Buena propuesta de GEVP

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Actualizado: julio 30, 2015

Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque llevó adelante su campus de invierno, para chicos U15, U17 y U19, con una vuelta de tuerca interesante. Más allá del trabajo técnico y táctico, la propuesta de Juan Pablo Zilla, entrenador de las inferiores del club, y Darío Sassaroli, integrante de “Neurobásquet Argentina”, fue enseñar a pensar y a tomar mejores decisiones adentro de una cancha.

Por otro lado, personalidades como Diego Prego, Ariel Svoboda, Iván Najnudel, el “Turco” Daniel Chaher y Carlos Balester reflejaron toda su experiencia en una serie de charlas que les brindaron a los chicos. Fueron tres días cargados de trabajo y buena predisposición de parte de todos los participantes.

“La idea era que se conozcan y que se integren todos, y no separar por categorías. Lo que tratamos de transmitirles es que propongan cosas, no importa la edad que tengan. En el juego cada uno tiene que proponer, como en cualquier deporte de conjunto. Dentro de un deporte como el básquetbol, queremos que los chicos tengan la real sensación de que participan y tienen una identidad. No todos deben ser lo mismo, sino que cada uno, a su modo, pueda aportar mucho”, comenzó explicando Zilla.

-¿De qué se trató este campus en cuanto a lo técnico y táctico?
-En tres días lo que se puede hacer es un potenciamiento intensivo. Lo que buscamos fue reforzar sobre todo la confianza. Nosotros entendemos que eso está muy vinculado con el tema del dribbling y de los desplazamientos. Hicimos mucho hincapié en todo eso en cuanto a lo técnico. La parte de la educación física es muy necesaria. No podes querer dominar los elementos si no podés dominar tu propio cuerpo. A través de planes y de juegos fuimos trabajando la parte individual como para después mejorar lo colectivo. Creo que funcionó, porque mismo el viernes empezaron a jugar cinco o cuatro abiertos y se conectaron de otro modo, enlazando movimientos y teniendo más paciencia. Intentamos mostrarles que para jugar y ejecutar está bueno no solo guiarse por lo emocional, sino también tomarse un tiempo más para elegir mejor.

-¿Qué te parecieron las charlas?
-Fueron sensacionales. Empezaron Diego Prego y Ariel Svoboda el jueves, para hablar con los chicos sobre lo que es ser un jugador vigente, las cosas por las que han atravesado, lo que es necesario y sus experiencias. El viernes vino Iván Najnudel y el sábado estuvieron Daniel Chaher y Carlos Ballester. Lo lindo es que en todas hubo aspectos o palabras en común, como amistad, ser buena persona, tener buen corazón, confianza, respaldo, respeto y valores. Esto se dio sin haberlo pautado. Lo que creemos es que el básquet entrega un montón de cosas. Más allá de que los chicos trabajen bien la parte técnica, consideramos que para tener intenciones de ser un buen jugador hay que recorrer un camino acorde afuera de la cancha en cuanto a valores.

Por otro lado, Sassaroli profundizó sobre la importancia de lo mental y la toma de decisiones adentro de una cancha: “Intentamos hacer lupa en el afán que tenemos los entrenadores de mejorar. El plus lo dan los chicos en la situación real. Adentro de la cancha son ellos los que tienen que tener la autonomía suficiente para decidir y sentir el juego. No solo es cuestión de obedecer al entrenador, sino que tenga la confianza y el respaldo para decidir solo. El límite radica en el momento en el que yo tengo un tipo encima y hay que tirar, entonces ahí hay que reconocer que la oportunidad no es mía sino del otro. Si nosotros logramos que un equipo esté realmente conectado de una manera plural, el trabajo va a dar sus frutos. Lo que hicimos fue llevar adelante un programa intensivo de potenciamiento para que el jugador se de cuenta que tiene que ir para adelante e intentar. La frustración y el éxito están presentes todo el tiempo. Pero hay que reconocer que la felicidad y el equilibrio son dinámicos. Hay que ser humildes en los momentos que nos va muy bien y en los que las cosas no son tan positivas hay que darse cuenta de que ante el error existe una oportunidad para mejorar. Neurobásquet es un concepto en presente continuo, no es estático. Las decisiones son acciones, y las acciones son resultados, y esos resultados van a redefinir nuestras emociones”.

Para el final dejó una reflexión muy interesante. “Los chicos de Sub 15 tienen que jugar con el reloj de 24 segundos como en el básquet profesional. ¿Estamos buscando que ellos tomen decisiones rápidas o eficientes? Nosotros queremos impulsar reflexiones para seguir ajustando en esta evolución del deporte. Se dice que el básquet es para inteligentes. Bueno, entonces démosles tiempo, con 35 segundos de posesión, para que en Sub 13 y Sub 15 tengan el tiempo de elaborar aquello que más buscamos. Si al jugador le pedimos lectura, hay que darle tiempo. A veces estamos muy pendientes de que obedezcan y le damos poco espacio a la creatividad”, cerró.