San Miguel debutó en la Copa Metropolitana

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Actualizado: julio 21, 2018

San Miguel hizo su presentación en la Copa Metropolitana 2018. Le tocó hacerlo como local, con una derrota frente a Ciudad de Buenos Aires para iniciar su camino en la competencia de FeBAMBA.

Tal como el año anterior, el equipo dirigido por Leonardo Markiewicz llega a esta instancia, tras una muy buena fase previa en el oeste, donde culminó primero en su zona. Tras caer en el partido inicial, luego hilvanó solo triunfos, que lo depositaron en la cima.

«La verdad que arrancamos el año con mucha expectativa. El 2 de febrero, entrenando cuatro veces por semana. En ese entonces íbamos a encarar las dos competencias fuertes: la Liga Metropolitana (ex Prefederal) y la primera, manteniendo casi en su totalidad el mismo equipo que llegó a la semifinal en el 2017. A fines de marzo, y después de tantos idas y vueltas, nos comunican (a todo el plantel: jugadores y cuerpo técnico) que no jugaríamos la Liga Metro, con lo cual nos desmotivó y nos golpeó bastante. Iba a ser la primera vez que el club afrontaría dicha competencia de FEBAMBA. Pero al cabo de reuniones y charlas con el equipo, decidimos encarar un nuevo desafío y distinto de aquel que se había planificado allá por mediados de enero», expresa Leonardo como preámbulo a dar razones por el buen funcionamiento de sus dirigidos.

Y agrega: «La primer etapa salimos primeros sin derrota; en la segunda, estando en la zona Oeste 1, y en ese reordenamiento interno, perdimos el primer juego con Midland, un gran equipo. Pero también nosotros estábamos tratando de alinearnos en el hacer y buscar una nueva motivación. El equipo desde esa derrota (la única que llevamos hasta el día de hoy), creció un montón con respecto al año pasado, y no perdió más, culminando en el primer lugar de la zona. Muy meritorio, porque tuvimos cuatro compromisos afuera y sólo tres adentro. Sabiendo todo lo que hemos afrontado este año, muy contento con el trabajo realizado, pero no nos alcanza, y tampoco queremos poner excusas. Tengo la suerte de haber armado un grupo que se transformó en un Equipo Resiliente, sin lugar a dudas, el cual la gran mayoría son amigos, y establecen sus espacios de óseo por fuera las sesiones de entrenamiento, a la que creo una ventaja».

Ya conseguido el objetivo inicial, el Verde va por la revancha, donde buscará superar lo del año pasado, cuando llegaron a semifinales, cayendo ante Imperio Juniors. «El año pasado finalizamos primeros en la zona 3, nos costó ganarles a Castelar en tres juegos, y quedando afuera en Semi con Imperio, que no nos quedaba cómodos. Cuando uno hace un balance, no merecíamos quedar afuera en esa instancia; pero lo lindo de básquet y del mano a mano en Play Off, es eso, las sorpresas en el resultado…esta vez nos tocó perder. Lo que tratamos de hacer con el equipo es buscar la motivación inmediata, y que no sea sólo un objetivo tangible, como el de tantas victorias, o permitirse algunas derrotas, estableciendo un lugar en la posición deseada. Buscamos en cada entrenamiento afianzarnos en varios aspectos, ofensivos, defensivos, individuales y colectivos, y buscar poder dominar el control emocional en los momentos claves. Buscamos ser el equipo más inteligente que podemos ser, dentro de nuestros recursos y posibilidades, escondiendo obviamente nuestras falencias.», señala.

Mas allá de lo que pueda deparar esta temporada en San Miguel, expresa sus anhelos en el futuro. «La realidad, este año me quede en San Miguel porque estaba el desafío de la Liga Metro para intentar lograr el objetivo tan deseado para quienes juegan el Torneo Federal. Más allá de la identificación que tengo con el club, me veo dirigiendo un Federal, quisiera pasar por esa experiencia, entrenar todos los días, trabajar en la evolución más marcada en el equipo y en los jugadores con los que pueda contar. Tengo la suerte de contar con una Licenciatura en Alto Rendimiento (UNLZ), lo que me costó alejarme dos años del básquet para poder enriquecerme de más contenidos, y así poder trabajar a conciencia y estar a la altura como entrenador en jefe de una institución. En San Miguel pasé por todos los niveles, desde escuelita hasta Primera División, recuerdo mi primer equipo como entrenador mayor fue a los 24 años, estaba dirigiendo a mis amigos (risas). Es importante emigrar y sumarse a una nueva estructura, a la que puedas brindar experiencias y te pueda nutrir de nuevos horizontes. Pero sí, a corto plazo me encantaría estar dirigiendo un equipo en el Federal», admite.

Para el final, una reflexión sobre el rol de los entrenadores, de acuerdo a su prisma. «Me gusta leer mucho, de distintos deportes, de distintos entrenadores, de política y veo que se habla mucho del rol del entrenador. Creo que hay una sola manera de hacer las cosas bien, y es trabajando fuerte y exigiendo. Para eso necesitas escuchar más, poseer sentido común y buena ejecución en la toma de decisiones en la orientación de los objetivos propuestos. El rol del entrenador, sea en la categoría que sea, es esencial en la formación de una persona, y en el club, o en Argentina, muchas veces se minimiza. Para cerrar, creo que tenemos un gran capital tanto en los entrenadores, como en los jugadores; quizá lo que dialogo permanentemente con colegas es la especialización de nuestros dirigentes en los clubes, que si bien hay más capacitación (cursos, charlas) que hace unos años, es esencial para hablar en el mismo idioma. El trabajo en conjunto, es lo que marca la diferencia en las instituciones de Élite».

Leonardo Markiewicz, entrenador de un San Miguel que va por la revancha en la Copa Metropolitana.