Porteño cobijó a más de 300 chicos en el Encuentro 2018

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Actualizado: noviembre 1, 2018

Luego del desfile en cancha de Platense, donde mas de un centenar y medio de instituciones de todo el país dijeron presente, los chicos retornaron a sus lugares de origen, y donde habían sido invitados, para continuar con la gran fiesta del minibásquet argentino.

Uno de esos espacios se dio en Estudiantil Porteño, con seis clubes, incluyendo al anfitrión, que convergieron para primero almorzar en el quincho de la entidad de Ramos Mejía, y luego, aprovechar las horas restantes y jugar en sus dos canchas, decenas de partidos. Momento donde los pequeños aglutinaron su entusiasmo y energías para enfrentarse amistosamente, mientras sus padres charlaban de manera amistosa en las gradas, compartiendo mates y delicias preparadas por las madres en sus casas.

Junto al anfitrión, dijeron presente clubes de la zona como Sportivo Haedo, Ciudadela Norte y Claridad. A ellos se le sumaron Unitarios de Marcos Paz y los invitados del Encuentro, Independiente de Rafaela. Trasladados en tres micros, llegaron desde Vicente López, e inmediatamente fueron yendo por turnos hacia el quincho, tanto en el sector cerrado como en las mesas y bancas al aire libre, para así almorzar con postre incluido. Luego, lo más deseado por los chicos: picar la pelota y jugar partidos; y realmente se sacaron las ganas,porque por espacio de casi cuatro horas, disputaron una enorme cantidad de juegos, a media cancha, para que los trescientos niños no pasaran afuera de los rectángulos por espacio amplio,y mantuvieran el interés y entusiasmo de jugar con continuidad.

Antes de retornar a sus hogares, fueron agasajados con una merienda, dando fin a una jornada absolutamente inolvidable. Los rafaelinos se quedaron en el club, donde pernoctaron acompañados de sus cinco profesores, junto a los entrenadores locales.

El domingo constó, tras el desayuno, de actividades deportivas junto al básquet,como fútbol yamboree, competencias de habilidades, junto a tiros de tres puntos y habilidades. Los juegos en ambos días continuaron después de la cena, hasta el momento de irse a dormir. Por la noche se realizó la cena a la canasta con los anfitriones, y la entrega de presentes y menciones en el quincho del club. El día lunes se despidió a la delegación al mediodía, esperando la visita a Santa Fe, programado para el fin de semana largo de noviembre.

«Los visitantes no fueron a casas de familia, sino que el club  optó por pernoctada en el club, por lo que no se establecieron los vínculos icono de los mini encuentros tradicionales. Sin embargo, hubo una alta convocatoria de los chicos al club, y hasta los más pequeños, quienes en un momento se iban a dormir a sus casas, decidieron quedarse para compartir dos jornadas completas en el club, ansiosos de conocer Independiente de Rafaela. Y por sobre todas las cosas, no se cansaron (risas);  el segundo día me tuve que poner a jugar con ellos al básquet a eso de las 2 dela madrugada, para que se vayan a bañar y acostar!», señala Federico Ale, uno de los profesores responsables de Estudiantil Porteño, detallando el inmenso entusiasmo de los niños, deseando que las jornadas no se detuvieran nunca para seguir jugando.

«Primero, nos juntamos en la puerta del club, en conjunto con las chicas del básquet femenino. Luego partimos en dos micros hacia Platense, donde fuimos de los primeros en llegar y sacarse la foto en la entrada. Después estuvimos esperando a que llegaran las chicas de Regatas de San Nicolás, quienes eran las que el femenino recibía este año, y así poder ingresar. Una vez adentro, en conjunto con las chicas tanto de Regatas como de Ciudadela, desfilamos cantando y saludando a los familiares que acompañaron», comenta Javier Cabrera, profesor del mini masculino de Ciudadela Norte, quienes como bien lo  explicó, fueron los primeros en arribar a Platense.

Con respecto a lo vivido en Porteño, señala: «Llegamos y comimos hamburguesas con un helado de postre, los chicos super contentos. Dividimos al grupo en dos, mini y premini. Estuvimos desde las 15 hasta las 18.30, jugando al básquet en la cancha principal, en el Polideportivo y al fútbol en las canchas del fondo. Los chicos estaban muy motivados y contentos. Eso sí,terminaron molidos! Algunos padres me mandaban fotos de cómo se volvían todos durmiendo en el viaje de regreso, y eso que son quince cuadras de un club a otro».

En relación a lo que pudo ver como su responsable, en cuanto a cómo la pasaron, asegura: «Muchos ya habían vivido la del año pasado, y repetirla este año les gustó mucho; para los más nuevos en el siguiente entrenamiento me preguntaban cuando había otro encuentro de este estilo. Terminaron con ganas de más! Eso demuestran lo bien que la pasaron».

Oliver Mochi, entrenador de Unitarios, también se refirió a todo lo vivido el sábado. «Estuvo bueno, la entrada a Platense fue muy ágil y entramos, nos presentaron y dimos la vuelta a la cancha. Pasábamos y veíamos las mascotas de otros clubes, la nuestra y nos sacamos fotos, fue excelente. Luego nos tocó salir y fuimos al club Porteño, donde cerramos la tarde ideal jugando contra muchos equipos al fútsal, al básquet y otros juegos. Comimos, merendamos y nos despedimos. Estuvo muy lindo; volvimos a las cinco de la tarde, con los chicos cansados, pero la mayoría venía hablando de la cantidad de mascotas que habían y la cantidad de clubes de diferentes colores. Fue una gran experiencia», detalla.

Como en muchas de las canchas pertenecientes al ámbito de FeBAMBA, se vivieron experiencias semejantes. Niños desfilando, luego trasladados a los clubes anfitriones, y comiendo, divirtiéndose, disfrutando, siendo felices. Con el básquet como epicentro y motivo central de las reuniones, ya guardadas en las retinas de los pequeños.