Nico Stanic, MVP en Italia

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Actualizado: mayo 11, 2015

Está por llegar a los 31 años aunque prácticamente la mitad de ellos los cumplió en Italia. Se animó a despegarse de su familia muy temprano, abandonar el Torneo Nacional de Ascenso y viajar al viejo continente para crear su propio destino.

Nunca se sabe cuánto puede llegar a demorar, lo cierto es que el reconocimiento se hizo presente al finalizar la fase regular con el NPC Rieti.

Dentro de una serie B que cuenta con 57 equipos, divididos en cuatro grupos y administrada por la Federazione Italiana di Pallacanestro, el argentino se encuentra con Rieti en el Girone C donde fue elegido como el MVP 2014/15.

Una buena ocasión para reflexionar sobre sus años europeos, el presente del básquetbol italiano, el futuro de la carrera y el recuerdo de su época por Capital Federal.

Si bien tus estadísticas marcan que estabas como candidato para ser el jugador más valioso, ¿qué te genera haber sido elegido?

La verdad que me sorprendió. Aunque los números hablaban de mi trabajo, también se mira mucho a la hora de la elección. Me han seguido de cerca y apreciaron lo que hice durante el año. Lo valoro mucho.

Es un reconocimiento en el momento justo porque es muy agotadora la temporada en la serie B.

Sí, es durísima. Ahora comenzamos las semifinales al mejor de cinco partidos, después viene la final y si llegamos a ganarla jugamos un cuadrangular con los campeones de cada zona. Es decir, terminaría a mitad de junio. A esto se le suma el clima donde hace mucho calor y es agotador. Sin embargo, es una satisfacción enorme obtener este premio porque trabajo mucho dentro del campo de juego. Esto te las ganas para no bajar los brazos, te motiva para seguir mejorando en cada entrenamiento.

Son demasiados equipos dentro de la serie B que están divididos en varios grupos, ¿es posible profundizar en el conocimiento de cada rival?

Ahora enfrentamos a Montegranaro en semifinales donde hay una rivalidad y es un clásico histórico. Han pasado muchísimos jugadores conocidos por Montegranaro, el último fue Shawn Kemp. Más allá de ser una semifinal, es un clásico y tiene un doble sabor.

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Acompaña mucho el público en cada partido del Rieti, incluso en un clásico

Cuando nos enfrentamos con el Montegranaro donde le ganamos por 30 puntos de local vinieron 2.500 personas, después nos tocó viajar allá y el estadio estaba lleno. Son partidos muy parejos donde se habla mucho antes de cada partido. Estoy contento de jugar con ellos en esta instancia porque eso se está perdiendo mucho en Italia. Con la crisis económica europeo, el público se alejó mucho del básquetbol. Antes los partidos eran a cancha llena, por eso observar un marco semejante en las semifinales es impresionante.

Hubo problemas con los jugadores extranjeros en Italia donde los llamaron “Pasaportados”, ¿cómo se encuentra esa situación?

Hace algunos años atrás se sentía bastante. Ahora ya dejaron de venir tantos jugadores exranjeros. Los que tienen mi edad han vuelto a sus orígenes para jugar en las ligas de sus respectivas ligas. Algo similar le sucedió a mi hermano (Maximiliano Stanic). Ahora existe otro problema en Italia, en la A1 y A2 han elevado las plazas de los jugadores norteamericanos. Hay mucha bronca en el ambiente por esa situación. Sin embargo, a los pasaportados siempre nos recibieron muy bien.

Es un tema que la Federación Italiana de Pallcanestro insistió bastante.

Ahora están en un momento que no encuentra el rumbo porque todos los años cambian las reglas y el sistema de disputa. Antes se jugaba con cinco jugadores  U22 pero bajó mucho nivel, después decidieron que sean jugadores seniors. Eso genero que la liga sea de un altísimo nivel. Es muy difícil ascender en la serie B, es como subir del Torneo Federal al TNA. Es muy duro y desgastador durante toda la temporada.

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¿Y cómo observas tu futuro?

Estoy hace doce años que estoy en Italia. Las ganas de volver están siempre, cada vez que termina una temporada se genera la pregunta en la cabeza. Espero jugar unos años más acá y luego pegar la vuelta. Queremos disfrutar muchas cosas que nos hemos perdido con la familia, hay otras prioridades para nosotros.

¿Qué recordas de tu época por Capital Federal?

La última temporada que jugué fue para San Andrés en el TNA durante la 2001/03, con varios jugadores que todavía seguimos hablando. Muchos han venido a jugar a Italia. Por eso siempre me dan ganas de volver porque el esfuerzo que existe por parte del jugador argentino no se observa en otro lado. En Italia se juega intensamente y con técnica pero faltan esas ganas de ganar. Es decir, uno tiene varios problemas en la cabeza pero entra al campo de juego y en lo único que piensa es ganar. Hace falta una mayor motivación, se viven de maneras distintas. Cuando estaba en el TNA recuerdo que no cobrábamos pero igual viajábamos varios kilómetros en una combi y nadie se lamentaba. Cuando uno juega por amor al básquet, es muy gratificante y no tiene precio.