Hugo Belli, legendario campeón con Ferro

Por
Actualizado: noviembre 4, 2016

En la noche del lunes, San Lorenzo de Almagro obtuvo una gran victoria como visitante de Gei, y así accedió a la final del maxibásquet +35. Contra los del oeste barrió la serie 2-0, con absoluta justicia, siendo superior a un oponente que ya estaba con creces cumplido por el inesperado ascenso, aunque igualmente afrontó los compromisos de manera intensa. Ambos conjuntos dejaron en claro que querían pasar a la final, y sin guardarse nada; la gran cantidad de faltas técnicas y antideportivas sancionadas en los dos cotejos fue muestra cabal de lo áspero de la serie. El Cuervo supo mostrar en una llave durísima ser el mejor, y por eso desde la semana próxima jugará por el título de campeón ante Nueva Chicago.

A los +35 de San Lorenzo los dirige Hugo Belli, quien además se desempeña como jugador en la categoría +45. Hugo es un nombre importante en la galería de campeones de nuestra Liga Nacional. Integró aquel mítico Ferro Carril Oeste campeón de la primera edición de Liga Nacional en 1985 (la de 1984, obtenida por San Andrés fue llamada de transición), con una camada joven diseñada por León Najnudel, acompañando a varios monstruos del básquet nacional, con la figura del santiagueño Miguel Cortijo como estrella indiscutible.

Tras conseguir el pasaje a la final de la divisional B, Belli accede a charlar con Prensa FeBAMBA, no solo de lo que significó el muy buen triunfo de su San Lorenzo, sino también de su fructífera carrera y recuerdos de aquellos años imborrables.

«El de San Lorenzo es un proyecto que se hizo hace dos años con la colaboración de Alejandro Casettai y Carlitos Prunes junto al presidente Matías Lammens, lo cual era volver a Boedo y armar todas las categorías, entre ellas el maxibásquet, que el club no tenía. Armamos +35 y +45 y tuvimos la suerte de comenzar en la C el año pasado y ascender con ambas a la B. Este año tratamos de reforzarnos para ser mas competitivos con ex jugadores más jóvenes y se nos dio nuevamente. Estamos en la final contra Nueva Chicago, que será un rival durísimo y ha tenido una gran segunda parte del año», dice Hugo para comenzar el diálogo, refiriendo a cómo se construyó este presente del Ciclón en el maxibásquet.

«Este proyecto está al cien por cien, con la construcción del Estadio, recuperamos la nueva cancha de la platea sur donde antes entrenaba el plantel de Liga Nacional; nos dieron la posibilidad de jugar martes y viernes para poder entrenar en la semana. Estamos entonces muy concentrados para el partido del martes con todo el apoyo del club, que es una cosa importantísima. Lammens y Marcelo Tinelli nos mandan siempre los saludos y el deseo de ellos de continuar con la recuperación de ese espíritu del básquet en el club que había en aquellos años».

Belli juega y dirige en ambos conjuntos, pero principalmente en los +35 cumple la función específica de entrenador de un equipo con gente portentosa físicamente en la pintura y una media cancha con notable poder de gol desde la vía externa.

«Tenemos un grupo humano excelente, y eso sin dudas me facilita la función», remarca Hugo, y luego menciona lo que él considera una paradoja.

«Me inicié en este club, hice todas las divisiones inferiores y a los quince años me vino a buscar León Najnudel para ir a Ferro y armar esa camada de jugadores que pudimos salir de allí: Miguel Cortijo, Sebastián Uranga, Javier Maretto, Diego Maggi; una colección de jugadores que hemos jugado parte de la Liga y regresar a los 36 años a San Lorenzo donde estuve dos años, y me retiré por espacio de tres, cuando comencé en los veteranos de Obras porque acá no había. Generamos este proyecto, este es el segundo año y considero que la categoría está plenamente instalada en el club, y con su apoyo pleno tenemos una gran chance de llevarnos el título».

Hablando del proyecto, la pregunta gira en si ya está en su cabeza el diseño de un San Lorenzo con figuras de la divisional para ser protagonistas en la A, o eso quedará para más adelante porque el horizonte próximo indica una serie dura contra el Torito de Mataderos.

«Por lo pronto disfrutaremos estos dos o tres partidos, buscaremos ganar pero sabemos que Chicago posee un gran equipo, se reforzó muy bien este año, los hemos enfrentado el año pasado. Pero si, tenemos dos o tres jugadores en la mira que están jugando el torneo de la Federación, pero por una regla el año próximo solo podrán jugar maxibásquet, así que en febrero nos pondremos en campaña para rearmar el nuevo proyecto que será el maxi en la A. Siempre he jugado en esa divisional y sé que se debe categorizar un poco el plantel pero son dejar de lado la pasión característica de San Lorenzo, al cual estoy seguro lo veo nuevamente como protagonista».

¿Cómo fue la génesis de este proyecto?

«Cuando comenzó la idea de un San Lorenzo en la Liga Nacional, participando en los Torneos Federales, de manera aledaña estaba el construir los planteles de veteranos. me contactó Carlos Prunes, tuve una reunión con Matías Lammens, le encantó el proyecto que presenté; sabía de mi trayectoria en el club porque además mi papá fue presidente de la subcomisión de básquet, a mediados de los 70 y haber salido campéon en los 50 como jugador. Todo un recuerdo familiar muy lindo, en la familia somos hinchas de San Lorenzo y que más lindo poder integrar este momento de un maxibásquet que tal como le comenté a Tinelli, es una de las categorías que más auspicio ha tenido, con un progreso constante y equipos que se suman año tras año. El proyecto incluye también viajes al interior, donde nos reciben peñas y jugamos para promocionar la expansión de este deporte».

Momento de hablar de aquel Ferro sublime, primer campeón de Liga Nacional.

«León empezó a hacer una recorrida por todo el país observando jóvenes; a mi me conocía porque fue mi entrenador de la selección de Cadetes de Capital. Fuimos a Tucumán y salimos subcampeones; allí comenzó un reclutamiento de jugadores, yo estaba en San Lorenzo y Diego Maggi estaba en San Pedro. Llego a Ferro en 1985 y en ese mismo año caen Cortijo, Maretto, Luis González junto a dos muy buenos americanos. El grupo más chico teníamos más participación en la Primera de Capital, además de integrar los planteles formativos; con esa competencia y minutos, junto a haber participado del Mundial Juvenil en Palma de Mallorca, hizo que desde los diecisiete a veinte años estuviéramos curtidos, con muchos minutos encima. Al año siguiente se sumó Uranga, Gabriel Darrás y otros que reclutaba León en sus viajes, porque su característica era ir a los torneos provinciales, invitar a los jugadores a sumarse a Ferro. Vivíamos en la pensión del club, donde había un gran fervor por la unión que había entre todos los deportes; incluso el fútbol, donde el maestro Griguol dio una lección sobre cómo manejar un grupo en esa actividad. Llegó la Liga de 1985 con la conducción de Luis Martínez, y pudimos salir campeones venciendo en la final a un gran Atenas de Córdoba».

Para los chicos que crecieron bajo el ala inolvidable de la Generación Dorada, quizás el nombre de Miguel Cortijo no les mueva tanto su amperímetro como a quienes lo pudieron disfrutar en las canchas en aquellos años iniciales de la LNB.

«La verdad que si, no creo haber visto base mas cerebral y con tanta visión de cancha como Miguel; jugaba y hacía jugar, lo único que debíamos hacer nosotros era meterla en el aro. En ese tiempo había en todos los clubes jugadores de una talla y talento impresionante; un comienzo de Liga estupendo, nos tocó vencer en la final a un Atenas que tenía a los hermanos Milanesio, el Pichi Campana y Germán Filloy, entre otros».

¿Y a esa edad tenían noción de lo que ya significaba el nombre de Najnudel para el básquet argentino?

«Sinceramente, comenzamos a tomar noción de lo que significaba el proyecto de la Liga nacional una vez que nos separamos como grupo y cada uno empezó a buscar clubes distintos. Ahí nos dimos cuenta del trabajo de León en esos cuatro o cinco años anteriores en reclutar jugadores. Un poco similar a lo que está haciendo ahora Bahía Basket, de ir a los campeonatos argentinos y ver como se juega en el interior o acá mismo en Capital. Najnudel hizo el mismo trabajo treinta años atrás, fue sin dudas un adelantado. Era el único coach que entraba a la NBA, me acuerdo que traía las filmaciones de partidos de la NBA, y era recibido por todos los entrenadores americanos. León dejó un inmenso legado al básquet argentino; entre los jugadores que tuvimos la suerte y fortuna de compartir giras, charlas, es un verdadero honor haber pertenecido a ese equipo».

Luego de Ferro, el recorrido de Hugo incluyó San Andrés (nos dirigía Heriberto Schownies, y en el equipo estaba el Tola Cadillac, Luis Oroño, García Fernández), Peñarol de Mar del Plata (donde consiguió el ascenso a Liga compartiendo plantel con Adolfo Perazzo, Gianelli, Mignani, Michalópulos entre otros junto a los americanos Zachary Cooper (papá de Nicolás Lauría) y el controvertido Eddie Pope. De allí se va a Siderca de Campana, Boca Juniors (dirigido por Alberto Finguer y el último año de Chocolate Rafaelli, con Angel Cerisola en la base). Cruza la vereda y se va a River Plate (donde se reencuentra con Cadillac y Oroño). Tras esa experiencia en Nuñez lo compra Echague de Paraná; y con sus hijas ya en edad escolar, se instala otra vez en Capital Federal, arma su empresa de transporte y juega tres años en Pedro Echague hasta el regreso a San Lorenzo.

Su currículum a nivel selecciones incluye el Sudamericano en Uruguay, Panamericano en Venezuela, donde se consagraron campeones en un plantel integrado entre otros por Héctor Haile y Marcelo Richotti; el Mundial de Palma de Mallorca en 1982 con un meritorio quinto puesto (Campana, Richotti, Uranga, Hernán Montengero, Haile).

Hugo Belli, cerebro y conductor del proyecto maxibásquet de un San Lorenzo que a través de su dirigencia le dio la impronta necesaria para instalar la actividad en el club con fuerza en todos los niveles. Además, una de las grandes figuras que tuvo la Liga Nacional en sus albores.