Se realizaron las Reuniones Regionales de FeBAMBA
Con el objetivo de seguir fomentando el desarrollo del básquet en cada...
Diego García se inició como jugador en Las Heras, desde el premini hasta cadetes. Corría el año 1999, y la entidad de Villa Ballester decidió dejar de tener al básquet como deporte federativo. Pero desde hace cuatro temporadas, fue llamado a regresar, esta vez como entrenador de las formativas, y la primera Flex.
«Cuando llegué, me hice cargo de las formativas desde U15 a U19 y la primera Flex, que dirigí solo el primer año. Me formé aquí como jugador, conocí este deporte, y especialmente, donde le encontré el gusto a ser entrenador. Siendo infantil pude ser monitor y desde ese instante no paré más. Actualmente sigo con las mismas categorías de inferiores, en la Tira A, y en la B está el profesor Juan Manuel Rodríguez», comienza diciendo Diego en charla semanal, contando sus orígenes en la institución.
En el proceso de v0lver a instalar al básquet, se debió comenzar desde las bases, y el crecimiento en cuanto a cantidad ha sido evidente. Tanto, que como él mismo lo expresa, hay una tira más.
«La Tira B se abrió hace tres años, anotándonos en el Flex; desde el 2017 está en los niveles formales y en esta que comenzó, presentamos todas las categorías; el anterior no teníamos U13, y ahora completamos desde premini asta U19. Y eso, realmente, me pone muy contento», afirma.
García es además, asistente técnico de la Primera, la cual viene presentando equipos competitivos desde hace rato largo. Momento entonces de preguntarle acerca de si tiene una respuesta a por qué el equipo superior está instalado en los niveles altos, con jugadores surgidos desde las bases, y justamente las formativas aún les cuesta dar ese salto.
«Respecto a esa disparidad, con una Primera muy competitiva y enorme sentido de pertenencia, junto a las inferiores donde les cuesta, se debe analizar desde diferentes lados. El primero de ellos, es que hasta no hace muchos años, Las Heras debió comenzar literalmente de cero, dentro de un proyecto donde el básquet no existía; y eso lleva tiempo, refundar la actividad. Armar una primera competitiva, con pibes del club no es algo rápido, y a Las Heras le llevó varios años. Y tener este equipo, incluso con quienes estuvieron hasta la temporada anterior; varios de los cuales en aquel 1999 debieron buscarse otro club para continuar jugando. Pero se comprometieron y regresaron con toda su experiencia y bagaje a vestir los colores del lugar donde nacieron. Eso nos llena de orgullo e intentamos transmitir a la nueva generación, y es solo una cuestión de tiempo. Al tener dos tiras de inferiores y aumentar la base piramidal, nos permitirá aumentar la competencia interna; los jugadores pelearán por los minutos en sus categorías y ver el reflejo de compañeros integrando la primera», se explaya. Y agrega:
«La maduración técnica de un jugador lleva años, y si bien no para nunca, vanos camino a eso. En cuanto al nivel de competencia, también es importante saber que buscamos nosotros. Si bien enfrentar a los mejores siempre te ayuda, nuestro foco está en aumentar la cantidad de jóvenes, para una vez logrado, empezar con la mejora técnica, táctica y física. Aumentar sus estímulos; cuando llegué no teníamos un preparador físico y hoy lo tenemos, desde el año pasado estamos trabajando con un bloque de psicología deportiva, intentando brindarle herramientas para que deseen quedarse en el club y por efecto transitivo, elevar el nivel de las inferiores. Siento que vamos camino a eso, estamos peleando los primeros puestos en el nivel que nos tocó jugar; en algún momento nos asentaremos y conseguiremos elevar la competencia. También es cierto otro punto: algunos clubes te chupan jugadores, pero mi filosofía es que si uno de ellos no se siente cómodo donde está, no está mal su emigración. Por contrapartida, te digo que también otros jugadores, cortados en otras instituciones, los hemos recibido con los brazos abiertos, independientemente de su nivel. Porque para eso disponemos de dos tiras; pero nos llena de orgullo no llamar a nadie: todas las categorías se armaron con jugadores surgidos aquí, junto a quienes se acercaron».
Con varios objetivos en el horizonte, la consulta final es cuando sentirá desde su labor que los mismos se habrán cumplido.
«Es una pregunta complicada. Los entrenadores tenemos fama de inconformistas, entonces es difícil decirte cuando estaré satisfecho con lo logrado. Si puedo decir que me pondrá muy feliz el momento donde la diferencia entre la primera y formativas se equiparen; y segundo, ver un equipo superior de Las Heras con el mismo sentido de pertenencia como el actual, con jugadores surgidos en este proceso de trabajo. Cuando llegue, será un momento donde sentiré que mi función cumplió con uno de los grandes objetivos», responde.
Diego García, entrenador de las formativas de Las Heras, institución con un paulatino progreso en las bases de inferiores.