El legado intacto de Alberto Finger

Por
Actualizado: abril 21, 2016

Es uno de esos grandes entrenadores que nutrió al básquetbol de Capital Federal e inclusive a nivel nacional. Su trayectoria en aquellos años parece haber pasado desapercibida, la integridad y el respeto a la hora de hablar nos deja saber cuál era su conducta delante de un plantel profesional.

Alberto Finger mantiene su perfil, continúa siendo un docente fuera del campo de juego. Hoy lo hace frente a los alumnos de periodismo deportivo en distintas escuelas, antes lo hacía frente a sus jugadores.

“Comencé en las divisiones inferiores en Ateneo de la Juventud allá por 1964, al poco tiempo tomé la primera división del club Barracas Juniors, afilada a la Asociación Buenos Aires. Ahí estuve hasta 1972, a partir del año siguiente me convocó River Plate y ahí empezó otra etapa en mi carrera”, cuenta Finger.

Entre ese plantel de River y el entrenador hubo satisfacciones encontradas, desde ambos lados sabían para dónde y cómo debían reflotar el deporte dentro de la institución.

“Hay una vida muy rica dentro del básquetbol de River. Era uno de los pocos clubes que tenía una atención especial con los jugadores. No tenían la necesidad de llevarse su bolsito con la ropa de entrenamiento porque les proveían todo. En ese caso, River era una excepción. Además, me encontré con un plantel que jerarquizaba mi cargo y eso lo hacía todo más fácil”.

LOS PRIMEROS EXTRANJEROS EN EL PAÍS

Por su exclusiva responsabilidad, Alberto Finger tuvo una rara idea para contratar a dos extranjeros que puedan jerarquizar al club en épocas de sequía futbolera.

“Yo observaba a través del tiempo que dos jugadores extranjeros y, especialmente de color, podían darle un impulso y una atracción especial. Eso coincide con que River sale campeón en el fútbol después de 18 años”, explica el entrenador.

River se quitó la espina en el Metropolitano de 1975, cortando una mala racha que evitó las dos décadas y le permitió a Finger observar su proyecto con buenos ojos hacia los dirigentes millonarios.

“Evidentemente había una furia triunfadora, entonces el presidente de la Subcomisión de Básquetbol de aquel tiempo fue con la idea a la reunión de la comisión directiva, donde recibieron el proyecto con los brazos abiertos. A los pocos días, dos dirigentes viajaron a Estados Unidos para contratar a dos jugadores”, recuerda Alberto con lujo de detalles.

Angel Cerisola, ex jugador de Boca Juniors, opinó sobre el entrenador

Con 25 años los dos, el alero Jimmy Rogers de 1,96m y el pivote Cleotis Reece de 2, 06m, arribaban al país entre el pleno desconocimiento y la experiencia que podían vivir.

Para el entrenador de River Plate, en aquellos años, su apuesta podía salirle bastante cara por ser tan barata: “En ese momento nuestro dólar estaba muy caro. Por lo tanto, Rogers y Reece vinieron a pasear prácticamente. Nosotros les pagábamos poco a comparación de otros mercados”.

Esa época de los ´70 en el básquetbol argentino estaba marcada por límites territoriales desconocidos, lo mejor estaba acá. Eso le jugó una mala pasada al entrenador en la primera práctica de sus refuerzos extranjeros.

“Uno de ellos tenía 2,03 y otro 1,96 metros. Yo no tenía información de cual era cual en aquel momento, no había demasiados datos en esos años. Entonces cuando llegaron, en un entrenamiento lo pongo a Rogers de alero y a Reece de pivote, por lo que ellos se miraron y sonrieron. En realidad, era al revés la posición, Reece, que era más alto,  jugaba de alero y Rogers de pivote. Fue una de las tantas sorpresas que me llevé, tampoco tenía tanta experiencia con el básquetbol norteamericano”.

RIVER PLATE (1973 AL 1976 Y 1984 AL 1987)

 “Los jugadores me hicieron muy fácil mi trabajo. Por decirlo de alguna manera, hablábamos el mismo idioma. Les hice jugar en un estilo que le estimulé al plantel. Expresaban en la cancha mi ideología”.

BOCA JUNIORS (1983 y 1988)

Ascendió de la B Nacional, ahora llamada Torneo Nacional de Ascenso, a la Liga A.

“Fue un equipo de jugadores mayores, que no corrían como un plantel juvenil, pero jugaban un básquetbol de posiciones fijas y eran muy inteligentes”.

La estructura del equipo

“Angel Cerisola fue uno de los bases más inteligentes que dirigí, también estaba Carlos Raffaelli aportando su experiencia y sabiduría. Además, un plantel de mucho trabajo y muy disciplinados. Es otro de los grandes placeres que tuve en mi carrera”.

SELECCION ARGENTINA, EPOCAS DURAS

Primera etapa

“Lamentablemente me tocó una etapa bastante pobre. En el ´83 se jugaban los torneos de mayo a abril y noviembre a diciembre. Por lo cual, la competencia se suspendían para que los jugadores se sumen a la selección nacional, aunque eran cedidos una semana antes del torneo internacional”.

Segunda etapa

“En 1988 se dio otra situación. Más allá de que se jugaba de la misma manera, después del Mundial de 1990 en Argentina se cambió ese formato. Eso le permitió a los entrenadores disponer de los jugadores un tiempo más largo durante el receso”.