Se realizaron las Reuniones Regionales de FeBAMBA
Con el objetivo de seguir fomentando el desarrollo del básquet en cada...
Sebastián ‘Paco’ Festa, un símbolo del básquetbol argentino, se mantiene vigente en las categorías +35 y +43 del Maxibásquet de FeBAMBA. El base, campeón de la Liga Nacional con Boca (1997) y Gimnasia de Comodoro Rivadavia (2006), y ganador del Sudamericano 2004 con el Xeneize, contó como vive su etapa como jugador veterano en el club donde se formó, Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque. Paco, quien jugó el Torneo Nacional de Ascenso en 2010 con GEVP, disfruta de compartir el deporte con sus amigos representando a la entidad que lo vio nacer, aunque aún a sus 46 años, contó que hace poco tuvo una oferta para volver a jugar, la cual rechazó. «Hoy estoy aprovechando de esta etapa de mi vida», justificó.
-¿Qué es lo que más disfrutas de seguir jugando?
Más allá de que hoy esté habilitado para dirigir, o pasar conocimientos como entrenador, siempre voy a ser jugador. Lo más lindo de jugar en veteranos es poder hacerlo con amigos. Hay varios de mi equipo con los que jugué en minibásquet. Javier Tróccoli, por ejemplo, fue mi entrenador en cadetes. También comparto con otros amigos, como con los chicos de Lanús, y ahora nos volvemos a enfrentar con las mismas camisetas que usábamos en inferiores. Después de todo, de esto se trata la categoría, de disfrutar del básquet con amigos.
-¿Qué significa para vos seguir representando a GEVP, el club en el que te formaste?
Es algo grandioso. Hice todas las inferiores en el club, pude jugar en primera cuando ascendimos al TNA. Es un orgullo representar a GEVP, un club con tanta historia en el básquet. Hay muchas anécdotas de grandísimos jugadores que fueron muy importantes, como Oscar Furlong, quien está en el Salón de la Fama. Además, tenemos el rol de dar el ejemplo a los chicos que están creciendo ahora en el club. Ellos miran a los que juegan en primera, pero a los veteranos también. Estar en el club, poder ayudar y aconsejar es reconfortante.
-¿Cómo es la competencia en el Maxibásquet?
Yo juego en dos categorías, +35 y +43. La competencia es muy buena, todos queremos ganar. Siempre después de los partidos se hace el tercer tiempo, por lo que además de jugar compartimos una buena comida. Acá se puede jugar bien o mal, ganar o perder, pero lo primordial es disfrutar de practicar este deporte tan lindo que todos los que participamos llevamos en el corazón. Hay muchas cosas que cuando jugás profesionalmente no podés darte el gusto de hacer, porque hay muchas cosas en juego y existen otras presiones. Si bien siempre se disfruta, en el Maxibásquet ponemos primero la amistad. Diría que es un combo, porque seguimos ligados al deporte, jugamos y entrenamos, y eso también es esencial para mantener una buena salud.
-El Máxibásquet de FeBAMBA es la competencia de veteranos más grande del continente. ¿Qué importancia le das a esto?
En Argentina fuimos y somos precursores en muchos sentidos. Pasó lo mismo con la Liga Nacional, que hace tiempo es una de las más competitivas y fuertes dentro de FIBA. Eso también repercute en el Maxibásquet, porque muchos de los que pasaron por las ligas más grandes después siguen jugando como veteranos, completando un ciclo largo pero lindo ligados al básquet.
-¿Cómo está parada la Argentina respecto a otros países en el básquet de veteranos?
Argentina está muy bien parada a nivel internacional. Ahora, nosotros (GEVP) nos estamos preparando para viajar al Panamericano de Maxibásquet en República Dominicana con dos equipos (+35 y +50). Hace dos años estuvimos en el Mundial que se jugó Italia, donde nuestro país fue el que más delegaciones llevó, con 33. Eso habla de cómo cada vez se le da más importancia al básquet de veteranos. Hace unos años, cuando terminabas de jugar no tenías muchas opciones. El Maxi está evolucionando muy rápidamente. De hecho, hay algunos jugadores a los que los llaman para seguir jugando. A mí el año pasado me ofrecieron jugar una primera capital, pero yo preferí quedarme compartiendo estos momentos con mis amigos, más allá del dinero que podían pagarme. Hace unos años era normal que me tocara viajar, jugar o entrenar cuando se juntaban mis amigos. Hoy estoy aprovechando de esta etapa de mi vida.