Julieta Farola disfruta su presente en Los Indios

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Actualizado: febrero 19, 2017

Julieta Farola, integrante de las divisiones inferiores femeninas del Club Recreativo Los Indios, cuenta, sus inicios deportivos, la elección del básquetbol en su San Andrés de Giles natal, la llegada a la entidad “ Negriblanca”, el sacrificio que significa practicar y jugar a lo que más le gusta con los viajes semanales y de competencia, y el enorme apoyo que le brindan permanente su familia, al igual que los entrenadores y sus compañeras desde que llegara ser parte de la entidad morenense.

Nació el último día del año de 1999. El lugar fue la localidad de San Andrés de Giles, al noroeste de la provincia bonaerense. Desde muy chica le gustaron las actividades deportiva; así, comenzó a practicar Gimnasia Deportiva; luego haría Hockey y Natación, hasta que, a finales del 2009 comenzó a desarrollar básquetbol en el C.E.F. Nro. 24, disciplina a la que hoy sigue practicando en Los Indios.

“Lo que recuerdo de ese año, es que hablaba mucho de básquetbol. Además, tanto mi abuela como mi papá me contaban muchas anécdotas de mi abuelo disputando esta disciplina. Cuando una es chica, esas cosas incentiva mucho”, cuenta Julieta. Ya en épocas de secundaria, practicó Handball y Voley, pero también Básquetbol en el club que es su segunda casa.

“En el C.E.F. N° 24 era una actividad mixta, mi interés fue acrecentándose, lo jugaba desde los 9 años de edad, y asi fue el deporte que más me atrajo”. Su primer entrenador fue Federico Stupiello, a quién califica como “ gran persona, deportista y profesor de mi ciudad de origen. Fue él también, uno de los que más me incentivó para continuar mi crecimiento en esta actividad. Hoy, lamentablemente, ya no está con nosotros en forma física, pero estoy segura que me sigue acompañando desde el cielo, mientras yo lo llevo muy profundamente en el corazón”.

Transcurrido el tiempo, y con toda la intención de mejorar como jugadora, fue a entrenar al Club Tempestad, donde Federico Martelllini fue su entrenador; posteriormente, hizo una pretemporada en Vélez Sarsfield, pero la distancia era un impedimento, ya que se interponía con los horarios escolares. Estuvo en el mencionado club, hasta que en noviembre de ese año comenzó a entrenar en Los Indios.

“Hoy la considero mi mejor elección, sin lugar a dudas. Tanto el cuerpo técnico como las jugadoras de las diferentes categorías y sus respectivas familias, me abrieron las puertas y siempre me consideraron como una más, como si hubiese nacido en esta entidad. Estoy muy orgullosa y agradecida porque no sólo me permitieron jugar en mi categoría, sino hicieron lo propio para ser parte de otras categorías”, señala Julieta.

Además de ser parte del elenco U17 y U19, Santiago Ibañez la convocó, en la temporada anterior, para ser parte del plantel de Primera “ B”. Por su parte, Astor Urdangarín la hizo debutar con la plantilla superior “A” frente a Deportivo Berazategui, uno de los poderosos de la divisional.

“Tuve, en ambos encuentros, una sensación mezclada de alegría y nerviosismo. Pero, con el apoyo de las chicas de ambas escuadras superiores lo disfruté mucho”, asegura.

En relación a la temporada 2016 de las U17, expresó:

“Fue muy positiva, a pesar de tener altibajos, como todo equipo; pero destaco que en cada ocasión donde se presentó un escollo, pudimos sobrellevarlo, manteniendo altas las expectativas ante rivales muy fuertes. Además destaco también la clasificación al Argentino de Clubes como las semifinales en la mencionada Zona Campeonato. Justamente – ante Berazategui tuvimos bajas importantes que se hicieron sentir durante el desarrollo del partido. De todos modos jugamos de igual a igual, y aunque no se nos dio fue , sin lugar a dudas, un partidazo”.

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A nivel personal sostiene: “ también fue un año positivo. Este año, a mediados de enero, me incorporé a la pretemporada siendo cadeta de segundo año. Quiero decir, al mismo tiempo, y volviendo al principio, que jugar en este nivel para mi representó un enorme cambio, tanto en el juego como en rutina diaria. Por eso destaco la palabra sacrificio. Fue como arrancar de cero, ya que cuando comencé en Los Indios, todo era nuevo para mi. El Club, los entrenamientos, el grupo , la competencia y sobre todo la responsabilidad que esto implicaba”.

Junto a los esfuerzos al momento de entrenar y jugar, cabe destacar que Julieta estudia en doble escolaridad.

“Nada de esto me impide hacer lo que más me gusta. Todo ello, teniendo en cuenta que tengo más de una hora de viaje de mi casa al club, hacer la tarea, estudiar y merendar en el auto junto a mi papá. Después de eso, el mismo viaje de regreso”.

Todos estos sacrificios diarios, no la alejaron de continuar con sus amistades de San Andres de Giles, como por ejemplo encontrarse para entrenar en Tempestad.

“No, una se hace tiempo para eso. Es difícil, pero jamás me olvidé de los míos. Llegar a Los Indios me hizo crecer como jugadora y también como persona, pero, además de todos en el club, quiero agradecer a mi familia, que me apoyó desde el primer momento en esto y lo sigue haciendo. En cuanto a lo deportivo, sin lugar a dudas, con todas las ganas y las expectativas de llegar a lo máximo con las chicas y el cuerpo técnico de entrenadores y el profe, en la preparación física”.

Julieta Farola, la síntesis de muchísimas chicas que por amor al básquet hacen enormes sacrificios de toda índole para disfrutar y ser felices dentro de un rectángulo de juego.

FUENTE: Miguel Queiró- Sitio “Periodistas de Furia Indígena”
FOTOGRAFÍA: Sebastián Sampietro