Se realizaron las Reuniones Regionales de FeBAMBA
Con el objetivo de seguir fomentando el desarrollo del básquet en cada...
La basquetbolista juninense Macarena Rosset será uno de los nuevos rostros de Vélez Sarsfield en la próxima Liga Nacional Femenina y charló acerca de las ilusiones con las que vendrá desde el mercado europeo, donde está afrontando los playoffs.
La surgida del Club Junín tuvo un extenso paso por el conjunto de Liniers en las categorías menores y en la Primera aunque este retorno responderá a la creación de una nueva competencia.
-Volvés a Vélez, ¿cuáles son los motivos de tu decisión?
-Cuando decidí jugar la Liga Nacional Femenina, una de las cosas que tuve en cuenta es elegir un lugar cerca de Junín, ya que vengo de 8 meses afuera, así que cuando surgió la posibilidad de Vélez me puse contenta porque me siento como en casa.
-¿Con qué expectativas llegarás al país?
-Creo que cualquier deportista al afrontar una liga siempre tiene la mayor expectativa, que es ganar y llegar lo más alto posible. Primero quiero adaptarme tanto al juego como al grupo, y después que el equipo se afiance y avance poco a poco en el campeonato.
-¿Qué tipo de proyecto deportivo llevarán adelante?
-Todavía no hablé tanto con el entrenador pero esta liga le sirve al club para volver al ruedo en este tipo de competencias tras un largo tiempo sin hacerlo. Igual conociéndolo a Gabriel, creo que vamos a afrontar cada partido como una final para llegar lo más alto posible.
-¿Sentís que puede dar un salto de calidad en el básquetbol femenino?
-Creo que sí, es un paso para que empiece a desarrollarse, lo importante es que este interés no se diluya y año tras año se mejore cada vez más .
-Vas a compartir plantel con una experimentada como Sandra Pavón, ¿qué significa?
-Siempre fue un placer compartir equipo con San, es una gran referente para el club y el básquet argentino en general. Aprendí mucho de ella, y creo que nos vamos a poder complementar muy bien.
-Por otro lado, ¿qué balance hacés de tu paso por Europa?
-Todavía no terminé (risas). Pero creo que el cambio de equipo (de Alemania a Italia) me sirvió para estar más tranquila y poder hacer mi trabajo de una mejor manera. Ahora quedan los playoffs así que a full con eso.
-¿En qué has cambiado tanto adentro como afuera de la cancha?
-Creo que lo que más cambié es mi carácter. Al irme de Argentina, cuando tenía 22 años, era muy autoexigente y perfeccionista, hecho que muchas veces no es tan positivo. Empecé mi cambio con Germán Diorio (psicologo deportivo), él me ayudó mucho, seguía con sesiones por Skype; y después creo que el hecho de estar solo te ayuda a entender muchas cosas. Creo que todo esto se plasma un poco después en la «maduración» dentro del campo de juego.
-¿Qué te sorprendió?
-No estoy sorprendida, creo que para lograr ciertas cosas se necesita paciencia, perseverancia y ganas. Obviamente que no son todos momentos de rosa, pero hay que seguir, no hay otra manera.