Se realizaron las Reuniones Regionales de FeBAMBA
Con el objetivo de seguir fomentando el desarrollo del básquet en cada...
La primera experiencia de Campus de Imperio Juniors dejó un excelente resultado. Aproximadamente 60 chicos se acercaron durante tres días al histórico club de César Díaz y Helguera, en el barrio de Villa Santa Rita. Fue una gran alegría para todos aquellos que forman parte de las entrañas del lugar y que también pasaron por los peores momentos de la Institución.
El Campus, coordinado por el entrenador de la Primera Carlos Ballester, se basó en el perfeccionamiento de la parte técnica y los fundamentos. Los chicos recibieron las enseñanzas de Roberto Santín, entrenador de River en el Torneo Federal y con pasado como jugador, Marcelo Blotta, Raúl Rímoli y Pablo Catapano y Sebastián Borda, ambos actuales jugadores de la Primera de Imperio. Pero además aprendieron sobre vendajes con el kinesiólogo Alan Barbe y sobre capacidades coordinativas con la profesora Leticia Weinmeister.
Por otro lado, disfrutaron y debatieron sobre la historia de los Campeones Mundiales de 1950 con la película “Tiempo Muerto”, basada en el libro “Donde Habita del Olvido”, de Emilio Gutiérrez.
Para este Campus, Imperio recurrió a gente que lleva al club en el corazón y que tiene un sentido de pertenencia muy marcado. Las charlas del último día reflejaron un poco eso. Santín, Catapano y Borda cumplieron muy bien con estos requisitos y fueron capaces de transmitir lo que es ser parte de Imperio.
“Creo que lo primero que le pude aportar a estos pibes es lo que significa jugar en este club, ya que acá pasé mi adolescencia y me marcó deportivamente. Esa fue una etapa importante de mi vida y eso es lo que les quise remarcar. Son pocos los clubes que cuentan con el sentido de pertenencia que tiene el jugador de Imperio. La gente, lo social, lo deportivo, jugar con la cancha repleta, aprender a ser competitivo y querer ganar siempre y sentir lo que es el sacrificio amateur. En la época que yo jugaba, eso significaba ser jugador de Imperio”, contó con orgullo.
En cuanto a lo deportivo, Santín también aportó su granito de arena. “Expliqué defensa uno contra uno, a pesar de que dirijo al equipo más goleado de la Liga”, bromeó entre risas. El entrenador confesó que se llevó una gran sorpresa porque “esta gente logró llenar el gimnasio de chicos. El trabajo de la gestión de Aníbal Buzzalino en lo que hace a la recuperación del club fue brillante. Y tener un técnico con la experiencia de Carlos Ballester acompañando la idea es muy importante”.
Por otro lado, la finalidad de la charla de Borda sobre el juego en equipo fue muy interesante. “La idea con Carlos (Ballester) era hablar de la experiencia de lo que es un equipo y los roles que tiene que cumplir un jugador en la cancha, todo para que los chicos vayan desarrollando un pensamiento grupal y no tanto individual”, remarcó. Y agregó: “Está oportunidad está buenísima. A la vez para nosotros es nuevo, es una experiencia distinta hacerlo desde el otro lado. Calculo que para los chicos debe ser bueno que los jugadores que ven los viernes a la noche en los partidos se acerquen a charlar un rato y a conocerlos un poco más. El resultado final fue fabuloso”.
Lo que no podía faltar es la experiencia de Pablo Catapano, jugador surgido del club, que se fue cuando era cadete, pasó por River y Banco Provincia y después voló nada menos que al básquetbol español, donde permaneció 10 años jugando la Liga LEB, con un ascenso a la ACB con Menorca. “Fue una experiencia excelente poder llegar a ser profesional, es la meta máxima. Pude jugar en un altísimo nivel. Pero bueno, eso se acabó. Ahora es el momento de transmitir todo eso en el club donde nací, crecí y me gusta estar. Yo tengo casi el doble de los años que tienen los chicos solamente jugados al básquet. Intenté pasarles algunos conceptos que aprendí a lo largo de los años y acortarles los caminos, que aprendan, se diviertan y que sean cada vez mejores personas y jugadores”, dijo.
Pablo se fue muy satisfecho por lo que lograron con este evento: “Fue muy positivo, primero por la cantidad de gente y después por la experiencia mutua. Es muy reconfortante poder compartir momentos con ellos y que aprendan desde distintos aspectos del juego hasta lo que es un vendaje. Nosotros, cuando éramos chicos, no tuvimos estas oportunidades, por eso es muy valorable”.
Sensaciones y postales de lo que dejaron tres días de intenso trabajo en Imperio, que seguramente buscará repetir todo lo bueno realizado en esta ocasión.
La reina del Campus
Una cuestión llamativa que tuvo el Campus de Imperio fue la participación de una sola chica. Se trata de Ailén Rosas, una jugadora U15 que llegó acompañada de toda su familia desde Claridad de Ciudadela, club donde además ya es monitora de los más chiquitos. Ella no se imaginó que iba a ser la única, aunque eso no la inhibió en absoluto. Las ganas de jugar y aprender que ofreció fueron para destacar. “Estuve muy cómoda, lo disfruté muchísimo y la pase súper bien. Me gustó que se haya trabajado muy duro e intenso”, agradeció.