Se realizaron las Reuniones Regionales de FeBAMBA
Con el objetivo de seguir fomentando el desarrollo del básquet en cada...
Durante los últimos días estuvimos celebrando a través de nuestro sitio web y las diferentes redes sociales, la «Semana del Minibásquet», aprovechando la habitual fecha en la que los Encuentros Nacionales suelen llevarse a cabo, para conmemorar diferentes hitos que marcaron al evento desde su nacimiento en el año 1974…
… aunque en realidad, como supo contarnos Roberto Santín, hoy entrenador de River Plate y uno de sus primeros participantes, el origen de los Encuentros se remonta a un año antes, a 1973, con el llamado Jamboree Internacional.
Dicho evento se desarrolló durante una semana en el Colegio Militar y contó con la presencia de más de 100 jóvenes jugadores, representando a clubes de diferentes provincias e incluso del extranjero (hubo representantes de Brasil).
Tal fue el éxito de ese Jamboree original, que desde 1974 y casi sin excepciones, los Encuentros han marcado al básquet formativo nacional, teniendo un impacto enorme tanto por lo que se vive con ellos en los campos de juego, como sobre todo por lo que sucede fuera de él, generando lazos de amistad entre chicos y chicas de todo el país.
«Somos los Mini, promesa del baloncesto mundial. La amistad y la nobleza guían nuestro corazón«, encabezaba el Himno del Mini Basket, creado especialmente para aquel Jamboree.
¿Cómo nació exactamente esa idea de juntar en una misma sede a los Mini de diferentes clubes del país? Así lo recuerda Emilio Gutiérrez, quien además de ser una voz autorizada dentro del básquet formativo argentino, es hijo de Jorge Gutiérrez, uno de los principales impulsores de los Encuentros Nacionales de Minibásquet.
«Mi padre era entrenador, pertenecía a ATEBARA (Asociación de Técnicos de Básquetbol de la República Argentina), por entonces denominada ATEBA. Ellos crearon una comisión de entrenadores para ayudar a que el minibásquet despegara. Por entonces los Encuentros eran algo que se daba mucho en el papi fútbol, recuerdo que algunos chicos iban a Montevideo. Yo ya había participado de algo similar, habían varios clubes que lo hacían, pero no de manera oficial. La Confederación Argentina tomó nota y creó una subcomisión dedicada al minibásquet que se dedicaba en gran parte a esto».
«El primer Encuentro fue en 1973 en el Colegio Militar. Lo bueno de hacerlo ahí es que entraba mucha gente, se le podía dar de comer a todos y habían muchas canchas para jugar. A partir de allí se hicieron Encuentros en muchas sedes: en la cancha de River, Boca, Vélez, Platense, incluso en el autódromo. Hubo mucha gente que se dedicó a pleno al minibásquet y fueron importantes para marcar los comienzos. Además de mi papá en Imperio Juniors, el ‘loco’ Oscar Ibáñez en San Andrés, Eduardo Olmedo en Pinocho y varios más», recordó Gutiérrez.
¿Cómo funcionaban por entonces los Encuentros? «Los chicos del club que recibíamos llegaban el viernes. Se pedía autorización a los padres para que los niños puedan faltar a la escuela y estar ahí. Cada chico tenía asignado una familia para quedarse. Lo primero que se hacía ni bien se llegaba a la casa era avisar a los padres del otro niño que habían llegado bien. Casi siempre ese primer día se usaba para que los chicos del interior conozcan un poco Buenos Aires, el subte, el tren, el Obelisco, o lo que sea. Al otro día jugaban, comían y nos íbamos para el Encuentro de Mini donde todos los clubes desfilaban. A veces habían cantantes u otros shows».
«Luego tocaba visitarlos a ellos. Era una regla de oro, no se podía no ir. Los chicos se encontraban con clubes de barrio del interior, con otro folclore, y hasta otras comidas. Se hacía un intercambio de culturas muy lindo para los chicos. Podían haber miles de diferencias, pero lo que nos unía era lo mismo: el básquet argentino», continuó Gutiérrez.
