Proyectar para mejorar

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Actualizado: junio 29, 2015

Arquitectura es un club donde se respira deporte en cada rincón. De día o de noche, para darse cuenta basta con recorrer un rato los pasillos internos de sus amplias instalaciones y ver a chicos de todas las edades corriendo de un lado a otro y haciendo todo tipo de actividades. Por supuesto, la cancha de hockey sobre césped se impone en el paisaje y hace notar la importancia que tiene dentro de la vida de la institución.

Pero justo al lado, pegado al gigante verde, está el gimnasio de básquetbol. Allí entrenan y juegan más de 100 chicos que son parte de un proyecto renovador, que arrancó este año y quiere cosechar sus frutos en 2020. Es que Arquitectura, con mucho esfuerzo, tiene la idea de llegar a ser un club modelo de básquetbol, que se destaque por una forma de trabajo organizada y planificada para lograr el desarrollo humano, físico, psíquico y técnico de los jugadores.

Para alcanzar esto, la Subcomisión y el equipo de entrenadores diseñaron un programa de formación deportiva, con el propósito de elaborar, implementar y seguir objetivos de corto, mediano y largo plazo. Dos de sus integrantes, Walter Pistarelli y Diego Dagoto, cuentan cómo planifican el camino para alcanzar el salto de calidad.

-¿Cuáles son las bases de este proyecto?
-En el club había muchos altibajos con la formación de los planteles porque la captación de chicos no estaba muy aceitada. Los chicos que se iban dejaban desarmado los equipos. Entonces, lo que se trató de hacer primero es mejorar la calidad de trabajo, que haya entrenamiento fluido durante toda la semana. Hace dos años se entrenaba tres horas por semana, y hoy son cuatro horas y media más tres horas de preparación física para todas las inferiores. Lo mismo pasa con la escuelita y el Minibásquet. Esto no se estaba dando antes por cuestiones de organización. Con eso logramos tener un poco más de concentración en lo que es la calidad de trabajo. Con los profesores que hay estamos tratando de mantener esta línea. Eso va a hacer que, a iguales condiciones con los clubes vecinos que tenemos, se pueda llegar a traer más gente.

-¿Qué les aportó la llegada de Carlos Gómez a las inferiores, un entrenador con una extensa trayectoria en España?
-Es muy buena la experiencia y la visión que tiene de las cosas, poniendo la formación por encima de la competencia. Desde la parte formativa hace que un chico no esté pensando solo en jugar y ganar, porque después puede tener un montón de frustraciones por la jerarquía de rivales que puede llegar a tener. Vino a aportar un poco de orden en el trabajo. Por ejemplo, los 20 chicos de infantiles y sus padres saben que todos van a rotar en la cancha. No está esa competencia para ver si ganan el partido, porque después si no lo logran se te van cuatro pibes y se te desarmó la tira para el año próximo. La idea es trabajar con eso.

-¿Cómo se hace para mantener a los chicos en el club?
-Te hablo como entrenador. Que un jugador tuyo termine jugando en un nivel superior es bueno. Eso quiere decir que el club trabajó bien y que se lo pudo ir acompañando. Evidentemente eso va a suceder, es normal que pase porque no tenemos la posibilidad de competir con otras instituciones que tienen captación de jugadores con escuelas bien formadas. Los que están jugando van a tener un determinado tipo de juego, pero después arriba de ese nivel se hace difícil mantenerse. Por todo esto, lo que se está tratando de hacer es formar un buen grupo humano dentro de un buen club con buenas instalaciones. También buscamos motivarlos con viajes y actividades que puedan formar parte del contexto del juego. Por ejemplo, estamos programando que vengan profesionales relacionados con el deporte, como kinesiólogos, para explicarles a los chicos como rehabilitarse en caso de una lesión y cómo se tienen que cuidar, y un nutricionista, para ver el tema de cómo mejorar la alimentación. Más adelante queremos acercar algún médico o alguien relacionado con la cuestión de las adicciones. Y están previstas también charlas con ex jugadores, con nombres aún por confirmar.

