Se realizaron las Reuniones Regionales de FeBAMBA
Con el objetivo de seguir fomentando el desarrollo del básquet en cada...
La doble jornada de finales en Club Morón, entre el local y AFALP, concluyó pasadas las 22 horas, con victoria para los juveniles visitantes 72-67, en un cotejo tremendo, de altísimo voltaje emocional, definido en tiempo suplementario, con el tanteador cambiando de manera constante en cuanto a quien llevaba la delantera. Pero fue en esos cinco minutos adicionados, donde los de Ciudad Jardín estuvieron más certeros desde la línea de tres, y hallaron espacios en el ataque al aro, rompiendo la defensa impuesta por el contrincante.
Dentro de un partido con varias figuras de ambos lados, el capitán Facundo Silveyra y el escolta Federico Fonteiriz asomaron como protagonistas de peso; el primero, mostrando un rostro sereno pese a ser uno de los revulsivos del conjunto dirigido por Lalo Fonteiriz, en tanto el segundo, sobrino del entrenador, anotando dos triples consecutivos, que terminó doblegando al impetuoso elenco de Castelar.
«El partido del sábado fue increíble, muy cambiante en cuanto al resultado, podía ser para cualquiera de los dos. De ir perdiendo al final en el último cuarto, lo supimos llevar al suplementario, donde ahí si, pienso que logramos ser superiores al rival. Club Morón tiene un equipazo, vienen de ser campeones del 2017, esta segunda ronda terminaron invictos, y a pesar de no contar con dos jugadores claves, juegan muy bien. Las emociones son muchas, pero la alegría que sentimos al quedarnos con este juego fue inmensa. Tanto Pedro, David, Fede, Luca, y yo, que somos los de segundo año, nunca habíamos tenido la posibilidad de jugar una final, y es por eso que este triunfo nos deja cerrar las inferiores de la mejor forma que podía ser, campeones», señala Facundo en la tarde del lunes, aún con las pulsaciones altas por recordar lo vivido horas atrás.
Menciona a sus compañeros que culminan tras el Final Four, su etapa de formativas. Y el recuerdo sobre las semifinales del año anterior, cuando cayeron en doble suplementario ante Unitarios en Marcos Paz, jugando tal vez, su mejor encuentro del 2017.
«La derrota del año pasado fue dura, pero nosotros sabíamos que este año íbamos a tener nuestra revancha. Y así fue, nos tocó enfrentarlos en cuartos de final y le supimos ganar jugando muy bien. Este equipo se merecía una posibilidad similar, y gracias al trabajo de todo el año, terminó como todos queríamos», señala este perimetral, quien estudia Comercio Internacional en la UADE, y trabaja en una empresa familiar.
Ante la mención sobre la templanza para mantenerse sobre su eje, admite: «Puede ser, bastante veces me paso de rosca, pero ya a esta altura uno cuenta con una madurez que lo llevan a tomar ciertas decisiones que antes capaz no tomaba. Siempre intento que mis compañeros puedan dar lo mejor, sentirse cómodos en la cancha, y que las cosas salgan beneficiosas para el equipo».
Hay una realidad incontrastable, y es que AFALP fue de menor a mayor. Con varias derrotas durante el año, se fue estabilizando en la segunda parte de competencia, y al momento de los playoffs, no perdió más. «Nuestro nivel fue de menor a mayor, y los últimos dos partidos fueron los mejores que tuvimos en el año, más que nada la semifinal contra San Miguel. Teníamos una motivación extra porque no le pudimos ganar en todo el año y ese partido no se nos podía escapar. Cada uno dio lo mejor que tenía, dejamos todo adentro de la cancha y eso se notó, porque la confianza que nos teníamos era única», sostiene Facundo.
Acerca de las horas posteriores a la consagración, comenta: «Una vez terminado el partido, no me quería ir de la cancha, fue una sensación hermosa, y compartirlo con mis compañeros de toda la vida, con mis amigos alentando en la tribuna, y sobre todo con mi familia, y las del club, que nos acompañaron durante todo el año. A las horas después del partido la alegría seguía, y la compartí con quienes son incondicionales en mi vida».
