Ciudadela Norte se rearma en el Femenino

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Actualizado: marzo 8, 2017

Durante tres años (del 2013 al 2015) Gabriel Marino estuvo a cargo del minibásquet femenino en Ciudadela Norte. Al siguiente, la entidad decidió cambiar el rumbo, y entonces el entrenador se enfocó de lleno a su proyecto en Defensores de Hurlingham con el masculino formativo. Pero a fines de 2016, un grupo de padres se hizo cargo de la subcomisión de la actividad y tras la desvinculación del entrenador anterior, se comunicó con Gabriel para ofrecerle retornar; el técnico los escuchó, aceptó enseguida e inmediatamente hizo un análisis sobre la actualidad en referencia a cantidad de chicas en todas las categorías. Desde ese instante comenzó a trabajar sin interrupciones a pesar del incipiente verano.

«Estuve en la etapa anterior con las minis, quienes son ahora U15 y U17; me conocen y al saber que volvía a Ciudadela regresaron trece jugadoras, incluidas de Primera. Por eso lo veo como positivo el regreso, siempre seguí vinculadas con ellas, desde nuestros lugares, estábamos al tanto de nuestras actividades. Además de esa buena noticia del retorno de varias chicas, está el hecho que ambas comisiones (femenino y masculino) se fusionaron y trabajan juntas. Eso insufló aire nuevo al club y muchas ganas de hacer cosas, como por ejemplo, la posibilidad que el masculino regrese a la Federación», señala Gabriel con hechos concretos la efusividad renovada en la institución ubicada en la calle 25 de Mayo 434.

«Se unieron las dos subcomisiones y eso fue un golazo, porque trabajan juntas, piensan siempre en apoyarse y buscar el progreso del básquet», afirma, y cuando menciona la posibilidad del retorno en el sector masculino, adelanta que muy probablemente presenten Primera en el Flex. «Cuando llegué no tenía muchas chicas y comencé a moverme de inmediato; pusimos entrenamientos gratis en enero con la consigna de sumar gente, identificación y que jueguen. Se empezaron a sumar y hoy tenemos cinco juveniles, ocho cadetas y cinco infantiles. Nos falta reforzar un poco el mini, pero ahora iniciamos los proyectos en colegios; ya preparamos cartas y entregamos en tres entidades educativas. Becamos a niñas de una Fundación para integrarse y hablaremos con las autoridades de la municipalidad de Tres de Febrero, buscando un convenio para visitar comedores e invitarlos».

La enunciación de los trabajos a efectuar muestran los esfuerzos y sacrificios que deben hacerse en los clubes de barrio, cuando se trata de sumar chicos con deseos de aprender y jugar básquet. La pregunta a Marino apunta a si un panorama donde deben redoblarse energías le refuerza las ganas de embarcarse en este emprendimiento.

«Olvidate, me encanta. Además, veo el apoyo de la comisión; ellos estaban muy preocupados al principio pero les comenté de las iniciativas que podían llevarse a cabo, mi amistad con otros clubes y la ayuda con la que podía contar. Hablé además con las chicas y les dije que el club era de ellas, no mío y si trabajábamos juntos podíamos sumar gente y presentarnos en los torneos de la Federación en condiciones. Se pusieron en campaña, me ayudaron un montón; hay cuatro o cinco guerreras que son de Ciudadela de toda la vida, y así crecimos. Pudimos conseguirle gimnasio a las chicas y desde marzo tendremos cuatro entrenamientos semanales; coordinamos con los varones fusionar un día en la semana para entrenar juntos. Además, retuvimos a la gente del maxibásquet, quienes en su momento fueron campeones, y ellos en todo lo que puedan ayudarnos, lo hacen. En síntesis, hablamos con todos, buscamos ayuda de todos y entre todos, ser uno en beneficio del club», afirma. Señala también haber arribado a Defensores de Hurlingham en similares condiciones, y ese trabajo le sirve de experiencia para aplicar en su regreso a Ciudadela.

Junto a él, están Martín Gargiulo en el mini, además de ser asistente con Guillermo López Duque. Micaela Guerra y Lara López serán las monitoras. Ciudadela Norte participará tanto en superior como formativas en el nivel 2 de la conferencia Oeste.

«Igual, como somos cuatro equipos es probable que nos unan a la Norte. El objetivo inicial es formar bien las categorías, reforzar los planteles, sumar chicas. No estamos en condiciones de hablar en cuanto a ascensos, al menos en el corto plazo. El club no completa las inferiores hace años, y por eso, llegar a lograrlo ya de por si es un avance importante. Estoy haciendo acuerdos con clubes de una liga zonal para completar el mini y entonces con una base sólida, podemos enfocarnos en otra etapa. No le sacamos el trabajo a nadie, pero no nos quedamos quietos; si hay chicas que en otros lugares no tienen espacio para la competencia formal, queremos invitarlas y sumarlas a nosotros», explica.

Luego. de manera entusiasta y verborrágica, tal su característica al momento de explicar sus proyectos e ideas, agrega:

«Queremos jugar y viajar. Hacía cuatro años no se jugaba un amistoso, y lo hicimos con Cedem; fue otro paso importante. Estamos hablando con gente de Rosario y Santiago del Estero, para poder ir y jugar allí; son viajes largos, pero quiero que las chicas experimenten eso. Poder retribuir un Encuentro de Minibásquet, traer un club a nuestra casa, son todos proyectos a realizar, y estamos enfocados muy fuerte en eso. Les dije que no llegué como un salvador ni descubridor de cosas; es simple: o trabajamos todos juntos o se hará difícil en el mediano plazo llevar a cabo lo proyectado. Yo tampoco puedo estar full time porque tengo otras actividades, pero si en conjunto le ponemos garra, vanos a conseguir lo que queremos».

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Gabriel Marino es un luchador nato. Vive con su esposa e hijo en Aldo Bonzi, y cada mañana arranca su rutina que lo lleva en principio a Congreso, para luego trasladarse a Hurlingham, ritual que culmina a las 23.30, horario donde emprende el regreso. Ahora le agregó el desafío de Ciudadela Norte. Y todo en transporte público. «No me gusta manejar», dice.

«Le pongo mucha pasión a esto, porque me gusta. No me quejo, trabajo de lo que amo. No me opongo a ninguna propuesta, si vienen y me ofrecen algo, diciéndome ‘vamos’, yo voy, los tiempos me los hago. Estoy contento por esta nueva posibilidad en mi vida y siempre enfocado en el respeto a las personas. Si tengo una responsabilidad la cumplo, sin quedarme en excusas. Considero que esa es una buena forma de enseñar, mostrando con el ejemplo la importancia de no fallarle a la gente. Mi función en Ciudadela será entrenar nenas, enseñarles a jugar básquet, inculcarles fundamentos, no sistemas. Soy un agradecido y quiero aprovechar las posibilidades que surgen», finaliza.

Allí está entonces Ciudadela Norte, con nuevos emprendimientos y un entusiasmo renovado con su básquet femenino.