Ezequiel Manzanares, nueva figura de Echagüe

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Actualizado: julio 31, 2017

Ezequiel Manzanares se acerca al club GEI el sábado por la noche para brindar una charla y responder las preguntas de los chicos que están participando del Sexto Campus. Llega al restobar calefaccionado para amortiguar un fin de semana frío, acorde a la época estival, y tras saludar a los conocidos que lo esperan, ingresa al estadio, donde aguardan los niños dispuestos a hacerle todo tipo de preguntas.

Tras ser presentado por el coordinador de la actividad y entrenador general, Gastón Peveri, habla sobre sus inicios en Argentino de Castelar, sus comienzos como jugador, anécdotas, gustos y decenas de temas más instalados por los pequeños jugadores. Luego de una hora, participa de lanzamientos con ellos, y una vez saciada la curiosidad de los niños, Ezequiel regresa al mismo sitio del inicio, para charlar con Prensa no solo de lo ocurrido hace instantes, sino sus tres años en Huracán San Justo en el Torneo Federal y su pronta nueva experiencia en Pedro Echague por el mismo certamen.

«Siempre está bueno venir a un evento de este tipo cuando sos invitado por algún club, como este caso el GEI. Es realmente reconfortante hablarle a los chicos del minibásquet porque es la mejor etapa deportiva cuando al aprendizaje se refiere, hacer amistades, entrenadores que te dejan enseñanzas para toda la vida. Me encantó el rato que estuve aquí, estoy muy agradecido a Gastón (Peveri), Chiqui (Fausto Pertuzzo) por la invitación. Salió todo muy lindo», comenta Ezequiel en el inicio de la charla mencionando sus sensaciones de participar del Campus.

Nacido en Argentino de Castelar, cuando participa de este tipo de acciones, sus recuerdos van hacia aquellos tiempos de Encuentros.

«Claro, tuve muchos encuentros en Misiones, Corrientes, y reitero lo que le dije a los chicos: es la mejor etapa donde disfrutás, viajás. Si bien eran otras épocas donde no se hacían tantos campus en vacaciones de invierno, lo veo como una muy buena iniciativa para fomentar el deporte, estar dos o tres días con los compañeros, seguir formando lazos de amistad; es lo más lindo en esta edad, porque deben divertirse, disfrutar el juego, seguir aprendiendo escuchando a sus entrenadores, porque son los que marcan un poco el camino, la ascendencia y el sentido de pertenencia a su lugar», comenta.

Termina una etapa en Huracán San Justo, y se le pregunta que le dejó ese paso por la entidad de La Matanza.

«Fue hasta el día de hoy, la mejor etapa deportiva de mi carrera. Sinceramente no tengo problemas en decirlo, allá por agosto de 2014 llegué a San Justo con un montón de expectativas e ilusiones a un equipo muy joven, donde no nos armamos para pelear algo importante sino mantener la categoría. No imaginé todo el proceso posterior de tres años y el cariño recibido en el club; desde lo personal y colectivo estoy más que agradecido a la gente que confió en mi, como Mauro Salzman, quien fue mi primer entrenador, Gaby Nagel y Héctor Roberto, quienes hablaron para llevarme. Como me tocó despedirme de ellos (y seguro nos debemos una que otra comida), nací jugando en Argentino, pero el amor y cariño brindado por Huracán y su gente, no se compara con ningún otro club donde estuve. Lo siento así y no tengo por qué no decirlo; traté de brindarme al máximo tanto como jugador y persona, y quizás el premio a ello fue haber tenido la capitanía como reflejo de haber dejado todo. Fue un camino hermoso recorrido juntos y estoy seguro que en algún momento volveré», afirma el escolta de 1,92.

