Las madres, otras protagonistas del Encuentro

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Actualizado: octubre 26, 2018

Los pequeños tuvieron un sábado intenso, largo, pero sin decaer en ningún instante el entusiasmo, ni mucho menos la energía. Estaban disfrutando de un nuevo Encuentro Argentino, y tras madrugar para ser parte del desfile, luego retornaron a sus lugares de origen. Muchos, con la posibilidad de compartir el fin de semana largo con la visita de chicos llegados de otros puntos geográficos de la Argentina, incluso de países hermanos como Uruguay.

Las horas de diversión no menguaron sus ganas, y el domingo comenzaron temprano, para aprovechar las horas antes de culminar y que las visitas retornaran a sus hogares. Detrás de ellos, las madres desdoblándose no solo en sus roles maternos, sino además, colaborando en el club para que nada fallara, y todo saliera tal como se planificó de antemano.Siempre, con la premisa que sus hijos se dedicaran de lleno a transformar esos días en inolvidables.

Algunas de esas madres, de Nolting, reflejan completamente a la de los demás clubes, y luego de algunos días, las sensaciones de que el cansancio físico compensó todo sacrificio, por ver felices a sus hijos.

«Fue una experiencia muy interesante y novedosa para la familia, ya que era la primera vez que hacemos intercambio y recibimos a un niño en casa. Lo esperamos muy ansiosos todos y teníamos contacto con la familia de Francisco bastante seguido y nos contaron que el estaba muy entusiasmado por venir. Eso nos alegró muchísimo!», señala Alejandra,madre de Iago Capasso, quien con apenas nueve años, participó por primera vez del Encuentro. Y junto a su esposo e hijos, pudo tener en su casa a Francisco, integrante de la delegación que llegó desde Mercedes, representando a Quilmes de esa ciudad.

«La estadía de Francisco en casa fue muy linda ,se llevaron muy bien los tres, compartieron cenas, desayunos ,jugaron , miraron tele , se divirtieron mucho. Y por supuesto que en el club también», agrega.

Por su parte, Valeria, madre de Federico, fue otra de las madres que recibió en su casa a un niño, en este caso a Agustín, de diez años.

«Fue hermosa la experiencia, lo disfrutó toda la familia;tengo dos nenas más chicas, quienes estaban felices de recibir a Agus. Participamos de actividades en el club, en familia. Compartimos almuerzos y meriendas, y el nene se fue feliz con eso, Fue muy importante para nosotros», comenta.

Por su parte Natalia, quien tiene dos hijos que fueron parte, señala:

«Fue la primera vez, no solo en tener visitas, sino de mis hijos hospedándose en una casa desconocida hasta entonces por nosotros. En la nuestra recibimos a tres (Thiago,Nacho y Joaquín), con el mayor (Julián), y el menor (Mauro) se fue a la casa de un compañerito, donde recibieron a otro. Acondicionamos el cuarto, y usamos un futón amplio, para de ese modo poder cobijar a las visitas. Llegaron el viernes a la noche, y para cuando llegaron, ya habíamos comprado los alimentos; así que mientras preparábamos la cena, ellos se quedaron en la habitación escuchando música. Con la sobremesa, habremos estado mas de dos horas charlando con ellos, y me llamó la atención que los adolescentes se queden hablando todo ese tiempo con adultos que recién conocían. Generalmente comen, dicen buen provecho, se levantan y van a jugar o usar el celular; ellos fueron muy amables, educados, hablamos un montón sobre básquet. Miramos el canal de la NBA y comentábamos las jugadas, hasta la medianoche, cuando les pedí que me permitieran levantar la mesa, ya que al otro día a las ocho de la mañana,debíamos estar en el club, para irnos al desfile».

Natalia es docente, con horarios alternados, y justamente los viernes es uno de los días donde más trabaja, por lo que el fin de semana largo ya había comenzado desde las primeras horas de ese día.

«Le pedí previamente a mi mamá si podía prepararme unas tortas, así podía darles en el desayuno. Me hizo cuatro, así que tuvimos también para el postre», agrega entre risas.

La pregunta a las tres, es de qué manera a estadía de los  niños les alteró su rutina en casa.

«En lo único que cambió fue en estar más atentos a que Fran estuviera bien y cómodo , nada mas. No nos sentimos en la necesidad de modificar algo», afirma Alejandra.

Por su parte Valeria dice:

«Ya tenemos tres hijos, así que mucho no no modificó; tratamos entre toda la familia que Agustín pase una hermosa experiencia. Junto al papá de Fede estuvimos atentos a que esté cómodo; le preparamos pizzas el primer día, y luego lo llevamos a una casa de comidas rápidas. Nos habría encantado llevarlo a pasear, pero realmente no nos dieron los tiempos».

«Fue una experiencia enriquecedora. El sábado luego del desfile volvimos al club, jugaron toda la tarde, y en casa, tras bañarse, les di la opción de lo que querían hacer, y decidieron por ir a ver el partido de la Primera de Nolting. Después nos fuimos a tomar un helado, y cuando íbamos a dar una vuelta por Ramos Mejía, noté por el espejo que se habían quedado dormidos, por lo que volvimos. Pero una vez allí, se despertaron, y estuvieron charlando y escuchando música hasta las cuatro de la mañana. El domingo ya fue mas complicado despertarnos, y llegamos un poco más tarde. Pero participamos, hasta el momento que regresaron a Mercedes», expresa Natalia.

Las tres madres, como varias otras con agenda similar durante esos días, también tomaron parte de la organización en la institución, por lo que dispusieron de escaso tiempo para descansar. Obviamente, una vez concluido todo, el cansancio de las horas acumuladas, y la preocupación que todo saliera bien.

«Si!, estábamos super cansados, pero con la alegría de ver tantos chicos felices, haciendo amigos y compartiendo momentos inolvidables», afirma Alejandra.

«Cansados pero contentos. De paso, cuando las madres jugamos un partido, yo me esguincé un tobillo, y estoy con la bota. Pero la experiencia fue hermosa. Mi hijo había participado de otros Encuentros, pero para nosotros se trató de la primera vez en alojar a un niño», cuenta Valeria.

Para el final, se les pide qué consejo les daría a los padres que por diversas razones, se muestran reticentes a recibir niños.

«Lo recomiendo, fue hermoso y mi hijo lo vivió en agosto, cuando fue a Mercedes. Vino feliz y son recuerdos que te quedan en el corazón. Ojalá lo puedan hacer todos los clubes, porque los nenes lo disfrutaron muchisimo y nosotros también acompañandolos» (Valeria).

«Totalmente , mi hijo fue a Mercedes y le encantó, lo mismo dijo Francisco cuando vino. Se lo recomiendo a los papás porque para los chicos es una experiencia muy linda» (Alejandra).

«Los tres días mantuve contacto con las madres, y estaban felices por como estaban disfrutando sus hijos, y la manera que los cuidábamos. Me regalaron un mate de cuero como agradecimiento, y ya dijeron que en verano regresarán al club para usar la pileta. Fue una experiencia maravillosa, y sin dudas es recomendable para todos los padres. No se lo olvidarán jamás, junto a sus hijos» (Natalia).

En las palabras de estas madres, sin dudas se reflejan las de miles como ellas, que en el más absoluto de los silencios, desdoblaron durante el Encuentro Argentino sus tiempos, para que sus hijos vivieran un momento mágico, y simultáneamente, hicieran sentir como en sus propios hogares a los chicos que los visitaron. Otro delos hermosos condimentos que genera este evento único del básquet nacional.