Se realizaron las Reuniones Regionales de FeBAMBA
Con el objetivo de seguir fomentando el desarrollo del básquet en cada...
«Lo del High School fue un poco inesperado; Guillermo Vecchio me invita a un torneo en República Dominicana con un equipo armado por él. La razón fue haber tenido un buen desempeño en el Campus que brindó en Miami en el verano anterior. En ese certamen también me fue bien, con la chance de competir con conjuntos de gran nivel, con la presencia de entrenadores de Estados Unidos, entre ellos el de St. Thomas UNiversity, Patrick Gayle. Se presentó y me invitó aun entrenamiento personal allí, y sinceramente, ambas partes quedamos muy conformes con esa pràctica; me contó sus deseos que estuviera con ellos pero le dije que me quedaba un año de High School. Entonces me recomendó hacerlo en uno de ese país para ir adaptándome al juego, costumbres y comidas; fue todo muy rápido porque en una semana pasé de entrenar con él en St Thomas a entablar contacto con el entrenador del Inmaculata Lasalle, Michael Gilbaud, donde tras varios entrenamientos durísimos me invitó a efectuar el año escolar que me faltaba. Junto a mis padres decidimos que era lo mejor para mi; y así empecé».
Las palabras pertenecen a Brandon Szlaien, jugador que en este actual Prefederal defiende los colores de Los Indios, institución donde llegó a los seis años luego de uno en el country de Banco Provincia con Julián Olmedo como uno de los entrenadores. Fue en la entidad de Moreno cuando comenzó a profundizar los conceptos del básquet con la supervisión de Jerry Fortunato y Matías Bertoglio, quienes en aquel entonces eran los responsables de la actividad. Refiere a su actualidad con 18 años, con la participación en el campeonato que tiene a los de Flavio Ampuero como líderes del grupo 1, y este base mantiene el ritmo antes de emprender el regreso al país del norte para afrontar su primera temporada en la NCAA 3 jugando para Dean College, de Massachussets.
«Unos amigos me recomendaron venir a Los Indios para poder competir de manera oficial; entonces no lo dudé porque de muy chico siempre fui muy competitivo y encima los chicos me recibieron muy bien desde el primer momento, me sentí uno más desde el primer momento, cómodo con ellos. Junto al trato recibido por los entrenadores, quise quedarme aquí por muchísimos años; de ese grupo me quedaron un par de amigos los cuales sigo frecuentando y viendo. Las relaciones humanas, el respeto y el calendario de una competencia oficial hicieron que Los Indios sea mi familia», expresa Brandon, con un lenguaje fluido, cristalino, amplio, que denota la buena educación secular recibida.
Junto a Jerry y Matías, tuvo como formadores a Astor Undargarín, Santiago Ibañez, Diego Wenk y Flavio Ampuero. Estuvo en las inferiores hasta el 2015, momento donde le surgió la chance de ir a jugar el TOP 20 para Ferro Carril Oeste, en ese entonces dirigido por Lucas Imbrogno y Ariel Trapasso, quien se hizo cargo tras el deceso del Cholo.
«Seguí en contacto con los chicos, sabía de las chances concretas de ascender y cuando lo consiguieron, no lo dudé un instante; me comuniqué con Flavio, le manifesté mis deseos de regresar y dentro de mis posibilidades darle una mano al equipo. Volví y estuve hasta agosto, cuando surgió lo del High School».
Pide decir unas palabras sobre Lucas:
«Me dio la posibilidad de debutar en la Primera metropolitana con Ferro, y jugar en juveniles cuando tenía edad de cadetes. Le tenía muchísimo afecto porque en todo momento demostró su confianza hacia mi como jugador. El cambio fue grande porque la competencia en el TOP 20 es muy fuerte, mayor al de Conferencias, y además, estar en una institución con tanta historia y un presente en permanente alza. Tuve una preparación intensa en el verano, con entrenamientos fuertes y un equipo prácticamente nuevo, con varios como yo llegados desde otros lugares. Terminamos llegando a semifinales de playoffs. El Cholo recuerdo haberme citado para jugar un encuentro de Primera y me invitó a quedarme a entrenar con los juveniles; sin conocernos mutuamente, me enseñó a confiar en mi mismo», expresa.
Nació el 26 de septiembre de 1998; mide 1,92 y es base. Hijo de Claudio Szlaien y Fabiana Buchter, tiene dos hermanos, Lucas (20) y Danila (16). Estudió toda su vida en el Bartolomé Mitre Day School, un colegio bilingue ubicado por la calle Reverendo Padre Fahy de Moreno. Sus buenas notas fueron un condicionante favorable para acelerar su ingreso al High School.
«Fue en principio complicado porque más allá de querer reclutarme, faltaban solo dos meses para el inicio de clases; pero me recomendaron mandar mis notas. Fue un jueves, esa misma noche regresaba a Buenos Aires y la directora del colegio me llama, a pesar que estaba de vacaciones, me habló sobre esas notas y sugirió quedarme en Estados Unidos porque al lunes siguiente me darían la posibilidad de rendir un examen de ingreso; lo hice, les agradecí la oportunidad y salió todo bien», dice con gratitud.
«A Brandon lo tuve un año, cuando era U13 junto con otros chicos, pero entrenaban y jugaban en el Sub 15 B y por eso lo entrené- comenta Diego Wenk, responsable de la tira B en Los Indios-. Desde chiquito siempre quiso jugar al básquet y a medida de pasado el tiempo, esa decisión estaba cada vez más firme y ahora se ve. Por suerte la familia acompaña y él es muy responsable, porque para pasar de un High School con beca siendo extranjero, a una University, además de terminar como MVP de Lasalle, habla mucho sobre eso. Como persona es excepcional, respetuoso, siempre atento a las indicaciones y querer mejorar. Yo sabía sobre el tener entrenadores personales para mejorar su técnica y aprendizaje individual; aprovechó su tiempo y las opciones del club. No me sorprende su realidad actual».
Por su parte, Ampuero dice sobre Szlaien:
«Como jugador siempre fue un base armador de nivel, con buena talla; le agregó defensa y velocidad a su juego y lo mejor, una gran lectura para hacer jugar a los demás. Como persona no puedo decir nada que no sea formidable, lo tengo desde los 14 años; posee una educación tremenda, buenos modales y criado de la mejor forma. Es un chico bárbaro, super laburador, concentrado, siempre con ganas de entrenar; de hecho lo hice de manera individual con él, en todo momento con la mejor predisposición. Es el ejemplo cabal sobre que las cosas se dan y logran porque sobre todo se tiene esta conducta; es muy difícil poder llegar a niveles altos si no se poseen las cualidades que tiene Brandon».