Se realizaron las Reuniones Regionales de FeBAMBA
Con el objetivo de seguir fomentando el desarrollo del básquet en cada...
Afalp pudo cumplir en la temporada 2016 el anhelo de instalar a sus formativas en el duro, competitivo y difícil TOP 20, luego de llegar al mismo por ascenso directo junto a Los Indios de Moreno en 2015 desde la Conferencia Oeste. En el máximo certamen organizado por FeBAMBA, estuvo cerca de clasificar al TOp 10, pero no le alcanzó y en la ronda Permanencia el colchón de puntos arrastrados por Ciudad de Buenos Aires junto a Caza y Pesca no le permitió mantenerse y por eso en esta temporada intentará regresar luego de la experiencia recogida. Y con una interesante camada de jugadores, en especial quienes disputaron la categoría U15; no solo terminaron primeros en las dos etapas de competencia en el año, sino también como un hecho histórico para la entidad de Ciudad Jardín, clasificaron al Argentino de Clubes junto al poderoso Boca Juniors, luego de una memorable final ganada contra Ferro Carril Oeste por la mínima que le otorgó el viaje a Bahía Blanca.
Previo al inicio de la pretemporada, el entrenador jefe del Verde, Javier «Lalo» Fonteiriz, habló con Prensa, donde analizó el gran año de sus chicos, la experiencia obtenida en el Top 20 y lo que espera para este 2017.
«Con estos Infantiles arrancamos perdiendo la final con Los Indios en 2015, y sabíamos que se iniciaba la temporada pasada con una gran base de seis chicos, que a pesar de estar en su primer año eran protagonistas, por lo que en su segundo año tendrían una mayor incidencia en el juego, tal como sucedió. Se armó el equipo con la llegada de un par de jugadores y la suba de cuatro U13, con la incertidumbre de cómo afrontaríamos un torneo como el Top 20, teniendo en cuenta que en la Conferencia llegamos a la final, y la verdad tuvieron un buen ensamble, supieron defender alto; saltaban y doblaban, jugaron en equipo, y cuando no lo pudieron hacer, asomaron individualidades desequilibrantes. En muchos partidos mostraron una gran superioridad sobre sus rivales y cuando no se pudo, esas individualidades cerraron a favor situaciones complicadas», comenta Lalo, para agregar:
«En la primera fase perdieron solo dos partidos, y eso les posibilitó clasificar al Argentino tras vencer en un partido increíble a Ferro, y viajar a Bahía, donde vivimos una experiencia inolvidable como equipo, como grupo, amigos; hay un montón de factores aledaños al básquet que uno no se olvida más y quedarán en la mente por siempre, cuando retroceda en los pensamientos y recuerde situaciones lindas, sin dudas esta es una de ellas».
Ya referidos a la segunda parte del año, asegura:
«La jugaron y defendieron bien, por eso estuvieron siempre arriba. No tuvieron suerte en los playoffs, fue una mala tarde en Obras y nos costó quedarnos afuera pero si bien se merecían seguir avanzando alguna instancia más, el trajín de la temporada pasó factura. Y si los grandes tienen un mal partido, por qué no podrían tenerlo unos chicos de 15 años. Lo importante es que se armó un gran grupo, se hicieron amigos y esos valores no los cambio por nada, son prioritarios ante todo. Fue un grupo que siempre quiso más, y eso me sorprendió, porque los citaba cuatro veces por semana a entrenar y venían, o los llamaba un sábado y asistían, Fueron responsables, trabajadores, y eso se vio reflejado en su juego».
La categoría U15 fue tan competitiva, que si bien solo perdieron dos partidos, pudieron haber quedado afuera de todo o incluso cruzarse con Boca antes de tiempo y tal vez no concretar el sueño de viajar a Bahía Blanca. Si bien todos los triunfos sumaron, el conseguido de manera agónica ante Lanús fue clave paraa asegurar el primer puesto.
