El deporte es inclusión, dentro de una cancha todos estamos bajo las mismas reglas y la única diferencia pasa por tener dos equipos con camisetas diferentes, y el ejemplo del basquetbolista U-19 de Colegio Copello, Axel Rossi, lo deja en claro.
Es que el joven con síndrome de down demuestra día a día cómo evoluciona en su rendimiento a la par de sus compañeros, con una felicidad poco observada, y se mantiene dentro del club desde el 2012, al punto de haber llegado a jugar ante los clubes federados de FeBAMBA, producto de su dedicación y compromiso.
«Todos los que conocemos a Axelito sabemos de su amor por cada cosa que quiere conseguir, lo intenta, y un lugar en el equipo parece haber sido una de ellas», contó el entrenador, Pipo.
«Desde que empezó la actividad nació entre nosotros un vínculo, que fue creciendo día a día, de respeto, confianza y por que no complicidad en algunas cosas. Su esfuerzo hizo que se gane el lugar que hoy tiene entre sus compañeros y rivales», detalló.
Axel, quien suele entrar al club los sábados a media tarde, con su bolso en mano y su gorra característica, mira a su alrededor para saludar alegremente a todo aquel que se cruza por su camino hasta arribar al lugar donde se encuentra su técnico.
«Normalmente ingresa en el último cuarto, ahí cruzamos algunas miradas y en una de esas le digo: ‘Vamos, Axel, es hora de romperla’. Y ahí se ata los cordones con una fuerte emoción, saluda al compañero que deja la cancha y el aliento de todo el banco se hace escuchar», comentó.
Asimismo, el director técnico, al que se lo nota orgulloso de todos sus conducidos, sostuvo que cuando Rossi metió su primer doble, tras dejar a sus defensas inmóviles con su dribbling, el abrazo entre ambos «fue eterno».
Así es Axel o Axelito, como lo conocen en los pasillos de su segundo hogar, que es el Colegio Copello, con pura vida, ganas de superarse todo el tiempo, de mejorar, de vivir, nos enseña todo el tiempo, porque si de algo estoy seguro, él me enseñó mucho más a mi de lo que yo le pude enseñar a él.
-¿Cómo llegó él al club?
-Fue muy sencilla, desde el primer momento que vino al club charlamos con él y con sus padres, que son muy atentos y amables, y dejamos las cosas en claro. Y la verdad que Axel es un fenómeno, nunca se enoja, nunca protesta, nunca pone malas caras y se integró en el instante que puso un pie en la cancha. Es muy cariñoso y cuando llegamos después de las Escuelitas lo ves que se pone a tirar con los nenes, dándole mucho amor.
-¿Cuándo llegó?
-En el 2012 cuando tenía edad de Infantiles y jamás faltó a un entrenamiento o a un partido, a pesar que hay ocasiones donde no le toca entrar a la cancha.
-¿Sentís que el deporte ayuda a evitar las diferencias?
-Sí, sin dudas. Sobre todo el básquetbol, que es un deporte donde hay más variantes de todo lo que pienses, tamaño, color de piel o lo que sea, acá cualquiera lo puede hacer y tiene el derecho a practicarlo. Está muy bien reglamentado. A nosotros nos sucede que varias veces un chico cae en junio o julio porque son alumnos del colegio y los incluimos y les enseñamos porque es importante.
-¿Qué sentís vos al ver su esfuerzo?
-La verdad es que cada vez que entra siento un orgullo enorme, él tiene un gran tiro de tres puntos, así que cada vez que mete uno me mira y cruzamos una sonrisa…(se emociona). Te pido disculpas pero sinceramente cuando él entra me suelo ir más contento que cuando ganan mis categorías.