Colegiales, una escuela llena de chicos

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Actualizado: abril 27, 2016

En el corazón del barrio de Colegiales, más precisamente en Teodoro García 2860, se encuentra ubicada una de las escuelas más grandes de básquetbol de Capital Federal. Es que en la actualidad, el Club Colegiales cuenta con 100 chicos en la categoría de minibásquet, una cifra contundente.

De hecho, los entrenadores del equipo «B», Mauricio Feder y Mateo Farina, que trabajan en conjunto con Matías Mansilla («A») y con La Escuelita, se muestran «felices» del gran desafío de tener tantos basquetbolistas menores.

-¿Qué lo lleva a Colegiales a contar con semejante cantidad de chicos?

-Mauricio: Tenemos la suerte de que no haya ningún club cerca y además de que nos rodeen varios colegios, tanto primarios, como jardines, y nos lleva a ser los únicos que ofrecemos básquet. Además, creo, que al gustarle la actividad y la forma de trabajo, se fue haciendo el famoso boca en boca y cada vez vinieron más.

-¿Se dificulta trabajar con casi 100 jugadores?

-Mauricio: La mayor complicación que encontramos es el tema del espacio físico y con los horarios, ya que en el club hay una sola cancha. Es que no sólo tenemos muchos minis, también vamos así desde Premini hasta la Primera, entonces buscamos armar una grilla que cuente con al menos dos entrenamientos semanales. Y sinceramente, las charlas previas al arranque de las competencias son complicadas (risas), aunque la verdad es que los chicos están bien distribuidos.

-Lindo desafío…

-Mateo: Sí, por suerte hay un gran laburo colectivo entre los profes, los monitores y los dirigentes. Quizás a fin dela temporada, como dijo Mauricio, es la parte más complicada. Igual, por suerte, siempre lo logramos resolver de la mejor manera.

-¿Qué enfoque le dan al minibásquet?

-Mauricio: Entendemos que es una categoría donde empiezan a desarrollarse, así que buscamos que aprendan varias cualidades del básquet (dribbling, coordinación y lo propio del deporte) pero enfocándonos en la diversión.

-Mateo: Si bien todas tenemos nuestro enfoque según las necesidades de cada grupo, buscamos formar la parte social y llevar a los chicos a sentir la pertenencia. Gracias a ese objetivo, casi nadie deja la actividad en la institución. Además, con los monitores -jugadores más grandes del club- los nenes los van a ver después de los entrenamientos y pasan muchas horas adentro.

-¿Cómo se hace para juntar el divertimento con el aprendizaje?

-Mauricio: A través de diferentes estrategias que combinamos entre todos y la relación con ellos es muy importante. Nosotros tenemos que buscar que el aprendizaje sea alegre y a la vez «riguroso», por llamar de alguna manera.

-Mateo: Como dijo Mauri, tratamos de buscar un equilibrio y enseñarles a través de juegos.

-¿Sueñan con ver el día de mañana a algún pibe practicando el deporte profesionalmente?

-Mateo: Si te dijera que no, te miento, aunque sabemos que es un proyecto a largo plazo. Primero buscamos formar buenas personas e inteligentes, que puedan formar parte de un equipo, tanto en el básquet como en la vida, porque sentimos que así tienen más posibilidades de arribar a la Primera o al profesionalismo. También siendo realistas, no todos pueden llegar, así que queremos transmitirles valores y que se diviertan, más allá de que en la cabeza nuestra está todo eso.

-¿Cómo se logran aislar de las ansiedades de los padres?

-Mateo: En ese sentido, el club evolucionó mucho de la mano de la subcomisión de padres. Ellos nos dan una mano enorme y ante cada situación incómoda hacemos una reunión o también los mismos papás nos brindan su cooperación en las canchas para evitar alguna situación de esas. Me parece que el trabajo de los que colaboran ha sido fundamental en ese sentido.

-Si le tienen que decir a alguien, ¿por qué debe ir a Colegiales a practicar, qué le explican para convencerlo?

-Mauricio: Que venga porque acá la parte social es el eje de todo, acá un jugador que entra se integra al club fácilmente y estará bien cuidado, sin diferenciación alguna.