria lapidaria, Alvarez protestó de manera airada una falta cobrada por Pedro Hoyo, y en la persistencia del reclamo el juez principal Fernando Sampietro dictaminó técnica, la quinta personal, cuando quedaban todavía 2:31 y la sensación en el ambiente de asunto liquidado, con la conversión de Matías Cuello de ambos libres y el tablero indicando un 38-66 irremontable.

Los últimos diez Racing dispuso afrontarlos con Leonardo Fabiano, Nicolás González y Matías Nuñez en el rectángulo, quienes mostraron una enjundia notable, descontaron en una decena la desventaja, y García solicitó tiempo muerto. No quiso en lo más mínimo invitar a algún fantasma del partido anterior, y en la reposición, su equipo mostró calma en las posesiones, dejar consumir los minutos, y con un Jerez Pilotti notable,  se mostró como el dueño de la situación.

La hinchada de Racing (marco de lleno total en las tribunas) admitió que ya estaba todo liquidado, y mitigó su dolor lacerante con cantos hacia sus jugadores, reconocimiento al esfuerzo pese a la evidente disparidad desde la primera bola. Enfrente, la adrenalina en ascenso hasta el instante del minuto final, cuando soltó toda su algarabía. Entonces si, Locura consumió los 24 segundos en una posesión, y en la siguiente, sostuvo la pelota hasta que Sampietro dictaminó la culminación, 26 segundos antes.

Los abrazos emocionados en ambos lados; la tristeza en el banco académico, pero la tranquilidad de haber dejado todo frente a un adversario que lo dejó tambaleante en el inicio, y no pudo revertir eso. En el otro, la emoción de conseguir el título, y el desahogo tras un año donde tras la dolorosa eliminación de la edición pasada, solo tuvo en su horizonte este instante.

Trabajó pura y exclusivamente con la mira en un desenlace así. La caída del miércoles le retrotrajo ciertos nubarrones, pero la inmensa categoría de un plantel calificado sepultó cualquier atisbo negativo. Vapuleó al contrario, mostró una solidez notable, y con merecimientos, se consagró como el mejor del Torneo Prefederal.

SÍNTESIS DEL PARTIDO:

RACING CLUB (64): M. Bertolino (18), G. Castaño (5), G. Alvarez (6), M. Fioretti (0), J. Aprea (13). F.I. L. Fabiano (9), N. González (5), M. Nuñez (8), M. Barreda (0). Entrenador: G. Intonio

RAMOS MEJÍA (85): K. Jerez Pilotti (24), Martín Cuello (28), Matías Cuello (10), M. Segon (8), E. Vasirani (10). F.I. I. Davico (0), M. Tabieres (5). Entrenador: A. García.

PARCIALES: 7-32, 27-48, 47-70, 64-85
ÁRBITROS: Fernando Sampietro- Leonardo Zalazar- Pedro Hoyo
CANCHA: Gimnasio «Victor Barba» – Vélez Sársfield
PÚBLICO: 1500 espectadores

FOTOGRAFÍA: Tamara Toral para Prensa FeBAMBA