Actualidad de la Categoría U21 de FEBAMBA y AFMB
Durante la última semana (12, 13, 14, 15 y 16 de Abril)...
Carlos Gómez, el actual entrenador de la Primera de Arquitectura Básquet, tiene una larga historia dentro de este deporte, al punto que estuvo viviendo un largo rato en España, dedicado a la labor de juveniles en el Club Ourense de Baloncesto.
Por eso, con toda su experiencia a cuestas, intenta en la actualidad devolver a la institución de Avenida Beiró al “liderazgo” que supo tener dentro del deporte.
“Estamos intentando volver a ser referentes, algo que de a poco iremos logrando. La realidad es que en el último tiempo se perdió un poco de historia en relación al básquetbol”, confesó el director técnico.
-Al comparar ambos países, ¿qué diferencias encontrás?
-Y, mirá, en España me encontré con que los clubes tenían colegios, lo que lleva a los chicos a estar más involucrados con la institución. Claramente la diferencia más marcada pasa por el aspecto educativo.
-¿Se vive distinto el deporte?
-La realidad es que en algunos casos se busca lo educativo y en otras lo profesional, como me tocó a mí. El objetivo es similar al que se ve hoy en día con la Liga de Desarrollo en los equipos que están en la Liga Nacional.
-¿La idea en Arquitectura va por ese camino?
-Sí, queremos invertir a largo plazo para que los basquetbolistas hagan pie en la Primera División. No nos importa el resultado como tal, sólo quiero que los jugadores tomen rodaje.
-Contra Nueva Chicago les tocó perder pero hicieron un buen papel…
-Exacto, caímos por poco (58-62) e hicimos un partido parejo. Si conseguimos llevar adelante una temporada con ese nivel, estaremos dentro de los parámetros trazados.
-¿No se aspira a una clasificación?
-Sinceramente, el objetivo deportivo es que muchos juveniles consigan dar pasos firmes en la Primera. No tenemos como meta deportiva la clasificación o el título, aunque tampoco vamos a renunciar fácilmente.
-Por otro lado, ¿ves que la función social de los clubes mutó con el tiempo?
-A nivel social ha cambiado mucho, antes vivía la familia y ahora por los tiempos de los padres, los clubes son como “guarderías” donde los dejan y terminan. En CABA las distancias son diferentes y los horarios complicados, eso llevó a ciertos cambios sociales lógicos. Entiendo que la actividad en una ciudad grande es tan rápida y tan loca, que los clubes tienen que responder a esas demandas.