-Es importante que los padres también se involucren, ¿no?
-Esa es otro de los aspectos que estamos intentando reforzar, sobre todo porque no hay ningún club que funcione sin una Subcomisión de básquetbol. En Arquitectura, cada deporte está manejado por padres. El club maneja globalmente, no particularmente.

-¿Cómo es el viaje que van a hacer a Uruguay?
-Sí, justamente esta forma parte de aquellas actividades que queremos hacer para tratar de motivar y retener a los chicos. Pudimos contactar al club Malvín, el último campeón de la liga uruguaya, para que puedan viajar a Montevideo todas las categorías, desde mini hasta juveniles. Será una delegación de casi 70 jugadores. Allá estaremos del 15 al 17 de agosto. La idea es realizar un encuentro con actividades que aún no están del todo diagramadas. A la vez, nosotros los recibiremos acá en el encuentro de Minibásquet de octubre.

Después de la palabra de Pistarelli, Dagoto toma la posta.

-¿Cómo está el club en cuanto a las instalaciones?
-El club cuenta con la cancha de piso flotante, que todos los años requiere de mantenimiento. No es fácil. Pero este año lo que hemos hecho fue incorporar un nuevo espacio cubierto para darle continuidad a los entrenamientos y, sobre todo, tener un lugar específico para la preparación física. Esto último es algo que sumamos el año pasado a través de un profesional. Ahora ampliamos el horario de trabajo. Lo otro que estamos haciendo es optimizar el uso del espacio cubierto. Vamos a realizar una inversión para hacer un diseño diferente de los aros de los costados de la cancha para que sean retráctiles y así poder llegar a usar seis canastos al mismo tiempo. Por otro lado, constantemente hacemos recambio de pelotas, redes y elementos para la preparación física. Este año también se hará una inversión para corregir las filtraciones del techo del gimnasio, que afectan mucho en los días de lluvia, e instalar aireadores para evitar la condensación de la humedad, sobre todo en los días de invierno. Esos son todos los puntos más importantes.

-¿Cómo hacen para financiar todas estas obras?
-Principalmente, la recaudación es a través de los padres. Por ejemplo, el 27 de junio tuvimos una fiesta junto a la gente de hockey sobre césped, uno de los fuertes del club. Eso sirve para recaudar dinero. Y después aparece la contribución de los padres, lo mismo cuando hacemos la fiesta de fin de año o el viaje. Además, a veces podemos sacar algo de alguna publicidad que llegamos a captar. Estamos siempre abiertos a la gente que se quiera sumar. Lo que buscamos son más padres, más manos que se integren a ayudar. Lo que se necesita es eso más que dinero en sí. Si queremos armar una Tira B y ampliar las bases, necesitamos mucha más participación y gente trabajando. Apuntamos muy fuerte a la escuelita pensando en el futuro del club. Trabajamos a través de la promoción del básquet en las escuelas de la zona. De alguna forma queremos captar a más chicos y papás para que se acerquen.

-¿Cómo se hace para hacerles frente a los clubes más representativos de la zona?
-Primero teniendo un plan de trabajo serio. Eso lo hemos trabajado entre la Subcomisión y el plantel de entrenadores y lo tenemos. Mensualmente nos juntamos para revisarlo y saber cómo vamos. Es un plan realista que no solamente apunta a la formación deportiva, sino también a la formación humana. Somos un club que ofrece instalaciones para la familia y para poder ser parte. Nuestros hijos tienen la posibilidad de contar con espacios verdes para estar luego de su actividad basquetbolística, cosa que no es muy común en la zona.

-Si tuvieras que convencer a un chico para que venga a jugar al básquetbol a Arquitectura, ¿qué le dirías?
-Tenemos un programa para que él pueda crecer acá, con profesionales de primera línea que hacen de esto una realidad. Lo vamos a poder cumplir.

El que completa la charla es Pistarelli, hablando de la juventud y proyección del equipo de Primera.

-¿Cómo es la situación de la Primera?
-Tenemos un plantel que está formado por un 80 por ciento de jugadores del club. Apuntamos a mantenerla y a que más chicos lleguen desde las bases. El promedio de edad es de 23 años, se decidió no traer a nadie de afuera. Queremos seguir trabajando fuerte y que los chicos de las inferiores vean que en la Primera pueden llegar a tener lugar.