Se realizaron las Reuniones Regionales de FeBAMBA
Con el objetivo de seguir fomentando el desarrollo del básquet en cada...
El pasado fin de semana, Joaquín Morinigo cumplió uno de sus grandes sueños: jugar su primer partido de básquet. Lo hizo representando al Club Las Heras, en un encuentro de Mosquitos ante sus vecinos de Sportivo Ballester. Más allá de la satisfacción que siempre genera descubrir a un chico insertándose en el deporte, esta historia en particular tiene otros tintes que la hacen mucho más especial.
Producto de una meningitis en los primeros pasos de su infancia, Joaquín sufrió una hemiplejia que dejó paralizado el lado derecho de su cuerpo. Desde entonces, ha tenido que someterse a diferentes operaciones y tratamientos, buscando mejorar su postura. Durante ese proceso se le implantaron células madres y desde hace un tiempo, utiliza una valva ortopédica en su pie derecho. «Hace casi un año que lo operaron. Hoy su movilidad es mucho más firme y por eso comenzó con el básquet. El deporte le encanta«, cuenta Yésica Loker, mamá del protagonista de nuestra historia.
Todas estas situaciones, sumadas a su enorme fuerza de voluntad, hicieron que Joaquín tenga un progreso significativo, que entre otras cosas, hoy le permite estar adentro de una cancha de básquet. Pero vayamos al principio. ¿Cómo empieza su relación con la naranja? Así lo cuentan quienes lo acompañaron en ese momento.
El primer contacto con el básquet
«Joaquín llegó a Las Heras hace cuatro años, porque me recomendaron el club para que venga. Pensé que me iban a decir que no, como en otros lugares que nos cerraron las puertas. Pero la verdad que el club se portó excelente y lo tomaron con sus dificultades. Es un logro que este año haya subido a la cancha de básquet para empezar a practicar, porque es lo que él eligió«, sostiene Yésica.
«Para ir a hacer la rehabilitación de su hemiplejia, Joaquín pasaba constantemente por la puerta del club. La mamá no se animaba a entrar, porque pensaba que no era un espacio para él. Pero un día entró, se puso a jugar al básquet y a partir del taller de básquet de la colonia ya es un jugador más«, suma Juan Iglesias, referente de la Subcomisión de Básquet del club.
«Joaquín empezó a trabajar con nosotros en la colonia, hace cuatro años ya. En la colonia de verano trabajamos con todas las edades y vimos en seguida que Joaquín se interesó por este deporte. Lo invitamos a participar y desde entonces que ya viene practicando con nosotros. La dificultad que tuvo Joaquín de muy chiquito le cerró un montón de puertas. Y encontró acá en el club nuestro una puerta que se le abrió y lo ayudó a evolucionar tal cual lo viene haciendo hasta ahora«, agrega Pablo Iglesias, coordinador del Minibásquet de Las Heras.
Un ejemplo de voluntad y superación
«Lo que más me gustó de Joaquín es que se motivó en seguida. A medida que tomó contacto con la pelota se motivó y notamos que disfrutaba de eso que estaba haciendo. Le causaba mucha alegría. A nosotros nos dio más ganas de acompañarlo y de ayudarlo«, recuerda Pablo. «Él se compromete con todo. Le pone garra a todo. Es un nene que tiene mucha fuerza. A todo le pone garra. Desde chiquito hace deporte, siempre le puso el cuerpo a todo. A pesar de que todo parece que es una dificultad, pero no, lo supera«, asegura Norma, quien fue la maestra de jardín de Joaquín.
«A Joaquín lo conozco desde el añito y medio. Mi jardín es muy chiquito y lo empezamos a integrar de a poquito. Lo fuimos ayudando con todas las terapias y todo lo que fue necesitando. Es muy difícil tener un nene con una dificultad, porque no en todos lados los aceptan y casi nadie está preparado para trabajar así. Entonces lo que quisimos fue ayudarlo de la mejor manera posible, todo con amor«, relata Norma, quien es además la madre de Ramiro, otro de los integrantes del Mini de Las Heras.
