Tartaglia, un lema de Comunicaciones

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Actualizado: noviembre 2, 2015

Es uno de los tantos clubes del país que la pasaron mal en la última década, debido a malas administraciones que han dejado deudas por todos lados. Sin embargo, son bastantes los que levantaron la cabeza y salieron adelante. Los socios de Comunicaciones pueden contar lo que significa estar al borde del abismo.

Y Alberto Tartaglia puede hacerlo con lujo de detalles lo que se vivió dentro de la institución, luego de estar toda su vida girando alrededor de Agronomía. Esa necesidad histórica de brindarse del Tano, no lo han olvidado en el club y se lo demostraron con identidad.

La cancha de básquetbol no será uno más entre otras. Desde ahora, cada equipo que visite a Comunicaciones, sabe que jugará en el gimnasio Alberto “Tano” Tartaglia.

“Llegué al club y veía a los ex jugadores del club, de casi todas las épocas. Entonces empecé a preguntarme qué pasaba. Pensé que venían a mirar los partidos, pero no me esperaba esta recompensa. No estoy acostumbrado a esto, yo lo que hago es mi trabajo y nada más. Creo que esta recompensa es demasiado. Aparte, se acercaron personas de otros deportes porque saben que a Comunicaciones lo quiero. Es más, ellos saben que cambiaría a Boca por Comu”, cuenta el Tano con sus ojos abiertos, sin poder creerlo todavía.

Es difícil para él, no entra en sus planes la idea de semejante reconocimiento: “Me tendré que acostumbrar a observar mi nombre en la cancha. Igual, me parece que es demasiado. ¿Qué habré hecho para recibir semejante premio?”.

Con 22 años dentro de Comu y unos cuantas temporadas como Oficial de Mesa, Tartaglia sabe que el básquet siempre le respondió al club, por su participación permanente durante el transcurso de los años. También reconoce que las distintas autoridades que han pasado por el club, terminaron mirando el movimiento que genera este deporte.

Para darse cuenta de la representación que genera un hombre enamorado, sólo hace falta escucharlo hablar al Tano: “Yo hice de todo en el club, desde ser oficial de mesa hasta agarrar una escoba y barrer el gimnasio o comprar ropa para que tengan las mejores comodidades. Aún más, cuando la institución pasó por épocas de vacas flacas».

Y el amor también le juega una mala pasada por momentos, eso le sucede a Alberto entre Boca y Comunicaciones, aunque entiende bien qué elegiría: “Cambio a Boca por Comu. Si me lo dan a cambiar, lo hago. No lo dudo”.

Antes de disfrutar la tarde con las distintas categorías y en el lugar que ya lleva su nombre, se acuerda de la quiebra y ese intervalo oscuro de Comunicaciones.

“En aquel momento, el presidente lo primero que decía es ´vayan a ver al Tano si precisan el gimnasio´, entonces tenía que pelearme con todos porque yo defendía a mi básquet”, recuerda.

También sabe que estuvieron entre los primeros clubes en tener una cancha de parquet, ahora que Comu ya no lo tiene, decide irse soñando en voz alta: “Confío en las autoridades del club para que puedan cumplir y poner el nuevo piso del gimnasio”.

 

FOTOGRAFÍA: José Laza – Fotógrafo de Comunicaciones