Cuello: “Hay que disfrutar el deporte y las amistades”

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Actualizado: febrero 2, 2019

Martín Cuello, mejor conocido como “Loku” o “Locura”, apodo que se ganó en su infancia por ser travieso, actualmente forma parte del plantel de Libertad de Sunchales, institución que disputa la máxima categoría del básquetbol argentino y que participó de la última edición de la Liga Sudamericana de Básquet, el segundo torneo más importante del continente. Sin embargo, Martín debió transitar un largo camino para llegar a donde está, y su carrera comenzó, como la mayoría de los basquetbolistas, en un club de barrio. Bienvenidos a un nuevo capítulo de FeBAMBA en La Liga.

“El básquet estaba instalado como deporte en mi familia: mi mamá, María Silvia, y mis tíos, Marcelo y Guillermo, jugaron en Ateneo Popular de Versailles, así que seguí por el mismo camino. Siempre me cuentan anécdotas de ellos en el club, donde lograron ascensos y llegaron a jugar la Liga B (ex Torneo Federal)”, comenzó Loku, quien picó por primera vez la naranja en el club Bomberos de La Matanza, para luego migrar a los nueve años hacia APV y continuar con el legado familiar.

“Recuerdo que pasaba todo el día en el club entrenando o jugando con mis amigos en Bomberos. Después me fui al Ateneo, pero ahí estuve un año solo, y a los diez me fui para Ramos”, recordó Cuello. Ramos Mejía LTC fue el club que más lo marcó como jugador, ya que fue donde se dio cuenta que quería tomar al deporte como una profesión, y donde forjó grandes amistades que continúan hoy día.

“En esos años, tuve participación en selecciones de capital, en la Preselección Nacional, y también tuve la oportunidad de jugar la Liga B y el primer Torneo Federal. Eso me motivó a seguir entrenando y seguir soñando con jugar en la Liga Nacional”, explicó Martín, quien a sus 25 años se encuentra transitando su quinta temporada en el máximo escalón del básquet nacional.

Cuando se le consultó por su mejor año de inferiores, en seguida sacó del baúl de los recuerdos los campeonatos obtenidos en 2010, y detalló: “Ese año salimos campeones nacionales y metropolitanos de U19. Tuvimos la suerte de coronar las inferiores con algo que es histórico para el club. Además fue especial porque éramos todos oriundos, amigos, e hicimos un gran esfuerzo extradeportivo para poder jugar ese torneo. Sin dudas es uno de los mejores recuerdos que tengo hasta el día de hoy”.

En 2012 llegó la primer oferta para formar parte de un equipo de Liga, y el Loku no lo desaprovechó. El destino era Lanús, y aunque la decisión fue difícil, lo tomó como una oportunidad para seguir creciendo. “Había un gran plantel, estaban Laprovittola, Boccia, Schattman, Robert Battle, Pratto, Lucas Pérez, Facu Giorgi, Martina, Mc Farlan y el entrenador era Silvio Santander. Ese año jugamos la final de la Liga de las Américas y la final de la Liga Nacional, así que tuve la suerte de vivir una gran experiencia. Mi referente, quizás por el puesto, fue Adrián Boccia, que a la hora de entrenar nos exigía mucho a los más chicos, siempre ayudándonos a mejorar”, afirmó.

Después del Granate, donde disputó dos campeonatos, se fue a jugar TNA (actual Liga Argentina), al club Tomás de Rocamora, de Concepción del Uruguay, Entre Ríos, en la que se convirtió en su primera experiencia lejos de la familia. Sin embargo, el alero entendió que esa circunstancia era parte del camino para seguir progresando, y reconoció que la mayoría de sus compañeros estaban en la misma situación que él, con lo que se formó un grupo que compartía la mayor parte del tiempo juntos.

Luego de un año, volvió a Capital Federal para vestir los colores de Ferro, donde estuvo tres años. “El tiempo que estuve ahí fue fabuloso. Me dio la oportunidad de volver a jugar en la Liga Nacional. Viví muchas cosas en el club, desde jugar semifinales, hasta jugar por la permanencia la última temporada. Además de lo deportivo conocí mucha gente e hice grandes amistades, se vive mucho el Básquet ahí dentro. Fue un placer haber jugado en un club con tanta historia”, resumió Loku, hasta que llegó el momento de hablar del presente, y expresó: “Me vine a Libertad por una buena propuesta en lo deportivo, sentí que acá puedo seguir creciendo como jugador, en un equipo donde tengo más protagonismo y responsabilidades”.

Si Martín llegó a la naranja por la familia, en algún momento iba a tener que compartir el rectángulo con alguien de su sangre, y así fue. “Con Matías, mi hermano más grande, jugamos en el equipo del Argentino de Clubes que ganamos, y después jugamos el Prefederal (actual Liga Metro) para Huracán de San Justo y también para Ramos, donde logramos el campeonato y ascenso al Torneo Federal”, sostuvo, para luego admitir que compartir cancha con el Cuello mayor es algo único.

“Estoy contento por como se está dando mi carrera, se fue dando de manera progresiva y como me lo imaginaba de chico. Si podría cambiar algo sería quizás la manera de entrenar entre los 14 y 17 años, más en la parte física, porque hacia gimnasio y entrenaba muchas horas, pero viéndolo hoy, quizás no era de la mejor calidad”, reflexionó el ex jugador de Ferro.

Martín Cuello es un claro ejemplo de esfuerzo y dedicación, sumado a muchas ganas de cumplir sus sueños, disputando y disfrutando, hoy, de su quinta temporada en Liga Nacional, pero aún sabiendo que su techo está muy alto. Y eso mismo es lo que intenta transmitir: “A los jóvenes les diría que siempre vayan en busca de sus sueños, todos tienen la posibilidad de convertirse en profesionales. Requiere de mucho sacrificio, constancia, exigirse, cuidarse, y muchas veces estar dispuesto a dejar cosas de lado, pero principalmente hay que disfrutar del deporte y de las amistades que uno va consiguiendo, que en definitiva termina siendo lo más lindo del básquet”.