«Ese cotejo fue increíble; me acuerdo que perdíamos por diez puntos y faltaban solo dos minutos; lo dieron vuelta con una presión terrible, embocando todo lo que recuperaban de manera sistemática. La verdad fue espectacular, y uno cuando recuerda ese momento es bárbaro, porque nos significó quedarnos con el primer lugar y la seguridad que disponíamos de un cotejo como locales para ir al Argentino».
La clasificación tuvo un condimento especial.
«Viajar, jugar en cancha de Bahiense, ir a entrenar por la mañana como si fuésemos un equipo profesional, ver esa gigantografía de Manu Ginóbili, sabiendo que había aprendido a jugar allí. La verdad fue increíble, muy emocionante. El viaje permitió que si alguno de los chicos deambulaba mentalmente, las horas juntos los unió, fortaleció. Despertarse, dormir juntos como grupo los unificó; tener horarios de comida, comer balanceado, ingerir frutas, tomar jugos, o un momento específico para ir a la cancha. Ciertamente el lugar donde nos hospedamos no era el mejor, pero intentamos que se sintieran cómodos y ese lugar fuera el mejor que podíamos tener. Y así fue, nunca hicimos una queja para que los chicos pudieran enfocarse solo en los juegos. La experiencia fue bárbara y estar en un cuadrangular con equipos como Boca, Bahiense o Argentino de Junín, todas potencias, con el cosquilleo que te daba ir a esa cancha con tanta historia, fueron muchas emociones encontradas, incluso para mi, porque fue la primera vez que me pasaba eso».
Se le pregunta a Lalo si la situación de tener que disputar la zona Permanencia en la segunda parte del año, en cierta manera los desmotivó, responde:
«No se si la palabra exacta es esa, porque la motivación fue grande todo el año. Quizás pudieron haber bajado un poco el nivel por los contrincantes que enfrentaron. Uno sale siempre respetando a los rivales, pero sin dudas en su cabeza jugaba internamente la certeza de enfrentar a alguien del cual estaban veinte puntos arriba y eso te plancha o juega en contra, en comparación a la primera ronda donde cada juego debían estar al palo porque eran todos difíciles. Pero son cosas que les ayudará a madurar y aprender, porque la derrota te dignifica y ayuda a crecer. Tal vez si estábamos en la zona de arriba el nivel de los chicos habría sido mayor, pero todo es experiencia y la derrota es valedera».
Hablando de derrota, ante Obras, cuando se jugaban los playoffs, el último cuarto mostró una superioridad rival; sin embargo, Afalp no apeló a ningún artilugio antideportivo o desleal, y eso también habló bien de ellos, por sobre las victorias.
«Ni hablar; cuando uno es chico comete esos errores desde la calentura, pero siempre digo que este grupo está integrado por pequeños grandes. El mensaje desde la banca jamás pasa por el juego brusco o transmitir un enojo que desvirtúe el actuar del equipo. Desde el banco uno se da cuenta cuando el partido puede darse vuelta o si aunque juegues 80 minutos no lo vas a variar. Y en esa situación, uno no puede bajar línea de juego brusco, porque si bien es lindo ganar, y ganar seguido, la virtud debe ser mantener la cabeza enfocada en lo importante cuando toca perder».
Esa imagen final, de todos modos, no borrará jamás la temporada de un grupo que definitivamente , ingresó en la historia grande del club.
«Seguro, y no solo por haber jugado el máximo nivel al que podían, siendo primeros todo el año en las dos fases. Lo que consiguieron estos chicos fue muy lindo, superaron la expectativa de uno. Lo demostraron cuando llenaron la cancha ante Ferro, con un marco espectacular, lleno de gente. Esto es parte de la historia de Afalp, pero ya estamos enfocados en la temporada venidera, donde estos chicos tendrán un protagonismo grande en la categoría U17; y entrenarán con la cabeza puesta en el nivel 1, donde daremos pelea arriba».
El balance de Javier Fonteiriz sobre unos U15 que tuvieron una inolvidable temporada en el TOp 20. Y van por el desquite deportivo, para volver a saborear el poder codearse otra vez con los más grandes de FeBAMBA.
FOTOGRAFÍA: Romina Paula para Prensa AFALP