Se realizaron las Reuniones Regionales de FeBAMBA
Con el objetivo de seguir fomentando el desarrollo del básquet en cada...
La familia Bello estaba sentada alrededor de la mesa, cenando; en ese momento, papá Daniel le pregunta a su hijo Juancho: «¿Te irías a jugar a Santiago del Estero?». Mamá Gabriela y su hermano mayor Federico mantuvieron el silencio, esperando la respuesta del benjamín de la casa.
«Le respondí inmediatamente que sí, era una linda experiencia que no podía desaprovechar», cuenta Juan Martín, actual jugador de Olímpico de La Banda, integrante del equipo que participa en la Liga de Desarrollo, y desde hace unas semanas apenas, de la plantilla de Liga Nacional.
La charla se da en dos etapas, ambas luego de partidos, uno por cada competencia, contra el mismo rival: Bahía Basket, reciente clasificado al Final Four de la Liga de las Américas, en el Osvaldo Casanova.
«El miércoles perdimos por 50 puntos, ellos son los actuales bicampeones de la LDD y tienen todo para repetir, es un equipo muy largo, trabajan juntos hace tiempo y allí marcan la diferencia. Sin dudas están entre los mejores, o directamente son los mejores. Jugué 36 minutos; si bien no es excusa porque nos dieron una paliza, llegamos de una gira de tres partidos, muy cansados, y al haber viajado solo ocho jugadores, las rotaciones se acortan. Lo pagamos físicamente», expresa a la mañana siguiente, antes del entrenamiento. Luego, ya en la madrugada de este viernes, recién llegado del cotejo de Liga, le dice a Prensa que vencieron por diez. Hizo banco, pero igual para él es una experiencia maravillosa estar compartiendo con esos compañeros profesionales estos momentos.
La cena mencionada al principio se dio en los primeros días de octubre. Allí, el padre (quien es el entrenador de Caza y Pesca en superior, campeón FeBAMBA en 2015 y próximo a participar del Prefederal 2017, además de las formativas TOP 20), le expresa lo charlado con Cristian Ruiz, responsable del Olímpico en Liga de Desarrollo, y la posibilidad de ir a un Campus.
«Fueron tres días de entrenamientos intensos, y en noviembre viajó a Buenos Aires para verme en un partido. Luego, se comunicó conmigo y el Colo (Christian Bihurriet), y nos dijo que ambos íbamos a formar parte de ese plantel. Yo tenía pensado seguir jugando en el verano para no perder ritmo. Mi viejo me comentó la posibilidad de estar en un provincial de Entre Ríos, pero cuando nos salió esto, no lo pensé más: era una experiencia insuperable», expresa.
El viaje, lleno de ilusiones, lo hizo con la certeza de mostrarse y aprovechar la oportunidad al máximo.
«Llegamos el primer sábado de enero a la mañana y apenas arribamos, nos pusimos a entrenar. Me habían invitado para sumarme en diciembre, pero estábamos jugando playoffs con Caza y Pesca, por eso les pedí ir mas tarde. Habían jugadores de varias provincias, y todos con la idea de dar lo mejor; éramos doce en total, y junto al Colo con otro chico de Entre Ríos, paramos en un hotel a dos cuadras del club».
Su debut no fue el soñado, o al menos el esperado en la previa.
«Fue contra Estudiantes, en Concordia, y perdimos por quince. Jugué cerca de treinta minutos y no me fue de la mejor manera, pero yo sabía que era cuestión de tiempo para adaptarme a un equipo completamente nuevo».
Una vez asentado en esa plantilla, vino la citación para sumarse al equipo mayor.
«Recibimos a Echague, y esa experiencia no me la olvido más. Desde el inicio del partido sacamos una diferencia importante y desde ese momento supe que estaba la posibilidad de entrar en algún momento. Faltando tres minutos para concluir el tercer cuarto, Fernando Duro, el entrenador, me miró y me dijo: ‘Bello’…. ese instante me va a quedar guardado en mi memoria para siempre», cuenta con emoción al recordar su debut en la Liga Nacional.
Los nervios lógicos, pero solo al principio. Duró le mantuvo en cancha por el resto el partido, y promediando los diez finales, llegaron las conversiones.
«A mediados del cuarto, parada y tiro de dos puntos (risas). Luego metí un triple. La adrenalina me puso nervioso, pero fue solo al principio, después me solté. Entendí que estaba donde quería estar y debía aprovechar esa oportunidad. Compartir los viajes y vestuario con los jugadores de Liga es algo único», admite. Entre esos compañeros, está otro hijo dilecto de FeBAMBA, Maxi Stanic.
«Maxi es un fenómeno dentro y fuera de la cancha, es una gran persona a la cual admiro mucho. Trato de aprender lo más que pueda de él, porque me aconseja siempre», refiere Juancho sobre su compañero, una de las figuras de Olímpico.
Es base, mide 1.75 y nació el 6 de enero de 1999. Se formó como jugador en Caza y Pesca; y en la entidad de Don Torcuato tuvo en el 2016 una gran temporada con los U17. Llegaron a cuartos de final cuando cayeron frente a River Plate, pero previamente, obtuvieron una resonante victoria contra Obras, de visitante. En ese partido, Bello jugó tal vez su mejor encuentro hasta el momento.
«Sabíamos que Obras era un gran equipo, y era favorito porque nosotros llegábamos de abajo, en la zona Permanencia. Arranqué el partido no muy efectivo, pero en el segundo tiempo me enfoqué, y básicamente entró todo lo que tiré», expresa entre risas, recordando ese majestuoso cotejo, donde su planilla culminó con 52 puntos, entre ellos 11 triples.
«No lo voy a poder olvidar más, pero no solo por mí, sino por el club, ya que dejar afuera a Obras en un playoff, muestra el crecimiento del Tiburón». Y hace referencia al mismo.
«Caza y Pesca es mi casa, mi familia; tengo allí a todos mis amigos, su gente es increíble y el crecimiento es fundamentalmente por su trabajo constante», asegura. No solo allí tiene a sus amigos, sino nada menos que a su padre como director técnico. ¿Cómo es ser entrenado por tu padre?
«Nada fácil… (risas). Al ser tu papá hay veces donde pensás que te saca por ser el hijo y tiene la tranquilidad que no le puedo decir nada. Pero más allá de eso lo disfruto porque me enseñó todo lo aprendido y es el primero en apoyarme en todo lo encarado», confiesa.
Debutó en la Liga, es un habitué de la LDD, pero es muy joven. Con apenas dieciocho años, tiene mucho camino por transitar y por eso la pregunta final está referida a cuáles sueños apunta en el básquet. Y Juan Martín responde:
«Seguir jugando la Liga y poder vivir de este deporte tan lindo».
Juancho Bello, uno de los productos de FeBAMBA, a través de su nacimiento en Caza y Pesca, que aporta sus cualidades y talentos, para que la Liga Nacional pueda ser cada día más grande.
FOTOGRAFÍA: Mario Paz