Se realizaron las Reuniones Regionales de FeBAMBA
Con el objetivo de seguir fomentando el desarrollo del básquet en cada...
En este 2018, Argentino de Castelar tuvo algunos cambios en su cuerpo técnico. El principal, con su equipo superior; luego de algunas temporadas con Carlos Bianchi al mando, en esta decidió darle una oportunidad a Facundo Pavón, ex jugador de la entidad, y quien en la anterior se desempeñó como asistente de Bianchi, además de conducir las formativas que compitieron en el Nivel 1 de la conferencia oeste.
«Estaba desde el año pasado con los cadetes y juveniles, y en esta, con la partida de Carlitos, me ofrecieron hacerme cargo de la Primera. Fue así de simple y rápido; entonces ahora, junto al trabajo con la tira, se suma este nuevo desafío», comenta Facundo mientras transcurre sus horas de la media tarde en una de sus ocupaciones personales, que implica el trabajo como profesor de educación física en escuelas para chicos con capacidades diferentes.
En la vida de Pavón como jugador, hubo un antes y después luego de una noche en Deportivo Morón, cuando el Gallo se jugaba el ascenso al Nivel 1, y recibieron a Claridad en una noche con la cancha abarrotada de gente. A los pocos minutos sufrió una severa lesión, y desde allí ya prácticamente no pudo retomar con continuidad, y fue desde entonces que comenzó a transitar el camino de la dirección técnica.
«Si, fue hace mucho ya eso; en ese partido me rompí la rodilla y al año siguiente, tras operarme y recuperarme, jugué un par de cotejos. Pero arrastraba también una lesión en la espalda, y por eso luego de algunos pocos meses, decidí dejar y dedicarme un poco más a esta función», recuerda.
Entonces, su primera experiencia fue como asistente de Hernán Tovorovsky, justamente en Deportivo Morón, en el año 2016, para en el siguiente recalar en Argentino. Comenzó a jugar básquet en el Club Morón, tanto en premini como mini, para recalar luego en el Deportivo, y sucesivamente, Ramos Mejía («jugué el Provincial con Aispurúa, Lopresti, entre otros. Salimos campeones y ascendimos a lo que era la Liga B»), Independiente de Tandil, Cañuelas, Pilar, Castelar y Deportivo Morón.
Recibido como profesor de Educación Física en al Universidad de La Matanza, pudo entreverar el tiempo entre algunos compromisos relacionados a sus estudios con el hecho de ser jugador profesional.
«Siempre estuve ligado a la Educación Física; hoy trabajo en una escuela de chicos especiales. Mientras estudiaba en Matanza, conocí gente amiga, la cual desde hace unos seis años nos ofrecieron trabajar en una colonia con esos chicos. A raíz de esos contactos, una profesora me contactó con ese colegio (Colegio Papai, en Ortiz de Rosas 940, Morón) y ya van cinco años allí. Además, con otros niños especiales trabajo cada sábado a la mañana en un club que funciona como una especia de Colonia. Es por la mañana, antes de ir a dirigir las formativas», comenta Facundo.
Se le pregunta entonces, al trabajar con esos niños, en que proporción aprende de ellos, tanto como enseña.
«Todo el tiempo estoy aprendiendo de ellos; te hacen ver que uno arma problemas por situaciones relacionadas a lo material, y ellos te bajan a una realidad distinta. Es cierto, es un trabajo laborioso y a veces te cansa físicamente, pero la recompensa de poder realizarlo en lugares donde te gusta lo compensa. Se aprende todo el tiempo, son simples, y enseñan lo que le transmito a los padres: son igual a nosotros, con capacidades distintas, y es nuestra función saber incluirlos en nuestro diario vivir», puntualiza.
Sobre su flamante rol en la Primera, explica:
«Mantenemos prácticamente el mismo equipo de la temporada pasada; se suma un poste (Martín Gutman), y regresa Ernesto Pedrero, quien ocupará el lugar de Agustín Fazio. Ernesto es además uno de los dirigentes de la subcomisión, junto a Agustín Martínez y Agustín Ferreyra. La idea del club es continuar metiendo mucha ficha a las formativas, buscando primero promover buenas personas. Si se da, de modo complementario, buenos jugadores de básquet y quien se sacrifique, sea constante y perseverante, pueda sumarse en su momento a la Primera».
El cuerpo de entrenadores, tanto del superior como las tiras A y B, lo completan Fernando Lamela, Stefano Trímboli y Renzo Boschetti, junto al preparador físico Luciano Parrella.
Con respecto a los objetivos del equipo mayor, y tomando como referencia la última participación donde clasificó a la Copa Metropolitana, dice:
«Tenemos una primera ronda de cuatro equipos y suben los dos de arriba. Compartimos zona con Universidad de la Matanza y los Defensores de Hurlingham y Moreno. Tenemos un plantel con mayoría de pibes surgidos del club, siendo Alan Cogliolo el referente. Creo igual estar a la altura para poder pelear la clasificación y hacer un papel similar al torneo pasado, donde estuvimos cerca de dar un batacazo contra San Miguel, perdiendo en tercer juego», asegura.
Finalmente, expresa sus sentimientos ante este nuevo desafío.
«Estoy muy contento; jugué este torneo desfe hace mucho, y con la mayoría de mis jugadores fui compañero. Los conozco y son todos buenos chicos, grandes personas. Muchas ganas al ser mi primera experiencia a cargo de un plantel superior. De todos modos pedí continuar con la tira, porque le dije a los dirigentes que al final del año haremos una evaluación de mi trabajo en ambos lados. Por lo pronto, espero poder transmitirle toda mi experiencia en el básquet metropolitano y sumarle mi impronta y línea de juego. Básicamente lo que hacemos todos los entrenadores».
Facundo Pavón afronta su primer desafío al mando de un plantel de Primera. Y en Argentino de Castelar confían en sus conocimientos y experiencia para ello.
FOTOGRAFÍA: Gentileza Club Argentino de Castelar