Cuando analiza desde lo deportivo el paso del Globito en su tercera participación Federal, dice:

«Fue muy positivo, si bien algunos cambios en su formato de competencia hicieron que a diferencia del año anterior debimos afrontar los playoffs desde la instancia inicial. Solo habían dos cupos para pasar a la otra ronda directamente y a priori en nuestra conferencia estaban equipos muy fuertes como Ramos Mejía, Pedro Echague, Racing, River y nosotros. Nuestro objetivo era hacer una muy buena pretemporada, ganar los primeros partidos para acomodarnos y ver como nos encontrábamos como grupo, fortaleciéndolo, mejorando debilidades y potenciando virtudes. Quisimos entrar entre los dos de arriba, pero por un solo partido no conseguimos el primer lugar; es muy loco pero ese juego nos habría cambiado tal vez todo el recorrido posterior. Los cruces fueron muy bravos para nosotros».

Y tras eso, su arribo a Pedro Echague.

«Mi llegada se dio a través de mi agente (Martín Budding); la gente de Echague mostró interés en mi; ya se había manejado esa opción pero nunca fue tan firme como ahora, además de sentirme muy cómodo en Huracán. Hubiera seguido allí si se mantenía el equipo, pero por cuestiones económicas, la dirigencia me dio vía libre, por así decirlo, para buscar otros rumbos. Se dio muy rápido, tuve una charla con Juan Pablo (Boadaz) donde en menos de 24 horas de hablar con él decidimos esta posibilidad de incorporarme y sumarme a Pedro Echague en un nuevo proyecto», expresa.

No solo Manzanares llega a la entidad del Bajo Flores. Matías y Germán Fernández junto a Juan Pérez también se trasladarán desde San Justo, lo cual hará que a pesar de las varias contrataciones, el entrenador tendrá una base que ya viene jugando de manera conjunta desde hace tiempo.

«La verdad sorprende, no recuerdo algún equipo pasar por una situación similar, al menos en el último tiempo. Pero eso fue un plus en decidirme a elegir Echague; con los dos Fernández nos conocemos, junto a Matías estuvimos las tres temporadas en Huracán. Y un aspecto clave fue que Juan confiara en mi, diciendo que si yo iba allí, el también lo haría. Tenemos una relación de amistad, lo valoro mucho como persona y jugador, se como puedo confiar en él y lo que podemos dar juntos adentro de una cancha. Ahora, a trazar el año, preparar una buena pretemporada y diseñar nuevos objetivos», agrega.

Su profesionalismo al encarar las temporadas previas del Federal, lo ha llevado a no participar de los Prefederales. Se le pregunta si fue una decisión propia o no se dio la chance de jugarlos.

«Este año fue muy especial para mi, porque fue muy bueno lo de San Justo y nunca me había pasado eso que varios equipos quisieron contratarme o llamarme para integrar sus planteles. Preferí descansar porque terminé una temporada dura, jugando muchos minutos y en playoffs con bastante presiones; estuvimos muy cerca de pasar uno y estoy convencido que de haberlo pasado (ante Belgrano de San Nicolás), llegábamos mucho más arriba. Quedamos fuera en un quinto partido y tras eso, prioricé descansar para recuperarme de algunos dolores en los tendones; nada grave, pero molestias de la temporada en si. Y como quiero dedicarme a esto, sentí que debía llegar pleno a Echague, porque me gusta cumplir con quien me contrata; además de los entrenamientos establecidos busco algo distinto para mejorar. Con 27 años me siento en mi mejor etapa y quiero ir hacia mi pico máximo de rendimiento, hacerlo bien porque me hará feliz. Por eso no quise jugar el Prefederal», asegura.

Mientras espera que llegue el momento de integrarse a su nuevo club, posiblemente en la tercera semana de agosto, su rutina indica pesas en el gimnasio, ejercicios individuales para fortalecer aspectos físicos con el profesor Diego Mirabella junto a kinesiología. Y lanzamientos al aro, en el propio Echague. Junto a ello, el trabajo en el negocio familiar.

«Llevo una vida muy tranquila, por suerte conseguí mudarme solo y eso implica otras responsabilidades. Cuidándome y mentalizado que se viene una temporada con objetivos altos y para eso habrá que hacer un gran trabajo», finaliza.

Ezequiel Manzanares. El escolta con enorme poder en sus lanzamientos externos, llegó a Pedro Echague y ser una de las cartas en el renovado sueño de la entidad que busca definitivamente dar el gran salto nacional.