Se realizaron las Reuniones Regionales de FeBAMBA
Con el objetivo de seguir fomentando el desarrollo del básquet en cada...
Muchas veces la pasión por los colores y por el deporte es una de las grandes herencias que los padres les pasan a sus hijos. Y este es el caso del basquetbolista de la Primera de Pedro Echagüe Gonzalo Oriolo, hijo de Luis (ex jugador de la institución), quien viene de consagrarse campeón de la Copa de Bronce organizada por FeBAMBA.
El base, que también puede desempeñarse como alero, tiene 24 años y arrancó su camino en el club cuando apenas era un Mini. Además, a lo largo de su carrera cumplió las funciones de entrenador y de monitor.
«Yo estaba sin jugar y tenía ganas de tomarme esto en serio, entrenar, dedicarle tiempo a un equipo y a partir de ahí hable con dos entrenadores que son Matías Maglis y Gustavo Garrido y ellos me comentaron la posibilidad de abrir una Primera C y con qué grupo de chicos iba a estar formado», confesó.
«Entre los que me plantearon a los chicos los conocía porque los vi jugar, porque los he entrenado ya que son más chicos que yo y la verdad que el grupo era muy sano sólo faltaban algunas fichas, y todos estuvieron en las formativas de Echagüe, Matías trajo solo un pivot que era conocido de él y de a poco se fue ensamblando el equipo y se incorporaron jugadores de las inferiores como cadetes y juveniles», afirmó el basquetbolista.
-¿Cómo fue la primera fase?
-La primera etapa fueron cruces muy difíciles, con equipos muy bien armados y como nosotros debíamos ensamblarnos y conocernos, ya que no habíamos jugado juntos, nos costó. El proceso lo tuvimos que hacer adentro de la cancha como también afuera en el vestuario. Los partidos duros nos moldearon, nos hicieron crecer como equipo nos unió y si bien perdimos muchos partidos, no es que pasamos verguenza ni mucho menos sino que el equipo fue siempre sólido y defendiendo los colores.
-¿Qué cambió para la segunda?
-Allí vino la nivelación y fuimos muchos más competitivos. El equipo tomó otra confianza, se unió mucho más, los chicos empezaron a crecer y se dieron cuenta que estaban en una Primera. De a poco las cosas nos salieron y nos dimos cuenta que ya no estábamos para pelear de la mitad de tabla sino que estábamos para estar arriba y nos propusimos estar a la cabeza, ser la tendencia de la copa y dedicamos la segunda mitad del año a eso.
-De esta manera consiguieron meterse en los playoffs, ¿cómo los vivieron?
-Sinceramente han sido desgastantes, ya que los cuartos de final, la semi y la final se definieron siempre en tercer juego. Además, en esa ronda una victoria te da felicidad pero rápidamente debés dejar todo atrás, mientras que cuando perdés no dormís pensando en los errores y lo que habrá que mejorar. De hehco, durante un mes vivimos de partido, entrenamiento, partido, y así sucesivamente. Por suerte, el plantel lo entendió y lo sacó adelante.
-Y la final se dio de manera rara: perdieron de local y ganaron afuera…
-El primer partido en casa lo llevamos a suplementario aunque tuvimos muchos baches, nos dimos cuenta de eso, analizamos el partido y sabíamos qué teníamos que hacer al siguiente partido y fue asi sacamos una diferencia de 12 ó 13 puntos.
Lo cual no es hizo traer a un tercer juego a nuestra casa y bueno las finales son así. Al principio ellos defendieron muy bien hay que reconocer el trabajo defensivo, tuvieron aciertos en el inicio, nosotros no pudimos convertir nos sacaron diferencia y esa diferencia se mantuvo hasta el 3er.cuarto donde pudimos emparejar el partido y el 4to.cuarto fue la parte mas dura ponernos en partido querés sacarle diferencia y bancarnos hasta la última pelota todo lo que pase y empezaron ahí los suplementarios. No íbamos a soltar el partido sabíamos que teníamos que ganar y eso fue lo que nos impulsó a que cada vez que nos sacaban 3 o 5 puntos de ventaja, hacer una buena defensa para ponernos a tiro. La verdad que hicimos un esfuerzo enorme.