Se realizaron las Reuniones Regionales de FeBAMBA
Con el objetivo de seguir fomentando el desarrollo del básquet en cada...
Alberto Feder, representante de la comisión directiva de Colegiales, explicó el proyecto de remodelaciones que está llevando a cabo el club, en primer lugar con los vestuarios. El lugar elegido para la charla fue el gran bar temático de básquetbol de la institución, el único del país con esta característica. Además, Feder anticipó que la Tira B de inferiores, que hasta el año pasado competía en la categoría no formal, pasará a jugar en la formal esta temporada.
-¿En qué consisten las remodelaciones que están haciendo en el club?
-Para nosotros, diciembre, enero y febrero son meses de obras. Ya acomodamos la planta baja e hicimos baños, arreglos en la sala que usa la gente de la tercera edad y en la cancha de básquet. Y ahora le toca a los vestuarios. Estamos en un proceso de tirar todo abajo. La remodelación incluye los dos vestuarios, tanto el local como el visitante, con los baños incluidos, y después otro vestuario para los árbitros. Todo estará más funcional y moderno. Este es el primer paso, forma parte de un plan integral que calculamos que en dos años vamos a tener finalizado. También tiene que ver con la posibilidad de hacer un gran salón multiuso para que puedan usar los 70 chicos que tenemos en la escuelita de básquet y así liberar la cancha principal. Esa es la idea, pero todo depende de la plata que podamos ir juntando. Y después buscaremos ampliar los salones para las diversas actividades que tiene el club.
-¿Tienen una fecha estimada de finalización de las obras?
-Esperamos contar con los dos vestuarios para mediados de marzo como fecha máxima, cuando arranquen los torneos. Si no podemos cumplir con eso, vamos a tener un solo vestuario que será para el equipo visitante y, por supuesto, el de los jueces.
-¿Cómo se financia esta obra? ¿Cuál es el precio?
-Hace nueve años que estamos en la comisión del club. Los primeros años fueron para reorganizar la actividad deportiva y en los últimos cuatro nos dedicamos a reestructurar la parte económica y edilicia. Hemos tenido muchos ingresos por alquileres y algunas donaciones. Eso, más los ingresos por publicidad y la buena administración que tenemos, hacen que podamos juntar el dinero y destinarlo a estas obras. Siempre aparecen donaciones de gente, aunque no las pidamos. Por ejemplo, los ventiladores nuevos y las luces de la cancha fueron por la ayuda de los socios. Ha pasado en los últimos tiempos que muchos de los padres o familiares de los jugadores se hicieron socios del club y empezaron a dar una mano, algunos desde la comisión directiva o la subcomisión de básquet y otros simplemente consiguiendo micros o publicidad. En este tipo de clubes, todo esto es absolutamente importante. Los vestuarios cuestan alrededor de 350 mil pesos, y ya veníamos de una inversión de 300 mil para hacer todo lo de la planta baja.
-Teniendo en cuenta todo esto, ¿cuál es el análisis global que hacés del club?
-Estamos en un momento de gran crecimiento. En cuanto a los logros deportivos, hicimos buena campaña en Primera y quedamos muy conformes con las inferiores. Además, el hecho de que los padres de ambas tiras se pongan a colaborar con las entradas, con publicidad, o con donación de pelotas y aguas minerales, suma un montón. Estamos contentos porque tenemos muchos chicos que vinieron de otros clubes, se integraron y se quieren quedar, a pesar de que todavía hay que renovar algunos pases. La verdad es que estamos bastante bien, no nos podemos quejar.
-¿Qué tipo de aceptación de la gente tuvo el bar temático de básquetbol que inauguraron hace unos años?
-En Argentina es el primero. Sabemos que hay dos o tres en Europa. Más que la gente del club, todo el barrio lo ha recibido muy bien. Creció mucho la entrada de público, porque el bar lo puede usar cualquiera. La aceptación que tuvo de la gente que vive en los edificios del barrio y de los comerciantes fue muy interesante. Que al bar le vaya bien nos beneficia un montón, porque aparte nos presta un buen servicio. Para los clubes del interior que vienen a los encuentros no es lo mismo un bar apagado que un lugar como este.
FUENTE: Emilio Hamilton para Prensa FEBAMBA