Se realizaron las Reuniones Regionales de FeBAMBA
Con el objetivo de seguir fomentando el desarrollo del básquet en cada...
Lo bueno viene en frasco chico reza la frase popular, más bien utilizada por aquellas personas de baja estatura para resaltar sus cualidades y por caso, nuestro entrevistado, Lucas Echeverría, no debe utilizar ese recurso porque su habilidad dentro de la cancha de básquet lo destaca de sobremanera y en esta edición del Prefederal, Institución Sarmiento puede sentirse tranquilo porque lanzamiento externo no le va a faltar.
Surgido en las inferiores de Pedro Echagüe, el club de su barrio en Flores, Echeverría fue ganando notoriedad por su excelsa mano a la hora de ejecutar triples, con una mecánica y una efectividad automática, llegó a convertir nueve triples en un juego en varias ocasiones, quedando a la puerta del décimo, algo que logró esta temporada, en la tercera fecha del Prefederal, ante Villa Adelina, donde se despachó con diez bombazos
«Nunca había llegado a diez triples, un par de veces hice nueve, pero tenía el karma del décimo. Creo que lo logré por la confianza de mis compañeros y por como se dio el partido, quedaron los tiros abiertos, los tomé y por suerte entraron», rememoró Echeverría sobre su memorable actuación frente a UVVA.
Institución Sarmiento es uno de los equipos con mejor presente en el torneo, marchando segundo en la zona 1, con cuatro victorias consecutivas. Sobre la producción del equipo, «Lucky» destacó: «No tuvimos un buen arranque perdimos los dos primeros juegos, pero después de eso entendimos mejor los roles de cada uno y empezó a fluir mucho más la ofensiva. Creo que nuestra clave es contar con muchos jugadores con poder de gol y en lo defensivo, ser solidarios y estar muy atentos, sobre todo para no brindarle segundas oportunidades al rival».
Pasado en Ramos Mejía LTC para Lucas Echeverría.
Echeverría, recaló en Sarmiento, después de un buen torneo de conferencias en Ramos Basket. En los últimos años ha jugado en distintos clubes de la zona Oeste como Vélez, Huracán de San Justo, Echagüe y Ramos, marcando una buena adaptación al cambio.
Sobre esta situación y explicando si es saludable o no para su juego cambiar todos los años, Echeverría explicó: «Si, al principio es complicado tomar la decisión de cambiar de club, pero lo que uno busca es jugar y tuve la suerte que siempre formamos buenos grupos, entonces se hace más fácil. Ahora estoy jugando con Gian (Gianluca Pellegrino) y Dani (Kot), con quienes compartí años en inferiores de Echagüe y eso me pone contento, sabiendo lo que podemos dar para Sarmiento».
Muchas veces la contextura y potencia física son cualidades muy buscadas por los entrenadores, en todas las posiciones, hasta en los bases o escoltas, con el afán de sacar ventaja hasta en un juego de posteo. En lo que respecta a nuestro entrevistado, esa coyuntura muchas veces lo ha dejado relegado a la hora de tener más protagonismo en un equipo, por emcima del poder ofensivo y la amenaza de Echeverría con el tiro de tres puntos.
En relación a lo que significa para el ese «problema» de estatura (mide 1,76 cm), Lucas se las arregló para convivir con eso y remarcó: «Estoy trabajando para mejorar en lo físico, pero también llega el momento en que te das cuenta que ya no vas a crecer más y tenes que empezar a rebuscártela, mejorando otras cuestiones del juego. Hay entrenadores que se fijan y otros que no, yo busco hacer lo que me pidan para poder jugar y rendirle al equipo».
Para cerrar la nota, Lucas se refirió a sus deseos y anhelos sobre su carrera como basquetbolista: «Creo que a todo jugador le gustaría vivir del básquet, de a poco van llegando las oportunidades y hay que aprovecharlas para saber hasta dónde se puede llegar. Ojalá pueda decir que mi trabajo es el basquet, estoy entrenando duro para eso».