FeBAMBA Retro: Gabriel Efron, leyenda de los años dorados de Hacoaj

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Actualizado: junio 8, 2020

El protagonista de nuestra historia de la semana en FeBAMBA Retro es Gabriel Efron, pivote de 2,02 metros que supo brillar como uno de los máximos anotadores de la Asociación Porteña, durante finales de la década del ’60 y comienzos del ’70, representando a Náutico Hacoaj.

Una vida ligada al club, en el que junto a su hermano mayor Marcos y un excelente plantel que fue ganando nivel con el paso del tiempo, supieron conseguir diferentes hitos, coronados con un histórico ascenso a Primera en 1968. De la mano del relato de Efron, viajamos a esos años y contextualizamos el escenario del básquet metropolitano, con sus figuras y equipos legendarios.

«Yo empecé a jugar al básquet en las divisiones inferiores de Náutico Hacoaj. Jugué en Infantiles, Menores, Cadetes y Juveniles. Entrenábamos en el club Premier, un club de barrio, con cancha al aire libre. Ahí di mis primeros pasos. A los 17 años debuté en Primera, pero en ese momento jugando en la Segunda División. En esa época había Primera, Segunda y Tercera. Nosotros estábamos en Segunda y en 1968 ascendimos a Primera».

El Ascenso lo consiguieron de manera invicta, venciendo en la definición a Municipalidad (hoy Club Ciudad) por un contundente 58-34. El furor que generó aquel equipo fue tal entre los seguidores de Hacoaj, que generó que el club diera todos los pasos necesarios para poder estrenar gimnasio propio, allá por el mes de diciembre.

«Yo jugaba de pivote. Era muy goleador. Tenía un promedio de 25 o 30 puntos por partido», cuenta Efron, quien conformaba una excelente dupla interior junto a Salomón Becherman.

A pesar del salto de calidad y de llegar a una Primera de la Porteña repleta de talentos y equipos competitivos, Hacoaj se mantuvo como uno de los animadores del certamen, en una época en la que los títulos solían repartirse entre Racing (Villa del Parque) y Villa Crespo.

«En ese entonces había dos Asociaciones: la Porteña y la Buenos Aires. Hacoaj estaba en la Porteña, junto a Racing, Villa Crespo, Social Parque, Círculo Urquiza. Eran equipos como hoy decir de la Liga Nacional, era lo máximo que había en esa época. En la Asociación Buenos Aires jugaban equipos como River, Independiente, Boca, San Lorenzo. Más equipos de fútbol. Y después estaba el Metropolitano, en donde jugaban los cinco primeros de cada Asociación. Se hacía normalmente en el Ateneo de la Juventud y terminaba en el Luna Park».

«El nivel era el máximo que había en Argentina. Capital tenía esas dos Asociaciones y después tenías a Bahía Blanca, con dos equipos estupendos: Estudiantes y Olimpo. Y había un equipo en Córdoba llamado General Paz Juniors, donde jugaba Guillermo Riofrío, el padre de Gabriel. Un jugador excepcional. Eso era lo máximo que había en el país. No había un torneo federal como ahora. Los equipos de la Capital tenían todos muy buen nivel».

¿Cuáles eran los nombres más importantes de la época y cómo se acomodaba Hacoaj entre aquellos gigantes? Efron nos lo detalla.

«Nosotros teníamos una camada espléndida, surgida de Hacoaj mismo. No era como hoy que se traen jugadores de otros clubes para reforzar equipos. Por ejemplo, GEVP se formó con jugadores del club. Nosotros lo mismo. Después se fue haciendo un profesionalismo marrón. En Racing, por ejemplo, donde jugaba el que para mi fue el mejor jugador de todas las épocas: Ricardo Alix. Mejor que Ginóbili. Un jugador extraordinario. Nunca vi en mi vida un jugador de esas características. Empezó jugando en GEVP y después formó un equipo en Racing con Chaer, Closas, García Castro y Araujo, además de Alix».

Alix, con la casaca de GEVP

«Alix era un todoterreno con una calidad sublime. Lo llamaban el mago. Vos lo veías picar la pelota y de repente no la tenía él, sino que la tenía Chaer anotando. Pero no veías exactamente cómo le había llegado la pelota. De hecho, Chaer me contó que al principio, cuando empezó a jugar con él, recibía pelotazos en la cabeza, al no darse cuenta que le había pasado la pelota. Hasta que se acostumbró. Ricardo le decía: vos ponete cerca del aro y vas a recibir la pelota de alguna manera. Era espectacular, una cosa de locos».

Quienes supieron disfrutar del juego de Alix, lo destacaban como el basquetbolista nacional más versátil de todos los tiempos, capaz de jugar como base o como pivote por igual. No es casualidad que haya sido el jugador que más joven vistió la camiseta de la selección nacional (17 años). Ni que en 1966 haya contribuido a que Argentina se quedase con el título en el Sudamericano de Mendoza, luego de dos años y medio de inactividad oficial.

«Con Hacoaj jugamos varios partidos contra el Racing de Alix. Y uno ganamos incluso. Era el mejor equipo del país en esa época. En la Asociación Porteña, la final era casi siempre Racing contra Villa Crespo, que formaba con Battilana, Ferello, Mariani, Ros y Valdez. Eran equipos bárbaros y nosotros estábamos muy cerquita de ellos. Perdíamos por dos, tres, cinco puntos. O a veces les ganábamos. Era un nivel bastante parejo, más allá de que se destacaban estos dos equipos».

«Era un básquet muy distinto al de hoy», recuerda Efron. «Era más técnico en esa época. Cambió como todo deporte. Estamos hablando de hace 50 años. Cambió como todo. La parte física era distinta. Hoy es preponderante. En esa época no se le daba tanta importancia, sino que se le daba más atención a la parte aeróbica. Nuestros entrenamientos físicos eran correr alrededor de la cancha. No había pesas ni ese tipo de ejercicios. Pero era muy técnico. Con jugadas específicas, era muy lindo de ver».

Dos años después del ascenso con Hacoaj y ya establecido como una de las grandes figuras del básquet metropolitano, Efron se dio el gusto de representar a Capital en el Campeonato Argentino de 1970, disputado en Catamarca.

«Jugué en el seleccionado de Capital Federal en el año 1970 y salimos subcampeones en Catamarca, perdiendo contra Buenos Aires que tenía a Cabrera, Gehrmann, González, De Lizaso. Y en nuestro equipo jugaban Draghi, Araujo, Mariani, Punti, Cadillac. Teníamos un equipazo, pero ellos eran más. Gehrmann era el mejor pivote que había en Argentina, con 2,02 metros».

Aquellos eran años en los que impulsados sobre todo por sus bahienses, era prácticamente imposible sacarle el título de los Argentinos a Buenos Aires: se consagraron ocho veces en nueve ediciones del torneo entre 1966 y 1974. Capital no solo cayó en la final de 1970 por 68-61, sino que también lo había hecho un año atrás en San Luis, por un más cerrado 70-67.

Selección de Capital. Arriba: Pellandini, Rodríguez Lamas, Denis, Benítez, Efron y Guerrero. Abajo: Cócaro, Dapia, García Castro, Cadillac, Tanghe, Garro.

Con Draghi, Efron no solamente coincidió en Capital, sino que luego también compartieron plantel en un gran Scholem. «En Scholem teníamos como el seleccionado argentino. El entrenador era Abelardo Dasso, técnico que había sido campeón con Boca. Lo contrataron en Scholem. Ahí jugué con Draghi, Gaggero… era un equipazo. Llegué a estar varios meses ahí».

Sin embargo, está claro que Hacoaj tiene un peso diferente, no solo en la carrera, sino en la vida de Efron. «Mi hijo (Ariel) jugó también en el club y ahora juega en el Maxibásquet. Y tengo tres nietos (Martín, Tobías y Benjamín) que ahora juegan en Hacoaj. Yo siempre estoy ligado con mi deporte preferido. Por suerte tengo nietos que juegan… sigue el legado».