Una gloria «cuerva» disfruta del gran presente

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Actualizado: marzo 22, 2018

San Lorenzo está a solamente dos días de vivir un hecho histórico para el club y para todo el básquetbol de la Federación (FeBAMBA), como fueron los amistosos contra Toronto Raptors o ante Barcelona y Real Madrid en los últimos años.

La participación y la organización del club del barrio porteño de Boedo del Final Four de la Liga de Las Américas (LdA) le abre las puertas de su casa, una de las tantas de FeBAMBA, al resto del continente en una doble jornada (24 y 25) con las presencias de Regatas Corrientes, Estudiantes de Concordia y Mogis Das Cruzes, de Brasil.

Justamente, una de sus glorias, como Carlos Perroni, quien deslumbró con su magia en el equipo de La Catedral,  durante los últimos años de la década del ’60 y los primeros de la ’70, analizó el gran presente de la institución y la previa del certamen final.

«La verdad es que lo veo bien al equipo, como desde hace unos años a esta parte, pero hay algo fundamental como las lesiones de algunos jugadores que pueden complicarlos», analizó.

«El caso más ejemplificador es el de Gabriel Deck, quien por un problema muscular recién reaparecerá ahora, y es un pilar fundamental en los dos costados. Otro ejemplo es el de Dar Tucker, con un dolor en la espalda, y tocados Marcos Mata y Nicolás Aguirre», puntualizó.

Perroni comenzó a vestir la camiseta azulgrana en 1957, con la edad de Infantil, y dos temporadas después consiguió dar el salto a la Primera División. Sin embargo, tras la época dorada emigró al Xeneize (1974-1976), Imperio Juniors (1977) y San Miguel (1980).

La gloria «azulgrana» también sostuvo que el equipo apelará a las «grandes individualidades» y le tiene «mucha» fe de cara a este evento trascendental para el básquetbol.

«Quiero que sea una fiesta, todos los hinchas queremos que se nos dé. Para mí ha sido un volver a vivir sinceramente, nacimos en ese club y nos hace recordar a las grandes épocas que vivimos como jugadores. Sé lo que se está haciendo», apuntó.

Por otra parte, Perroni recordó: “En aquellos años no era común ver un plantel con hombres de 31 años con semejante vigencia, por eso un jugador de Boca Juniors que vino a hacer una gira con nosotros, nos bautizó de esa manera».

“Nosotros no teníamos un basquetbolista estrella, éramos un equipo parejo y dejábamos absolutamente todo. Creo que la mentalidad de nunca darnos por vencidos sin dudas fue la gran clave para mantenernos siempre entre los mejores hasta los setenta”, comentó.

“San Lorenzo siempre le dio importancia al básquetbol, se preocupó por traer jugadores del interior del país, armó equipo poderosos y consiguió títulos. Eso construyó una tradición que se mantuvo durante varias décadas. Así se convirtió en el segundo deporte en trascendencia dentro del club. Si hasta los Harlem Globetrotters jugaron contra San Lorenzo en una gira que hicieron por Buenos Aires en los años 50. En las décadas del 60 y 70 los jugadores no éramos profesionales, cobrábamos un viático, pero todos teníamos nuestro trabajo”, valoró Perroni.