Tras esa primera experiencia en el Colegio Militar, los Encuentros se trasladaron a Ferro Carril Oeste donde estuvieron desde 1974 hasta 1976, momento en el que la Federación fue intervenida (no hubo ediciones centrales en 1977 ni 1978).
Los Encuentros fueron creciendo exponencialmente: el primer año en Ferro hubo 700 chicos. En el segundo, 1900. En el tercero, 3000. Y una vez que los Encuentros volvieron al ruedo en 1979, las cifras siguieron subiendo hasta superar los 7000 a principios de los ’80.
Sedes hubo muchas. En 1979 el acto central se llevó a cabo en River. En los ’80, pasó por Plaza de Mayo, el Autódromo Municipal, Vélez, Platense, Boca, Independiente y el propio River. En los ’90 repitieron Vélez, Boca, Independiente, Ferro y River, mientras que se sumaron Huracán y San Lorenzo. Racing se incorporó a la lista en el 2000, Quilmes en el 2001, en el 2003 se llevó a cabo en la Avenida 9 de Julio, en el 2006 en Lanús, entre 2007 y 2009 en el Parque Mary Terán de Weiss, en el 2013 en la Sociedad Alemana de Gimnasia Villa Ballester, en el 2014 en Tecnópolis, en el 2015 en el CeNARD, mientras que los últimos desfiles (2016 a 2018) regresaron a Platense.
El Polideportivo de Quilmes «Reynaldo Gorno» iba a ser el encargado de recibir una edición 2019 repleta de novedades y nuevas propuestas (canchas de 3×3, juegos inflables, food trucks), pero por inclemencias climáticas, la misma se terminó trasladando a diferentes clubes.
A pesar de las lluvias, el Encuentro 2019 no detuvo su marcha. Los clubes metropolitanos se llenaron de Minis de diferentes puntos del mapa. Además de las instituciones de la zona, vimos al Club Atlético Temperley de Rosario, a CADU de Santa Teresita, a Independiente de Zárate, a la Sociedad Sportiva Esquinense y a Regatas de Corrientes, a Central Entrerriano, Olímpico de La Banda, a Águilas de Pozo Hondo, a Sparta y La Naranja Mecánica, ambos de Villa María, e El Tala de Santa Fe, a Náutico y a Belgrano de Zárate, al Sport Club de Cañada de Gómez, a Tamberos de Tristán Suárez y a Regatas de San Nicolás.
¿Más? Luis Luciano de Entre Ríos, Club Maciel de Santa Fe, Independiente de La Pampa, Social Ramallo, Círculo Democrático de Castelli, Club Atlético Campaña de Santa Fe, Villa San Martín de Resistencia, Club CAOVA, Everton Olimpia de Cañada de Gómez, Alberdi de Río Cuarto, Independiente de Oliva, Juventud Unida de Gualeguaychú, Olimpo de Bahía Blanca, Independiente de Santa Fe, San Telmo de Funes, Asociación Cultural y Deportiva Universal de La Plata, Hogar Social de Berisso, Astilleros Río Santiago de Ensenada y Estudiantes de Tucumán, también formaron parte de esa edición.
Ah y como si eso fuera poco, llegaron desde Uruguay delegaciones de Larre Borges, Bohemios, Capurro, Stockolmo y Unión Atlética.
Definitivamente no hay nada como los Encuentros. La magnitud es lo que los transforma en un fenómeno único y sin paralelo a nivel mundial. El Minibásquet no tiene un espacio semejante en ninguna otra parte y el crecimiento de esta tradición ha hecho que incluso se sumen clubes de otros países, que no se quieren quedar afuera de una fiesta que celebra el deporte, pero también la amistad y el compañerismo.
Aunque el 2020 nos jugó una mala pasada, todos esperamos que en el 2021 podamos volver a encontrarnos en la cancha y sobre todo, que la misma vuelva a inundarse con la magia del Mini.