Se realizaron las Reuniones Regionales de FeBAMBA
Con el objetivo de seguir fomentando el desarrollo del básquet en cada...
Por primera vez en su historia, Social Lanús se ganó el derecho a disputar una final en la máxima categoría de FeBAMBA y también conseguir el pasaje a jugar el Prefederal 2018, un objetivo soñado a principios de temporada y rubricado el viernes pasado cuando los dirigidos por Manuel Anglese barrieron la serie ante Estudiantil Porteño.
Los ascensos a Primera A en el 2001 y 2004 fueron los últimos hitos importantes en el club y casualmente están atravesados por un jugador que hoy en día está en el equipo, Víctor Onoriaga, quien retornó al club tras ocho años y a los 44 años, cerca de su retiro, vuelve a ser feliz con los colores verde, azul y blanco.
«Estamos muy contentos con el trabajo que se hizo en el año, desde un primer momento supe que cuando se iba a acoplar Nico (Rolandi) iba a ser fundamental para el equipo, sabía que nos faltaba un poco de experiencia y en ese sentido Pichi me ayudó a mi a que podamos aportar desde ese lado. Desde un primer momento luché para que estemos enfocados, ya que si hacíamos las cosas medianamente bien, estábamos para dar el salto y por suerte se pudo dar con los chicos del club, marcado por el sentido de pertenencia para con la camiseta. La verdad que hay que sacarse el sombrero por el compromiso que tuvieron y por eso creo que se logró el objetivo de llegar a la final», destacó Onoriaga sobre el secreto de Social Lanús para corroborar el buen trabajo que se viene haciendo los últimos años y la importancia de tener un equipo con jugadores identificados con la institución y jugando por la camiseta.
«Una de las mayores alegrías es que al club este equipo le sale cero pesos, todos jugamos por amor al básquet y a la camiseta, así lo sentimos y también colaboramos con lo que podemos, muchos de los integrantes también somos socios del club y aportamos nuestro granito de arena», sostuvo el pivote sobre la pertenencia, subrayando lo valorable del trabajo en conjunto y la ayuda mutua entre dirigentes, cuerpo técnico y jugadores.
Después de muchos años dentro de las canchas, con buenas y malas, Onoriaga reflexionó sobre lo que significa para él poder retirarse con este objetivo cumplido: «Sinceramente no lo planeé, pero intuía que se podía gestar algo lindo, el año pasado pensé que iba a ser el último por el nacimiento de mi hijo y dolores físicos producto de la competencia. Sin embargo la temporada la terminé bien y con una buena preparación para este año, me dieron ganas de seguir, más sabiendo que contábamos con un equipo fuerte. Por suerte lo pudimos coronar con esta final, dándose todo para bien, estoy muy contento, no puedo describir la alegría que siento, cerró todo, me puedo retirar con la satisfacción de tener a Social jugando al máximo nivel de FeBAMBA, un lugar, que por el laburo que se viene haciendo, es más que merecido».
La experiencia y los años de básquet lo pusieron a Onoriaga en el rol de intentar tirar del carro del equipo, desde el costado anímico contagiando a sus compañeros con entrega a la hora de trabajar y de motivarlos e instarlos a que den el máximo en pos del objetivo.
«Mi manera de jugar cambió mucho, desde ya por una cuestión física que no puedo hacer las cosas que hacía cuando tenía quince años menos, hoy los chicos vuelan y por eso intenté aportar también desde otro lugar, además de dentro de la cancha. Traté de estar atento a lo periférico, a la formación de los chicos, a los entrenamientos, a que estén motivados para que puedan competir lo mejor preparados y darle una mano en ese aspecto al cuerpo técnico en pos del objetivo. Modifiqué mucho mi juego y mi carácter para transmitir buenos valores a los pibes y tratar de ser un líder positivo dentro del grupo», subrayó el «Mariscal» como le dicen en la intimidad del plantel.
Teniendo en cuenta que Onoriaga, fue participe de los campeonatos del 2001 y 2004 en la Primera «B», esta posibilidad de ganarse en cancha un lugar en el Prefederal 2018 es algo muy valorado por toda la gente del Lobo, para lo cual el oriundo de Banfield destacó: «Este logro está un escalón por encima de los otros dos campeonatos por lo que significa que se haya logrado con un entrenador nacido en el club, con muchos chicos de inferiores y por el sentido de pertenencia que hay en el equipo, pienso que es el logro más importante y llegó en el momento justo».
Trabajar, soñar, pertenecer fueron los verbos que motorizaron está ilusión de Social Lanús a llegar hasta donde llegó; ya alcanzó una meta, pero va por más y con el deber cumplido, el conjunto de la calle Pringles ya está enfocado en la final de la zona, donde se medirá ante el invicto y firme candidato, Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque.