Dolor en el sepelio de Guillermo Gómez

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Actualizado: diciembre 5, 2016

Este lunes a las 10 de la mañana, los restos de Guillermo Gómez, dirigente de Los Indios y Consejero de FeBAMBA, fueron trasladados al cementerio de Moreno, donde la familia posee una bóveda. En el mismo estuvo presente el Presidente Fabián Borro, acompañado por Diego Gestal, Consejero y Francisco Schimizzi.

Previamente a las 8, se brindó una misa en las instalaciones del club ofrecida por el obispo local, ante una nutrida cantidad de familiares, allegados y personas en general, quienes desde la noche anterior se hicieron presente para estar en un momento de profundo dolor.

Debido a la autopsia que se llevó a cabo en General Rodríguez, el comienzo del velatorio se fue postergando varias horas. Alrededor de las 23.30 la presidente de la institución, Judith De Sosa reunió a quienes continuaban aguardando, les informó las razones del retraso y dijo que a pedido de Martha, la madre de Guillermo, se realizaría igual. Los restos del dirigente arribaron alrededor de las dos de la madrugada, y el gimnasio 1 funcionó como capilla ardiente ante las muestras de pesar y dolor de los asistentes. Junto a la madre estuvieron Nancy, su esposa y familiares.

También estuvieron los jugadores, quienes ofrendaron la camiseta 9. Algunos de ellos, integrantes del U19 que viajaba en el micro rumbo a Boca; conmovidos por lo sucedido, contestaron preguntas puntuales pero pidieron por favor no recrear el instante trágico. Los rostros dejaban traslucir el pánico vivido el sábado por la tarde.

Carlos Spellanzon y Ariel Trebino, representando a la Federación; además, dirigentes de clubes, directores técnicos, jugadores. Lautaro Fraga, ex Los Indios, viajó especialmente desde Formosa para acompañar y hoy lunes partió inmediatamente para integrarse al plantel de La Unión que compite en la Liga Nacional.

Anécdotas y experiencias con Willy como protagonista central fueron el mejor modo de recordarlo y homenajearlo entre la gente del básquet esperando en el patio del colegio ubicado en la antesala al gimnasio principal.

En 2015, una noche semanal donde Los Indios recibió a Casa de Padua por una fecha reprogramada del Nivel 1 en el Oeste, el local aseguraba su pasaje al Top 20. En su oficina, Gómez invitó al periodista para mostrarle unas carpetas con datos sobre la competencia. No era la primera vez que sucedía eso, y así se había forjado una relación amistosa entre ambos. En un momento, se le preguntó por su vida personal, y allí su semblante cambió; comenzó a hablar de su hijita con emoción, sus dificultades físicas y la partida prematura de esta vida. Una confesión íntima, y se acercó a la ventana, señaló a los chicos que jugaban en ese momento y expresó:

«Desde ese momento, todos los jugadores de Los Indios son como mis hijos». Y trabajó en la institución de Moreno con el fragor y entusiasmo para darle sustento real a sus palabras.

Una tragedia acabó con su vida, y el club lo fue a despedir con profundo agradecimiento por todo lo hecho. En medio de una tristeza enorme de su familia ante la desaparición física, su espíritu seguramente estará cobijado con la compañía de su amada Paulita.