Por su parte, Federico expresa: «Muchas emociones encontradas en esos 45 minutos de partido, había momentos donde estaba muy feliz, como otros en que se me caía el mundo abajo. Es la primera vez que me pasa porque también es la primer final que juego; yo no sabía cómo eran las sensaciones de estos partidos, y la verdad me fui muy emocionado y contento obviamente por el resultado. La sensación final de saber que sos campeón es algo único e inexplicable para mi».
El partido pudo disfrutarlo además, por ser su primera final en la tira, jugándola junto a sus amigos de toda la vida, y su hermano Lautaro, quien a pesar de ser cadete, sostiene muchos minutos en la conducción de los U19.
«Eso le da otro plus y felicidad, los chicos son todos mis amigos y la verdad que pude disfrutar muchísimo de todo el campeonato al jugar con ellos. Porque también cuando me pasó lo de la lesión en la nariz, ellos estuvieron siempre para ver si se necesitaba algo o como estaba y eso lo valoro mucho. Y en cuanto a estar con mi hermano en el equipo, la verdad es algo que disfruto mucho cuando juego con el y es algo que no todos tienen la suerte de vivir y mucho menos de salir campeón. Es con quien vivo y charlo todos los días de mi vida sobre cualquier tema, y la verdad conseguir este logro con él fue algo maravilloso», afirma.
Consulta sobre ese momento del juego, completamente cerrado, y mete dos bombas que cambiaron el escenario anímico por completo, y los minutos restantes llevaron la victoria para el lado de su equipo. «La verdad no me esperaba volver a entrar por el partido que estaba teniendo, pero cuando el ´Cabezón´ (su hermano) se acalambró y ´Lalo´ me llamó, estaba listo para entrar. Antes de entrar, mi hermano me dijo que entre fuerte en defensa sin foul, porque estábamosos en bandera y que en ataque si te queda algún hueco para tomar el tiro, que la tire´ y eso fue muy importante para reforzar mi confianza. Cuando vi que Facu (Silveyra) rompió y mi defensor me soltó para dar la ayuda a la penetracion, no dudé en pedirsela, me la dio y tomé el tiro. Después en la segunda ya estaba muy confiado y fue a la otra jugada donde tuve que hacerme el espacio con un pique para poder armarlo mejor. Cuando vi que entró y escuché a toda la gente gritarlo, el cuerpo se me llenó de felicidad. La verdad, es algo único e inigualable lo que me pasó, creo que ni en mi mejor sueño me había pasado ser tan protagonista en un suplementario de una final», sostiene con emoción.
Federico estudia el curso de agente de propaganda médica en la Universidad de Tres de Febrero, y trabaja en la rotisería de uno de sus tíos, como asistente en la cocina. Sobre el cierre de su etapa formativa, reflexiona: «No hay mejor forma de terminar una etapa tan linda como son las formativas, de esta manera; y para mi es un sueño cumplido finalizar en lo más alto. Mejor no pudo haber sido; más allá del Final Four, siento que nuestro objetivo principal ya está cumplido, pero igualmente vamos a ir por todo sin guardarnos nada como siempre».
También se le pregunta acerca de las horas posteriores al campeonato logrado. «Volví a mi casa de Santos Lugares y sinceramente no caía con lo logrado, junto a la red que había cortado, la medalla de campeón. Fue un conjunto de sensaciones muy lindas, que por suerte pude festejar con mis amigos de toda la vida, porque era el cumple de uno de ellos y luego de llegar a casa, comer rapidísimo y salir volando para la casa. No me pararon de felicitar nunca, porque saben lo mucho que siento este deporte y era algo soñado para mí. Fue un sábado perfecto, lleno de alegría y emociones por la final ganada», expresa con la felicidad a flor de piel.
AFALP ganó una final terrible en cancha de Morón, y se coronó como nuevo monarca de los U19 en el Nivel 1 del Oeste.