Leandro Ginóbili, anfitrión del Cuadrangular U15

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Actualizado: noviembre 3, 2016

En Bahía Blanca se respira básquet, no es ninguna novedad. Recorrer sus calles y ver a los niños con camisetas de sus clubes, la infaltable 20 de los San Antonio Spurs. Tomar un taxi, y cuando el chofer pregunta qué se está haciendo allí, ante la respuesta comienza a hablar de las figuras locales con la misma naturalidad sobre si se tratara de Messi o Tévez. Ir a un restaurante y mientras se analiza la jornada vivida, un integrante de la mesa aledaña se presenta como entrenador de Olimpo. De básquet, obvio.

Bahiense del Norte, sede del reciente cuadrangular Argentino de Clubes U15 que tuvo a Boca Juniors y Afalp como representantes de FeBAMBA, es un club bien de barrio, ubicado en la calle Salta 28. Su entrada es sencilla, aunque el camino hacia el estadio Manu Ginóbili esté tamizado en la pared del lado derecho con decenas de imágenes de equipos campeones desde aquellos años 80, en sus diversas categorías. Desde los más chiquitos hasta los veteranos. Y a medida que se avanza, las gigantografías de sus próceres dorados: Pepe Sánchez, Puma Montecchia y Manu. Junto a ellos, en postales separadas, entrenadores y otros jugadores que trascendieron a nivel nacional. Uno de ellos, con acto de presencia durante los tres días que duró el certamen, como uno más, colaborando con las madres y padres de los Infantiles, sea al instante de solucionar algún tema técnico, o con micrófono en mano, ofreciendo números de rifas para las tortas que se sortearon al terminar el doble turno de encuentros.

Leandro Ginóbili, de él se trata, en esas instalaciones es uno más, y si bien su figura resalta como el hermano mayor de Emanuel, hace todo lo posible para que su presencia solo sea requerida al momento de que el club no tenga ningún contratiempo o dar una mano para que las abnegadas madres que llenaron de tortas, arrollados y pasteles sean vendidos y poder recaudar más dinero.

Pasado el mediodía dominical, y mientras Boca se debate ante el anfitrión dentro del rectángulo en un clima efervescente de tribuna completa, Leandro acepta dialogar con Prensa FeBAMBA acerca del certamen, el nivel de los equipos de la Federación, y su visión acerca de la importancia de enseñar fundamentos en esa edad.

«El nivel visto es bueno; cuando llegás a esta instancia donde se juntan los dos mejores equipos de Capital federal y Provincia de Buenos Aires, sin dudas es el filtro, porque luego vas a jugar a la Patagonia donde ese nivel es un poco menor, y ya después accedés al hexagonal final, cuando te enfrentás con los mejores del norte del país. Vi chicos muy interesantes, y es un a pena que simultáneamente se esté jugando el Sudamericano de la categoría . Un punto a trabajar a futuro es en el calendario, porque nosotros tenemos un chico allí, y su presencia aquí habría elevado la calidad del campeonato. En Boca vi chicos con muy buen físico, y en el equipo de El Palomar, si bien sus jugadores son tal vez pequeños desde ese aspecto, tienen muchos fundamentos y juegan con bastante picardía», comenta Leandro apenas comienza la charla, resaltando que este cuadrangular es sin dudas uno de los mas duros, por tratarse del enfrentamiento entre los conjuntos de FeBAMBA y la Provincia.

Uno de los temas tácticos que refirieron los entrenadores de Boca y Afalp radicó en la dificultad de poder desentrañar las marcas zonales impuestas por Bahiense y Argentino. Al consultarle sobre si eso es una ventaja con la que contaron sus oponentes, explica:

«Acá en Bahía tampoco los U15 pueden defender zona, recién pueden hacerlo en los Provinciales. De todos modos habría que ver cómo se lee; uno entiende que automáticamente cuando alguien se cree inferior se va a la zona, pero a los chicos tenés que enseñarle a ir a buscar el partido, a dar lo mejor de si a pesar que el rival sea hipotéticamente superior, porque cuando competís contra ellos es cuando mejorás. Pero hay zonas y zonas; una dinámica, con presión, a ellos les hace bien aprenderlas de chicos. Estoy de acuerdo con eso, salvo que alguien ponga una 2-1-2, con los cinco abajo del aro. Hay zonas a presión que son muy interesantes a realizar, pero seguro que en la cabeza de un entrenador en estas categorías no debiera estar la idea de plantear un sistema netamente conservador, porque achata a sus propios jugadores y les crea ese complejo de inferioridad. Particularmente en mi época de infantil me marcaron dos y triángulo, cajón y eso no nos dejó ningún tipo de secuela; el básquet es tácticamente muy rico y está bueno que los chicos puedan aprender de todas sus variantes. Repito, no de la forma conservadora, pero es un lindo tema de debate, sin dudas».

Se le pide una opinión sobre lo que observó de los equipos FeBAMBA, y Ginóbili se explaya:

«Boca es un equipo muy grande físicamente pero quizás le falta un poco de potrero. Vos lo ves entrando en calor o cuando llega a la cancha y te asusta por el porte de sus jugadores, pero quizás eso al momento de correr les marca un déficit, porque no son tan rápidos y así muestran un juego previsible, pero son chicos de 15 años. A veces uno se apresura a juzgarlos y estamos hablando de chicos que no terminaron de dar el estirón en altura, o el mejoramiento de sus recursos técnicos; además no han madurado ni emocional ni intelectualmente. Son muchas cosas a tener en cuenta pero estos campeonatos deben servir para caldo de cultivo y darle a ellos competencia, presión deportiva y así adquirirá cuestiones que lo harán un jugador más completo. Afalp mostró mucho entusiasmo, ganas, cualidades técnicas, picardía, pero la menor talla en relación a los demás rivales sin dudas los condicionó. Pero mostraron talento, fortaleza mental y así pudieron vencer a un gran rival como Argentino de Junín».

Finalmente se le menciona los rostros de dichos jugadores ante la posibilidad de jugar en un lugar mítico, por haber generado en ese rectángulo que pisaron a tres campeones olímpicos.

«Si, la verdad que ese pseudo museo que hicimos en la entrada causó muy buena impresión en los visitantes. Es increíble, porque uno al haber nacido aquí o ser hermano de Manu pierde un poco la perspectiva y ver a la gente que solo entra para sacarse una foto con el mural de Emanuel, o como mencionás, los chicos que les toca jugar aquí es gratificante. Bahiense tuvo la suerte de sacar esa camada y tener un nombre propio en el país y disfrutamos cuando los chicos observan asombrados que están en un lugar donde surgieron semejantes jugadores».

Leandro, uno de los que pusieron el cuerpo, horas y energía para que el Argentino de Clubes pudiera desarrollarse en el club que lo vio nacer. El club donde dio sus primeros pasos con la pelota de básquet un tal Emanuel Ginóbili.

FOTOGRAFÍA: Diario Popular