La «revancha» de Gonzalo Gómez

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Actualizado: marzo 28, 2018

Las crisis en la vida suelen dejar marcas, a veces más grandes, otras más chicas, a veces a simple vista, otras escondidas en algún rincón de quien la padece. En la historia de esta nota, un cimbronazo sufrido por el protagonista trajo un cambio para si mismo y después de tanto batallar para superar el año pasado su problema de salud, Gonzalo Gómez dejó de ser el técnico de la primera del Deportivo Berazategui, para convertirse nuevamente en el base del Deportivo Berazategui.

Así de simple la cuestión, Gómez saltó de un lado a otro de la cancha y paso a estar del lado de adentro, a sus 36 años vuelve a jugar al club de sus amores, por amor al básquet, a su hijos y a su filosofía de vida, tomándose una mini revancha de su destino, apoyado en la pelota naranja y dándose un gusto personal nuevamente con los pantalones cortos.

«Después de haberme recuperado de mi enfermedad, decidí que tenía que hacer algo para mi y jugar al básquet eso lo que me gusta», así de contundente fue lo explícito por Gonzalo sobre el porque de su retorno a la actividad.

En marzo del 2017, le diagnosticaron un tumor maligno que le demandaría un fuerte proceso de recuperación, quimioterapia mediante y para ello que mejor idea que la de aferrarse a la familia y transitar lo que le tocó con el sentido de pertenencia de toda su vida, el deporte. Es por esto que ni bien comenzó con el tratamiento, en una de las redes sociales expuso que estaba arrancando el partido más difícil de todos, contra el rival más duro.

«Fue un golpe duro, enterarte de eso de un día para el otro, fue muy difícil, por eso cuando empecé con el tratamiento de quimio lo tomé como si fuera un partido, con la idea de que le iba a dar lucha el tiempo que hiciera falta. Hice ese paralelismo para no aflojar, ya que algunos días se hacían muy difíciles de sobrellevar, había momentos en lo que te sentís débil o mismo cuando se te cae el pelo,  es un tratamiento que te deja de cama y si no te pones fuerte de la cabeza te cuesta mucho más», admitió.

Los cinco meses de quimioterapia y el apoyo del día a día con sus dirigidos, donde a pesar de los contratiempos Berazategui logró su objetivo primario el de clasificar a la Copa Metropolitana, fueron esa pequeña llama que fue creciendo y de a poco encendiendo al jugador «retirado» dentro de Gonzalo Gómez. «Después de superar la enfermedad y el haber trabajado todo el año con los chicos de la primera es como que se juntaron un par de cosas y me dieron ganas de hacer algo que me reconforte, sentirme pleno y volver a jugar es algo que me llena. También para esta decisión fue importante el apoyo de mi familia y seguramente que ahora que mis hijos están más grandes, que me puedan ver adentro de la cancha, es otra de las cosas que entraron en el combo para retornar», expuso.

La particularidad de esta situación también se puede subrayar en el cambio de rol y pasar de ser la cabeza visible del grupo como entrenador ahora pasa a ser uno más adentro del rectángulo de juego.

«Es rara la situación, generalmente se da al revés que pasas de ser compañero a entrenador. La determinación de no seguir con la primera ya estaba tomada, si bien fue cortito el tiempo que estuve, creí que ya había cumplido un ciclo, por eso no me costó tanto dejar de ser el entrenador, a pesar del buen torneo que se he hizo el año pasado», explicó.

Las vueltas de la vida nunca se saben donde te pueden llevar, los caminos son dispares para bien y para mal, en el caso de Gonzalo Gómez, flamante base de Deportivo Berazategui, después de una mala, por decisión propia viene una buena, una para disfrutar, recordar y contar en un futuro que tras ganar el partido más duro de su vida, se dio el gusto de disfrutar su alta médica adentro de la cancha.

«Más allá de jugar bien, mal o regular, para mí la sensación de estar jugando al básquet después de lo que me tocó pasar es algo que me hace muy feliz», sentenció Gómez para enmarcar su retorno y la felicidad de haber dejado atrás la preocupación de su problema de salud.