Se realizaron las Reuniones Regionales de FeBAMBA
Con el objetivo de seguir fomentando el desarrollo del básquet en cada...
Ya conocidas las zonas donde los equipos superiores competirán desde el próximo 21 de abril, intensifican su preparación con el objetivo de llegar de la manera más óptima al comienzo del campeonato. Uno de ellos es Universidad de La Matanza, quien viene con el antecedente de haberse consagrado en la Copa de Oro en el Oeste y el Final Four de FeBAMBA; los universitarios tuvieron, luego de un año con lesiones varias, el pico de rendimiento a fin de temporada y por eso pudieron alzarse con su conferencia y el cuadrangular con los otros tres campeones.
Para este 2017, UNLaM se renovó con varias fichas, y en una zona complicada, buscará acceder a la Metropolitana. De eso y otros temas habló Mariano Gerez, entrenador de la Primera. La charla comenzó recordando la culminación del 2016, con los mencionados logros.
«En la primer parte del año nos costó encontrar la química necesaria para poder conseguir un buen funcionamiento como equipo, porque teníamos varios nuevos, y eso cuesta siempre ensamblarlo enseguida. En la segunda mitad, sobre todo luego de los Juegos Universitarios, comenzamos con cambios posicionales en jugadores y en la formación. Terminamos hallando un funcionamiento muy bueno, con goleos bastante repartidos y eso, tanto en playoffs de conferencia como Final Four nos vino excelente. Preparamos muy bien el partido contra Gevp, porque para nosotros era clave; ajustamos mucho con su anotador. Luego, en el último partido conseguimos el objetivo de quedarnos con el cuadrangular», explica Mariano.
Aún con el título, el plantel se renovó bastante, pero el director técnico, eso se debió a asuntos especifícos:
«Nuestra idea original no era reforzar demasiado el equipo, sino mantener prácticamente el mismo plantel y sumarle dos refuerzos buenos; pero por distintos motivos, alguno que dejó de jugar, otro yendo a vivir al interior, otro a jugar el Federal, el plantel se fue desarmando. De hecho, tres de los cinco titulares con los que ganamos están en otro lado. Debimos reforzando bastante, y lamentándolo mucho, comenzar nuevamente de cero en cuanto a filosofía de juego se refiere. Pero los jugadores llegaron por una necesidad de rearmar el equipo», explica.
En el arribo de nuevas piezas, hay varios salidos recientemente de los U19 en TOP 20 (Guerrero, Martínez, Frete), jóvenes U23 (Petrucelli, Utón) y un experimentado para guiar al equipo (Hechavarría). Gerez relata la llegada de los mismos, y el desafío como entrenador en manejar una plantilla numerosa.
«Conformamos un buen plantel con jugadores muy jóvenes, la mayoría tiene menos de 23 años; el plantel es largo, once son mayores y si, deberemos administrar sabiamente los minutos. Durante el año, por diversos motivos, alguno se ausenta y tendremos con quien suplantarlo; la realidad es que estamos en plena formación, y si bien se conocen de haberse enfrentado en las canchas, aún deben seguir haciéndolo como grupo nuevo. Se ven cinco días a la semana, tenemos mucho trabajo por delante, porque el torneo es muy exigente, sobre todo la primera parte de la temporada, porque es donde te posicionás para el resto del año», admite.
Justamente, la charla se enfoca en el grupo donde jugará, frente a rivales muy peligrosos. Probablemente, la zona más dura del oeste.
«La realidad, es muy complicada, con equipos muy fuertes en sus localías, Más allá del plantel que tengas o puedas tener, Unitarios se hace difícil en su cancha; Satos Lugares tiene una complicada para ir a jugar, Almirante Brown es otro que se potencia mucho de local. Padua ni hablar; y San Miguel con Morón tienen muy buenos planteles. Va a ser durísimo y nuevamente al inicio nos toca otra vez estar en pleno armado del equipo y conocimiento de cada uno de los chicos; pero bueno, el año pasado estuvimos muy cerca de entrar, se nos escapó por poco y ahora haremos todo lo posible para meternos entre los dos primeros, porque es lo que queremos. Aunque no va a ser nada fácil».
Se le pregunta sobre qué tiene Matanza para aspirar a una de esas dos posiciones en el intento de clasificar a la Metropolitana.
«Estamos muy conformes con el plantel armado; tenemos jugadores en todas las posiciones, con tiro, juego de espalda, defensores. Estamos bien cubiertos, creemos estar bastante completos; el desafío es transformar esas individualidades en solidez colectiva, que es lo más difícil de lograr. Por eso es tan importante eso en los equipos que logran una base de seis o siete jugadores en varias temporadas; lo ves en clubes como Afalp o Club Morón, donde por sobre el nivel individual, se conocen mucho y eso siempre te saca un plus. Pero como te dije, estamos conformes con lo nuestro; aparte tenemos muchos compromisos por delante, porque aparte del torneo de FeBAMBA, participamos en los Juegos Universitarios, un torneo regional y otro nacional, además de un 3×3 panamericano a nivel universitario. El calendario es bastante completo y por eso debíamos tener un plantel largo», asegura.
La actividad detallada por Mariano lleva a otra pregunta, sobre las diferencias de trabajo en un club a una universidad. Y las detalla:
«La frase ‘Esto no es un club, es una universidad’, se aplica de lleno, aunque dentro de la cancha la manera de trabajar es similar, pero hay ciertas pautas a cumplir, porque estamos en un sitio completamente diferente a un club. Debemos regirnos con ciertos conceptos, pero realmente están buenas y no sería para nada malo que los clubes lo adopten; por ejemplo, asegurar a un jugador que viene a hacer una prueba tanto en formativas como primera división. Estoy más que agradecido por pertenecer a una institución como la Universidad, me han brindado muchísimo para poder trabajar de la mejor manera, con un grupo de entrenadores espectacular, que me dan una mano en cada cosa necesaria».
Ese equipo, además de Gerez, está integrado por Rodrigo Remedi (asistente), Mauro Lellimo (preparador físico), Jorge Dalbes, Federico Ale, Alejandro Rodríguez, Leandro Arguello y Nicolás Arena.
El año no comenzó del mejor modo para el entrenador. A nivel personal sufrió la pérdida de su padre Tito, y la parte final de la charla gira en torno al recuerdo paterno.
«Fue una persona que me acompañó desde muy chico hasta cada partido de grande, incluso en mi etapa de entrenador, hasta que por distintos problemas de salud no lo hizo con regularidad, hasta dejar de ir. Siempre en cada lugar donde estuve, él decía presente ayudando al club donde formaba parte, sea Ramos, Deportivo Morón, Club Morón; en todos lados siempre aportó desde lo dirigencial en las comisiones. La verdad, lo voy a extrañar mucho; es difícil porque es muy reciente; desde mi familia estamos apoyando a mi mamá (Norma) para ayudarla a seguir la vida como mi papá hubiera querido. Un lema que él tenía era: la vida sigue, y por eso hay que seguir adelante y esforzarse por cumplir con las cosas que uno sueña», dice emocionado.
Entre esos sueños, sin dudas figura poder llevar a su UNLaM a lo más alto de la Federación, en su segundo año como entrenador en la Universidad. Tiene material humano para cumplirlos.
FOTOGRAFÍA: Prensa Universidad de La Matanza