Arquitectura suma preparación física con Joaquín Medrano

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Actualizado: febrero 20, 2017

El Club Arquitectura viene llevando a cabo un proyecto importante y ambicioso desde hace un tiempo con Carlos Gómez como coordinador del básquetbol, y a ello le sumó el arribo del preparador físico Joaquín Medrano para esta nueva temporada.

«La verdad es que estoy muy cómodo en el club, soy nuevo en la ciudad y me encontré con todo ordenado y simplemente hay que dedicarse a trabajar. Así que sinceramente me siento feliz y contento por estos dos meses y por haber apostado al básquetbol y a Arquitectura en especial», valoró el flamante profesor a cargo de todas las divisionales.

-¿Cómo se dio tu llegada al club?

-Nosotros a fin de año nos reunimos con Carlos Gómez, quien coordina el básquet, y tenemos ideas similares de cómo ver el deporte. Ambos vivimos afuera del país unos años y entonces compartimos las perspectivas del juego y de la preparación física.

-¿En qué etapa están de trabajo?

-Lo que nos planteamos fue hacer una gran pretemporada, ha sido un mes duro por la carga física y ahora en el segundo estamos trabajando con Carlos y los chicos vienen respondiendo muy bien. En base a esta etapa, el objetivo es arribar a un pico de rendimiento en el momento indicado y prevenir lesiones durante la competencia.

-Te toca estar a cargo de distintos equipos, ¿qué diferencias ves según la edad?

-En mi caso, que estoy al frente de todo el básquetbol, veo mucha diferencia entre la preparación física por una cuestión biológica y de entrenamiento entre los U13 y U15 con el resto de las categorías. Por eso apuntamos a un trabajo a mediano y largo plazo. Lógicamente, en Cadetes, Juveniles y Primera entrenamos bajo una misma pauta y con los más chicos es distinto por miles de aspectos como el desarrollo biológico.

-¿Qué es lo más complicado y lo mejor de cada una?

-En el caso de los nenes, como decía antes, es la adaptación física porque algunos nunca practicaron. Es un entrenamiento duro para muchos y por eso reestructuramos varios aspectos, mientras que todo es ganancia porque son un disco rígido vacío y todo lo aprenden; en Cadetes y Juveniles lo importante es la predisposición al trabajo, todos con ganas y hambre de aprender, y lo difícil pasa porque aún no cuentan con la base de coordinación y desde la fuerza y hay que limar eso; en la Primera hay muchísimo respeto de todas las partes y lo más difícil fue el tema de que había una gran cantidad de jugadores en el inicio de la pretemporada. 

-¿Qué metodologías utilizás o preferís aplicar?

-Por fortuna he trabajado en varios deportes y la metodología que nunca me falló es el modelo integrado junto con los entrenadores. Nosotros trabajamos bloques muy cortos de preparación física después de un volumen intenso en enero pero lo más importante es que la comisión apostó a un centro de perfeccionamiento atlético, donde todos tendrán una preparación específica, y ahí mi método pasará por la potencia y la carga asignada de manera individual.

-¿Cómo conseguís que los chicos pasen más tiempo con la pelota y menos con la tecnología?

-Es una buena pregunta, en mi caso me pregunto cómo hacer para que estén menos con la televisión y no tanto con la computadora, donde eligen qué ver y qué no, ya que ahí te muestran lo que quieren que mires. Desde este punto de vista es muy subjetivo, en mi época vivía en el club porque no existían esos elementos, y la verdad es que actualmente no sé qué haría. Uno intenta hablar, convencerlos, sin embargo dependerá del hambre que cada uno tenga para ser deportista. Los primeros pasos están en la casa y no en el club, creo que hay tiempo para todo y depende de cada uno.

-Finalmente, ¿de qué manera se consigue el cuidado físico personal de los chicos?

-Propuse al principio de temporada hacer una charla con los padres para comentarles qué estamos trabajando en la institución y llevar a especialistas para que expliquen bien en detalle la importancia de la alimentación. Me da la sensación que primero hay que entrar en ellos, si al nene le decís que coma una fruta lo puede llevar adelante una o dos veces aunque luego comerán un alfajor. La idea es brindarles herramientas a los padres para que ellos sean los que bajen la línea.