“Me crié en un club de básquet”

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Actualizado: diciembre 1, 2015

Gonzalo García pertenece a la, por suerte, larga lista de entrenadores nacidos y formados en el ámbito de FEBAMBA y que hoy por hoy, son exitosos en sus equipos en Liga Nacional.

Nacido hace 48 años en la localidad bonaerense de Villa Ballester, actualmente dirige al equipo de mejor récord de la Liga Nacional, Gimnasia Indalo con quien además, salió subcampeón de la LNB.

Y en una tarde/noche más en Comodoro, mientras estaba por comenzar el entrenamiento, el coach se prestó animadamente al diálogo.

-¿Cómo empieza tu vinculación con el básquet?
-Yo vivía en Villa Ballester, nos mudamos a San Andrés con mi familia, yo tendría 4 años, y vivíamos enfrente del club San Andrés, lo que hizo que me anotara en la escuela de básquet y a los 5 años empecé con esto en el club, a las órdenes del profesor Horacio Greco, y a partir de ahí comencé hasta hoy con mi vínculo con la pelota.

-¿Cómo transcurre tu etapa de jugador?
-Todo en Deportivo San Andrés, tuve un breve paso por River en la categoría cadetes, pero sino siempre en San Andrés, hasta que terminé juveniles. Después pasé por ligas menores, jugué un año en San Miguel, un año en Chivilcoy, los regionales, pero me desarrollé siempre en San Andrés.

-¿Hasta qué edad jugaste?
-Jugué hasta los 21. Ya había empezado como entrenador, ya dirigía las categorías menores en el club y como jugador no me veía mucho porvenir, así que apunté todos los cañones a seguir estudiando y a dirigir.

-En el caso de los entrenadores está todo ese trayecto con los menores, ¿qué te dio más satisfacción? ¿Dirigir mini, formativas? ¿Dónde te sentías más cómodo?
-Un poco todo, creo que cada etapa que pasé la disfruté y me gustó. El mini en San Andrés estuvo bueno porque había un grupo de trabajo interesante, con Alejandro Pepiche, todo a las órdenes de Daniel Pasche, tuvo un paso también Gustavo Debenedetti, se había conformado un buen grupo de trabajo. Después con las formativas, ya con chicos de infantiles, cadetes… en esa época San Andrés era pionero…

-Fue una buena escuela, básicamente de entrenadores…
-Sí, sin dudas. De jugadores también porque ahí, junto con Ferro y con Sport, éramos las canteras más importantes del país. Me acuerdo del reclutamiento de Gabriel Cocha, Facundo Sucatzky, Alejandro Ferrari, Jason Stura… teníamos una cantera de pibes impresionante, en un club liguero, muy de básquet, de desarrollo para muchachos como yo, que arrancaba en los primeros pasos como entrenador, fue bastante importante.

-Después de transcurrir todo eso empiezan tus primeros pasos en Liga Nacional, ¿dónde arranca tu primera experiencia en la Liga?
-Fui asistente de Guillermo Vecchio en la Liga corta de 1990. Ahí yo tenía toda la tira de menores, cadetes y juveniles, y comencé a ser asistente ese año en San Andrés. Después tuve un breve paso con León, que lo repatria a Coleffi, lo trae como primer asistente, yo quedé como segundo y estuve un par de meses, después me salió un trabajo en Rafaela para coordinar todo el básquet del club Independiente de Rafaela, así que ese fue el breve paso que tuve con los mayores en San Andrés.

-Después te llegó lo más conocido, tu primera experiencia con Gimnasia de La Plata y esto que te está generando con Gimnasia de Comodoro, ¿cómo ves toda esa evolución tuya en todo este trayecto?
-Con el paso de los años uno va aprendiendo, sacando conclusiones, tratando de mejorar año a año. Con experiencias anteriores sabe qué errores cometió, qué virtudes tuvo, como para ir forjando la carrera. Son muchos años, porque mi primera experiencia como asistente fue a los 22, hoy tengo 48, así que son muchos años de estar en el medio como entrenador y también el breve paso como jugador, suman 40 años que estoy ligado a esto. Antes que en Gimnasia de La Plata estuve ligado a Libertad de Sunchales, estuve 7 años…

-No es común que se dé eso, de esta tanto tiempo, te pasó en Libertad, te pasó en Gimnasia y ahora te está pasando en Gimnasia Indalo…
-Sí, sí, sí, también son lugares… cuando uno cae justo en un lugar, se dan los resultados, puede haber feeling con la dirigencia, eso hace que un entrenador se desarrolle con más facilidad que cuando sólo tiene que buscar el resultado partido a partido. Y en esos clubes, tanto en Libertad como en Gimnasia, pude desarrollar el trabajo como lo estoy desarrollando ahora en Gimnasia. Ya es mi tercera temporada y me siento muy cómodo trabajando acá.

-En la Selección te tocó un rol bastante interesante, que es el de hacer el análisis del rival, en ese caso, ¿qué es lo más importante que hay que tener en cuenta?
-Primero hay que ver a través de los ojos del entrenador. Uno no puede hacer el trabajo por su cuenta, a lo mejor yo lo haría de otra manera y el entrenador lo quiere de otra. Entonces yo me tengo que adaptar a las exigencias del entrenador y ver por sus ojos. Y después, en aspectos generales, es sacarle el jugo al equipo rival de lo que hace bien y lo que hace mal, ir con eso, con los defectos y las virtudes, lo mismo que con cada jugador en particular, exponérselo al equipo y consensuar, junto con el resto del cuerpo técnico, el plan de juego.

-Siempre se les pregunta o se les dice a los jugadores qué les recomiendan a los más chicos, a aquellos que quieren ser entrenadores, ¿qué consejo les das para los que quieren arrancar como corresponde?
-Horas de vuelo, horas en el gimnasio, primero con lo que le toque dirigir y después viendo todas las categorías. Yo me pasaba horas y horas viendo entrenamientos de menores, de primera división, yendo a ver entrenadores en otros clubes. Yo tuve la gran suerte de que me crié en un club de básquet, hay gente que no, pero hay que tratar de ver entrenamientos de equipos de Liga, jugadores de Liga, charlar con entrenadores…

-A quienes son de FeBAMBA tienen la suerte de que hay 5 equipos de Liga en la zona…
-Totalmente, quienes están en los clubes de Liga, mejor aún, pero los que no, que vayan, que vayan a Obras, a Ferro, a Lanús, a Boca, traten de interiorizarse de cómo se trabaja en la Liga, porque es el medio más alto que tenemos. Yo creo que a partir de ahí se puede ir creciendo, muchas horas trabajando y meterle pasión, porque esto si no tenés pasión, no es marcar tarjeta y terminar el trabajo. Esto es parte de la vida de uno.