Un juvenil de GEI en la Liga de Desarrollo

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Actualizado: febrero 7, 2017

«Mi hermano Diego volvió a invitarme a jugar al básquet cuando tenía edad de Infantil. Antes lo había hecho en varias ocasiones, y solo iba un mes y abandonaba, pero cuando llegué al GEI fue distinto, me sentí cómodo, me gustó que mis propios compañeros me enseñaran, y no quise dejar más».

Quien cuenta esto es Julián Sacinelli, nacido el 30 de abril de 1998, y en la actualidad con 2,07 de altura. Hermano de Diego, le hizo caso de ir a practicar a Universidad de La Matanza, Bomberos y GEVP, pero no se sentía atraído por el básquet y por esa razón despuntaba su tiempo deportivo con el tenis. Hasta que aceptó probarse en Gimnasia y Esgrima de Ituzaingó, y de acuerdo a su propio relato, halló el lugar para enfocarse en el básquet y cuatro años después, ser uno de los integrantes de Argentino de Junín en la Liga de Desarrollo de nuestra LNB. Un camino rápido de ascenso, ayudado sin dudas por su talla que aún no halló el techo.

«Del primer entrenamiento en GEI, recuerdo cuando me pusieron en el 5 vs 5 y no sabía cómo se defendía, y también el correr a una velocidad a la cual no estaba acostumbrado», cuenta el hijo de Claudio y Graciela y hermano menor de Cristian (29), Diego (28) y Axel (21), quien el año pasado terminó la escuela secundaria en la Escuela 6 de Ramos Mejía.

En los torneos formativos de FeBAMBA, participó en el Nivel 1 de la Conferencia Oeste, certamen en donde la entidad de Ituzaingó logró en la pasada temporada culminar en la quinta posición de la tabla general; un crecimiento visible en cuanto al trabajo que vienen desarrollando Gastón Peveri como Coordinador General y entrenador, acompañado por Fausto Pertuzzo y Ezequiel Vallesi en la dirección técnica de las diversas categorías, desde Escuelita hasta Maxibásquet, incluído los niveles Formales y Flex, ya que en 2015 finalizaron en el octavo lugar. Además, el poder conseguir instalar a los cuatro equipos de U13 a U19 en los playoffs.

Y llega este salto de calidad.

«Todo empezó cuando Gastón me comentó la posibilidad de irme a jugar a Hispano Americano (conjunto de Río Gallegos, quien debutó este año en la Liga Nacional), el cual luego no se dio, y por medio de un Campus se me dio la posibilidad de ir a una prueba de tres días a Junín con otros chicos.», cuenta Julián en un alto de la media tarde calurosa del sábado sofocante veraniego.

«Del Campus en Junín me enteré por medio de la página de la Liga de Desarrollo; era mi mayor deseo jugarla. Gracias a la dedicación y ayuda que me brindó el club pude llegar a ser considerado para integrar el plantel».

¿Cómo fueron esos días en Junín, mientras participaba de las pruebas?

«El primero fue raro, tenía muchos nervios y ansias de entrenar. Los demás días me fui tranquilizando, conociendo jugadores de la Liga, viendo la final de Junín en Cadetes, entrenando doble turno, midiéndome ante otros jugadores».

Se le pregunta entonces cómo fue el momento donde le confirmaron que quedaba en Argentino.

«En ese momento no sabía que decir, lo único que me salía era un si. Lo que más había soñado, jugar en un club de Liga Nacional, se me había cumplido. Tenía una alegría tremenda, un gran entusiasmo. Le avisé primero a mi papá en la terminal cuando me fue a buscar, luego a mi mejor amigo (Gonzalo); ambos se pusieron contentos y me incentivaron a ir a jugar allá».

En principio, Julián va por este 2017, aunque el entrenador del conjunto juninense le dijo sobre la chance de estar tres años; todo dependerá entonces de su sacrificio, trabajo y progreso diario.

«Me levanto, desayuno y me voy a entrenar. Luego voy a buscar el almuerzo en la rotisería, voy a casa, como y duermo la siesta. A la tarde meriendo, entreno, ceno y a la cama a descansar hasta el día siguiente. Así es mi rutina en el lugar donde vivo con dos compañeros más. Son entrenamientos de doble turno, y como estoy enfocado a pleno en esta experiencia, no hago nada que perjudique mi trabajo con el básquet», confiesa.

Ya se dio el lujo de debutar en la LDD.

«Cuando llegué se salió de gira el mismo fin de semana, por lo que me hicieron enseguida los estudios para poder jugar. Fue en Corrientes ante San Martín, y mientras estaba en el vestuario no podía creer estar allí a punto de jugar la Liga de Desarrollo». Fueron hasta allí en micro, en un viaje de diez horas, pocas frente al entusiasmo de Julián.

«Las horas fueron lo de menos, estaba viviendo una experiencia inolvidable. Jugué solo un rato, pero jugué; ingresé al final del primer cuarto, era puro nervios y una vez en el rectángulo se diluyeron. Me calmé y mejoré en los partidos siguientes», admite. Tras esa situación iniciática contra San Martín, llegaron Regatas, La Unión e Instituto. Esta semana arrancó anoche en Santiago del Estero frente a Olímpico y luego Quimsa.

«Estoy disfrutando este sueño y aprovechando ciento por ciento la posibilidad de aprender», asegura.

Se le pide para culminar la entrevista, unas palabras sobre la importancia de GEI en su corta vida. Solo tiene palabras de agradecimiento:

«La verdad, solo puedo agradecer, estoy sumamente orgulloso del GEI. Empecé a jugar al básquet gracias a Gastón y al Club, donde me brinaron todo lo que necesitaba. Es y será para siempre mi segunda casa, con palabras mucho no se puede expresar, pero el club por mí siempre que precisé algo me lo brindó. Agradecimiento por todo lo que hicieron por mi; siempre me voy a acordar que apostó a mí como jugador cuando no me quería ningún club y agradecer a todos, siempre me dieron una mano, en gimnasio, vitaminas. Gracias a ellos y a mi aporte mejoré. Simplemente gracias Gei por todo».

Julián Sacinelli, pivot de 207 centímetros, quien llegó a la entidad de la calle Lavalle con edad de Infantiles, hace pocos años atrás. Hoy, como Juvenil, cumplió uno de sus sueños de integrar un equipo de Liga Nacional. Juega en la Liga de Desarrollo, solo su persistencia y sacrificio dirá hasta donde llegará.