Se realizaron las Reuniones Regionales de FeBAMBA
Con el objetivo de seguir fomentando el desarrollo del básquet en cada...
Es historia por donde se lo mire. Deportivo San Andrés supo cruzarse con la gloria y la desidia durante los últimos 20 años. En 2007 al club de la Conferencia Norte, acostumbrado a ser un ejemplo en las divisiones formativas y una pieza fundamental para el inicio de la Liga Nacional, lo golpeó la cruda realidad por un par de resultados negativos que decretaron su descenso en la desaparecida Liga B.
A raíz de una gestión administrativa y deportiva impulsada años más tarde, San Andrés volvió a creer en sí mismo para salir adelante sobre lo que conoce bien, una estructura en base a sus inferiores.
Ernesto “Tito” Iboldi es parte de esa estructura que comenzó en 2011 y hoy lo encuentra en el ingreso a una temporada donde se cumplirá el 90° aniversario del club.
“La idea era volver a las fuentes del club, recuperar las divisiones formativas, ya que por el club han pasado jugadores y entrenadores históricos”, cuenta Iboldi.
También reconoce que “profundizar en el básquetbol formativo es lo queríamos hacer. Y desde 2011 a hoy, el incremento de los chicos fue notable”.
Dentro del proyecto existen objetivos de larga duración, nada puede suceder en el corto plazo. “Lo que buscamos no es salir campeón, nuestro objetivo es tener la mayor cantidad de jugadores en Primera”, en palabras del entrendor, el pensamiento de San Andrés es claro.
“El año pasado había 11 jugadores de Primera que surgieron del club. Es decir, cuando apostemos a dar un paso más alto y haya que salir a buscar jugadores lo vamos a hacer, pero seguramente no tendremos que salir a buscar un plantel completo porque ya tenemos una estructura dentro del club que está funcionando”, define “Tito” Iboldi para ejemplificar un antes y un después que vive San Andrés luego de una mala época.
¿Qué le pasó a San Andrés para entrar en una profunda crisis por aquellos años?
En 2006, San Andrés sale campeón de Capital Federal y juega la antigua Liga B, pero al año siguiente se fue al descenso y en simultáneo también descendió en la Primera de Capital. Es decir, el club había tocado fondo y deambulaba sobre la nada misma. A partir de que asumió Graciela (Spiazzi) comenzó a cambiar un poco la realidad del club.
¿Y cómo hicieron para armar un proyecto sobre semejante situación?
A mí me llamó Graciela porque el equipo se estaba yendo al descenso, pero mi idea no era venir para salvarme del descenso y por sólo tres partidos. Lo que me interesó siempre es hacer un proyecto serio y a largo plazo; estuvieron de acuerdo y ahora ya estamos en el quinto año de proceso. De hecho, se ha incrementado considerablemente la cantidad de jugadores, ascendimos al Top 20 y volveremos a tener la tira B, algo que había desaparecido y el club tuvo históricamente por la cantidad de chicos que tenía. Eso es fruto de trabajo de muchos años. Hoy contamos con profesionales idóneos, todos capacitados y recibidos en la escuela de entrenadores. Además, lo que se destaca es la cantidad de horarios para entrenar, te diría que casi todos los días. Trabajamos tres veces por semana con los equipos de cada categoría y los otros dos días se trabaja fundamentos técnicos. A eso hay que agregarle que incorporamos la preparación física.
¿Jugar en una categoría profesional es un paso a futuro?
Es el próximo paso para nosotros. El único problema es el estadio porque nuestra cancha no tiene las medidas reglamentarias. Es más, el año pasado queríamos jugar el Prefederal, incluso no descarto que juguemos esta temporada.
¿También hubo que acomodarse económicamente?
Absolutamente. La realidad es que el club ha crecido porque es un club de básquetbol, principalmente. Al tener más chicos, se incorporan los padres y hay una mayor vida social. San Andrés está en una etapa de crecimiento e intentando volver a las fuentes. Deportivamente estamos en lo máximo que podemos estar. Lo único que nos limita es nuestra cancha porque no cumple las medidas reglamentarias.