La experiencia de Arquitectura en Uruguay

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Actualizado: agosto 28, 2015

El contacto de Arquitectura con el Club Malvín comenzó en abril, cuando fue invitado a la fiesta aniversario de los 100 años de la Federación Uruguaya de Básquetbol, a la que asistieron integrantes de la Subcomisión del club.

Con la intención de vivir una experiencia de crecimiento como equipo, pero sobre todo como personas, es que se decidió organizar este viaje a Malvín, campeón de la Liga uruguaya en 2014 y 2015. Luego de varios meses de preparativos de documentación, equipaje y demás, una delegación de 74 personas contando jugadores, cuerpo técnico y padres, partió por Buquebús rumbo a Colonia, la primera escala. Una vez en aquella ciudad, el grupo viajó en micro hacia Montevideo. En el hotel se alojaron los jugadores de las categorías infantiles, cadetes y juveniles, el entrenador Carlos Gómez, los padres que acompañaron y miembros de la Subcomisión. Los chicos de las categorías premini, mini y preinfantil fueron alojados en un cómodo gimnasio calefaccionado de Malvín, donde durmieron y estuvieron acompañados por el profesor Gustavo Yusim, el preparador físico Fernando «Pulga» Iaciancio, el monitor Juan Badariotti, un médico y Fabián Berenstein, un papá.

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Decir que la experiencia fue excelente es poco. Se los vio felices a todos los jugadores a lo largo de los tres días de estadía, compartiendo momentos enriquecedores no solo en lo deportivo, sino también en la convivencia, la amistad y los valores como grupo. Durante el sábado de aquel fin de semana largo se disputaron partidos amistosos en todas las categorías ante un rival muy fuerte y competitivo, pero el juego se desarrolló con respeto y cordialidad en todo momento. Después, los chicos compartieron meriendas con el club local y juego informal en las canchas.

De todas maneras, no todo tuvo que ver con el básquetbol. A pesar de la sudestada con la que la delegación había salido de Buenos Aires y que en pocas horas dejó atrás, los chicos de minibásquet e inferiores fueron el domingo de paseo a la Playa Malvín, a solo cuatro cuadras de caminata. Un paraíso ecológico y muy visitado por todos los montevideanos es la Rambla, muy apropiada para caminatas, mates, fotos y, porque no, bajar a la playa a jugar un rato a la pelota, como hicieron todos los mini. Por la noche, luego de disputar nuevos partidos amistosos durante todo el día, se organizó una cena de despedida y luego se produjo un intercambio de presentes entre ambas delegaciones, además de palabras de agradecimiento por la inmejorable recepción que tuvo Arquitectura de los amigos malvinenses.

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El lunes, antes del regreso, disfrutaron de una gran y movilizante visita a la Fundación Pérez Scremini, que atiende gratuitamente a niños enfermos de cáncer. Los chicos entregaron juguetes que habían recolectado en el club previo al viaje. Esa significó otra actividad enriquecedora y sirvió para poder reflexionar y valorar la vida.

El viaje se cerró con un regreso impecable en micro y Buquebús, arribando el lunes por la noche a Puerto Madero con la sensación de haber vivido momentos increíbles. Arquitectura cree que, luego de este viaje, los chicos han crecido un poquito más, pero no de altura, sino como personas.

 

FUENTE: Marián Segura – Prensa Arquitectura