Echague se recuperó y venció a Porteño

Pedro Echague se hizo fuerte en el Oeste del Gran Buenos Aires, y se levantó tras la caída en su casa el viernes, venciendo a Estudiantil Porteño 72-66, en cotejo correspondiente a la séptima fecha. Diego Prego fue la figura y goleador del cotejo con 23 puntos. En el local, Gonzalo Alvarez también convirtió 23.

Los capitalinos llegaron a Ramos Mejía con la premisa de no poder ceder otro encuentro, luego de la derrota como locales ante Huracán el viernes, y por eso desde el primer momento se mostraron concentrados y sólidos ante un Porteño que completó un fin de semana opaco, sin variantes en el juego y escasa efectividad en el goleo. Los dirigidos pusieron una zona 2-3 que resultó efectiva, no dejando al local conseguir lanzamientos claros, además de obligarlo a tener mucho tiempo el balón en sus manos. Luego de un 11-2, Juani González pidió tiempo muerto e intentar rearmar al equipo con cambios; gradualmente fue hallando los espacios, principalmente vía Gonzalo Alvarez, para ir achicando la brecha en el marcador, y llegar al final del primer cuarto apenas abajo por 2 (15-17).

El segundo mostró a la visita con recambios en sus sistemas, una banca más larga trayendo soluciones, y sobre todo, mucho centimetraje en la pintura, fundamental al momento de pelear los rebotes (17-10 culminando el primer tiempo). Desde esa supremacía rebotera, Echague pudo establecer contraataques veloces, vía Santiago Cedones, Diego Eiguren y Juan Laprovittola, quien metió dos triples en momentos claves que fueron como puñaladas al corazón anfitrión. Nuevamente ganó el parcial y se retiró al descanso largo 33-25.

El segundo tiempo comenzó con un Porteño decidido a achicar la brecha enseguida, con presión en toda la cancha, y tras un parcial 7-2 se puso a tres, entusiasmó a su hinchada (el calor y la jornada dominguera hizo que la tribuna no estuviera colmada como en otras jornadas), pero allí la dupla arbitral tuvo varios fallos controversiales, cobrándole cuatro faltas en ataque consecutivas.

No solo fueron pérdidas, sino que Echague transformó esas posesiones en conversiones, se escapó a 12, y desde allí, supo manejar las acciones con experiencia, producto de poseer material humano con mucho oficio. Encima, como plus, tuvo una altísima efectividad en los lanzamientos libres, anotando los primeros 14 de manera consecutiva, decisivo al momento de no permitirle al local achicar la brecha.

Cuando restaban 3:12 para culminar el partido, la figura de la noche, Diego Prego anotó un triple sobre la chicharra de posesión, el tablero indicó 47-60, y eso pareció determinante, y si bien las ganas de Nicolás Paciotti con sus triples hicieron renacer cierta esperanza, ya la cosa estaba juzgada. Los cortes de los segundos finales con falta solo hicieron prolongar lo que ya asomaba como irreversible.