Solo hacen falta unos instantes para que la relación entre Joaquín y Ramiro salte a la vista. No solo son grandes amigos afuera de la cancha, sino que adentro de ella son prácticamente inseparables, exponiendo todos los valores que hacen del Minibásquet una disciplina que excede a lo estríctamente deportivo. «Joaquín es más grande que yo, pero siempre lo conocí de la vida. Siempre fuimos amigos. Antes íbamos a la colonia y estábamos todo el día juntos. Me gusta que Joaco juegue conmigo«, cuenta Ramiro, parte de una dupla al mejor estilo Milanesio-Campana o Pepe Sánchez-Ginóbili.
Una referencia ineludible
Como para tantos otros jugadores de nuestro país, Manu es la gran referencia para Joaquín en el básquet. «Yo tengo una cuenta de Twitter en la que lo contacto a Ginóbili. Le mandé un par de videos, para que lo vea, porque a Joaquín le encanta. Eso lo motiva mucho más todavía. Es su ídolo. Le encanta«, dice Yésica. Y por si hiciera falta confirmarlo, la imagen de Joaquín, entrenando con su camiseta 20 de los San Antonio Spurs, despeja cualquier duda.
«Este fin de semana hicimos un encuentro de Mosquitos en conjunto con el Sportivo Ballester, que también se puso a disposición y Joaquín tuvo su debut como basquetbolista. Después estaba muy contento porque dice que cumplió su sueño de jugar como Ginóbili«, agrega Juan Iglesias.
Un jugador más
Más allá de que la relación con Ramiro aparece como la más fuerte, por conocerse desde hace años, lo más interesante es observar como Joaquín es realmente un jugador más del Mini de Las Heras. Tanto para compañeros, como para rivales. «No solo está completamente integrado al equipo, sino que sus compañeros están integrados a sus necesidades. Es uno más para todos los chicos del club«, suma el dirigente de Las Heras.
«La integración con los compañeros es bárbara. Es muy lindo ver cómo los compañeros se adaptan a sus dificultades y lo hacen parte en seguida de los juegos, de los partidos, de los entrenamientos«, dice Pablo Iglesias. «Realmente Pablo, como las otros profes, le dieron una gran mano. Porque de hecho ellos lo conocieron cuando tenía una dificultad muy grave, en la que se estaba inclinando mucho y no podía mantenerse parado. Ellos lo ayudaron muchísimo. Incluso con el mismo grupo de amigos. Incluyéndolo para que juegue y se divierta«, suma Yésica.
La fortaleza de Joaquín y su amor por el deporte, emociona y es un verdadero ejemplo. Como también lo es el trabajo realizado por Las Heras, apostando por una inclusión e integración que afortunadamente, se ve cada vez con mayor frecuencia dentro del ámbito del básquet metropolitano. «Esto es algo que no solamente pasa en el Club Las Heras. Desde hace algunos años que la política de inclusión de FeBAMBA, a través de su conducción, nos ha impulsado a abrir las puertas para aprender de estas cosas. Nosotros siempre decimos que Joaquín nos enseña más de lo que nosotros le enseñamos a él. Es una política ya frecuente en FeBAMBA. Hoy nos toca a nosotros, pero la mayoría de los clubes del área metropolitana trabajan con esta política de inclusión«, asegura Juan Iglesias.
Desde FeBAMBA celebramos el presente de Joaquín en Las Heras y estamos convencidos de que es una muestra de como el básquet ayuda directamente en la formación de cualquier chico o chica. Perseverancia, voluntad, pasión, amistad. Valores que sobresalen de esta historia y que son moneda corriente para cualquiera que haya formado parte, de una manera u otra, de esta hermosa categoría llamada Minibásquet.