Se realizaron las Reuniones Regionales de FeBAMBA
Con el objetivo de seguir fomentando el desarrollo del básquet en cada...
Talleres de Remedios de Escalada afronta una nueva temporada en la Conferencia de Sur de FeBAMBA y cuenta con la tranquilidad de tener entre sus filas a un excelso tirador, como lo es Nicolás “Chapo” Freiria, quien a sus 33 años todavía sigue con la mira calibrada y es una de las cartas anotadoras del elenco dirigido por Gustavo Facetti.
En la siguiente entrevista, Freiria nos cuenta algunos de sus secretos sobre su juego y también hace un repaso de su carrera, donde peregrinó por diferentes clubes de zona sur, acumulando buenos rendimientos y también la otra cara linda del deporte, amigos.
“La verdad que todavía siento esa adrenalina de competencia, de poder estar con amigos, entrenar y divertirnos, que es lo más importante cuando se practica un deporte de equipo. Al básquet juego desde los cuatro años y por suerte todavía no me llegó el día que no tenga más ganas de armar el bolso, que seguramente cuando me pase eso, será el día que no juegue más”, sentenció el “Chapo” a la hora de explicar el porqué de su continuidad en el básquet.
Esta es su segunda temporada consecutiva en el elenco de Escalada, un club futbolero que tuvo una historia rica en el los años 70 y 80, dentro del básquetbol capitalino. Sobre su elección de continuar en Talleres, Nicolás admitió: “Elegí Talleres porque me sentí cómodo el año pasado, cuenta con buena gente que hace muchos esfuerzos para que las cosas nos salgan bien y además porque es algo muy lindo sentir el apoyo de la gente en cada partido, haciéndote saber lo importante que es llevar la camiseta de su club y eso es lo que a uno lo motiva para ir a entrenar cada día”.
El arma principal de Freiria en cuanto a su juego, es sin duda el lanzamiento a distancia, es un especialista desde los 6,75. “El tiro es algo que fui aprendiendo a lo largo de mi carrera, sobre todo en Lanús, que fue el club en el cual me formé. Además tuve la suerte de tener un aro de acrílico en el fondo de mi casa, donde me pasaba horas lanzando y jugando con amigos”, expuso el alero de Talleres.
Con un buen bagaje de años jugando en FeBAMBA, “Chapo” ya es un tirador muy conocido para los adversarios de zona sur y aledaños, por lo que cada vez es más difícil encontrar el espacio abierto para tomar el lanzamiento. Consultado sobre esta situación, el ex Racing manifestó “Lo años no vienen solos, el básquet es cada vez más rápido, pero uno con la experiencia y manía va buscando el hueco de la defensa y con la ayuda de mis compañeros, también se hace un poco más fácil encontrar el aro”.
En el debut oficial de este 2016, Talleres derrotó como local a Olimpo 61 a 55, en lo que una nueva edición del clásico de barrio y en la segunda jornada descansó debido a tener fecha libre. Haciendo un análisis del estreno del equipo, el oriundo de Lanús expresó: “Fue un partido duro contra Olimpo porque no teníamos el equipo completo y como todo primer partido, los nervios juegan un papel preponderante. Para nosotros es muy importante ganar de local, para entusiasmar a la gente y tomar confianza nosotros mismo como equipo. Lo que nos pide este año Gustavo (Facetti) es defender duro y poder salir en ataque rápido si se puede, sino jugar estacionado, pero con la inteligencia de seleccionar los mejores lanzamientos y dársela al compañero mejor ubicado para convertir”.
Cerrando la charla, nos remontamos a fines de 2011, donde el destino y el básquet tuvieron una encrucijada en la vida de Nicolás. Su club en ese entonces, Social Lanús, disputaba un tercer partido definitorio por el ascenso a Primera B, ante Colegio Cardenal Copello y en la mañana previa al encuentro, “Chapo” sufrió la peor noticia, el fallecimiento de su padre. Con todo el dolor a cuestas, Freiría decidió acudir igual a su cita deportiva y todo esa angustia, la canalizó anotando 36 puntos, llevando a su equipo a alcanzar el objetivo y de algún modo despedir a su viejo con una actuación memorable.
“Ese día fue muy difícil para mí por el fallecimiento de mi viejo, pero en ningún momento dude en ir a jugar, sabía que mi papá hubiera venido a verme y eso era una motivación más para jugar. Además necesitaba estar ahí, con el grupo, por todo el esfuerzo que hicimos durante el año, sin dudas fueron los cuarenta minutos más recordados de mi vida en una cancha de básquet y por suerte pudimos lograr el objetivo de ascender”, relató Freiria sobre esa noche especial jugando con la camiseta del Lobo.